Al recibir la Casa Blanca de Donald Trump, el presidente Joe Biden también heredará una serie de complejos desafíos. La pandemia, la crisis económica, el cambio climático y la injusticia racial son "crisis que demandan acción urgente", dijo el futuro jefe de gabinete Ron Klain. Biden firmará una docena de decretos en su primer día como presidente de Estados Unidos este miércoles, mientras las autoridades despliegan un fuerte operativo de seguridad en Washington y en las capitales de varios estados del país para prevenir nuevos hechos de violencia por parte de simpatizantes radicalizados del mandatario saliente.
Estados Unidos se está acercando rápidamente a los 400 mil muertos por coronavirus y registra más de un millón de casos nuevos por semana. La economía atraviesa serias dificultades, con diez millones de empleos menos disponibles en comparación con el comienzo de la pandemia. Biden reveló esta semana sus planes para reactivar la actividad económica a través de nuevos y millonarios pagos de estímulo, y dijo que buscará acelerar los esfuerzos para distribuir la vacuna contra la covid-19 en todo el país. Apenas asuma, Biden firmará decretos que incluyen un plan para que el país se una nuevamente al acuerdo climático de París y para revertir la prohibición de Trump a la entrada de personas de varios países de mayoría musulmana.
Coronavirus y salud
La lucha contra el coronavirus será el primer gran desafío que deberá asumir el nuevo presidente estadounidense. Se trata de la única nación desarrollada que lleva un año sin poder controlar su primera ola de covid-19, y registró más de 3.200 muertos diarios en la última semana. El ritmo desenfrenado de contagios disparó las hospitalizaciones y varios estados se encuentran al borde del colapso sanitario.
En el país del mundo más afectado por la pandemia, las primeras medidas prometidas por Biden incluyen: testeos gratuitos, tapabocas obligatorios a nivel nacional, y establecimiento de nuevos criterios para el cierre de comercios. Una de sus promesas que más titulares acaparó es la de administrar 100 millones de dosis de la vacuna contra la covid-19 en sus primeros 100 días en la Casa Blanca, tras el inicio de una campaña de inmunización que avanza más lenta de lo previsto. El principal infectólogo del país, Anthony Fauci, dijo que se trata de un plan "absolutamente realizable".
En materia de salud, Biden aseguró que defenderá la ley ACA (Affordable Care Act), más conocida como Obamacare, que extendió el seguro médico a personas que no podían pagarlo y en campaña llegó a hablar de una Bidencare, que prolongaría el acceso y promovería una reducción en los precios de medicamentos a través de una mayor regulación estatal. La propuesta constituye un giro de 180 grados respecto al gobierno de Trump, que desde que llegó a la Casa Blanca intentó destruir sin éxito el reconocido Obamacare.
Economía y justicia
En un plazo urgente, el presidente electo también deberá dar una respuesta a la demanda de ayuda económica tras el duro golpe propiciado por la pandemia. Con ese fin presentó un paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares que incluyen cheques para familias, fondos para reabrir las escuelas, liquidez para las pequeñas empresas y asistencias alimentarias reforzadas. Estas medidas complementan a la creación de empleo, ya que Biden quiere crear cien mil nuevos puestos de trabajo en el sector sanitario nacional y estatal.
Otro de los temas que movilizó a gran parte del país y que se volvió central en la elección de Biden fue el racismo estructural. El asesinato del afroamericano George Floyd en manos de la policía fue el disparador de una serie de masivas protestas en distintas ciudades del país. A diferencia de Trump, Biden condena con firmeza a los grupos vinculados a la Alt-Right (nueva derecha) y el supremacismo blanco, aunque más compleja es la situación con la violencia racial ejercida por las fuerzas de seguridad.
En este punto el demócrata se comprometió a aumentar las investigaciones del Departamento de Justicia sobre los cuerpos de policía, acusados de actuar bajo un "patrón de abuso" en varios casos, y prometió crear un comité de Vigilancia de la Policía Nacional que incluya a líderes sociales y expertos en criminalidad. En tanto, la reforma del sistema penal prometida es más profunda e incluye despenalizar el uso de drogas para consumo personal, el fin de la pena capital y el fin de las cárceles bajo administración privada.
Inmigración y medio ambiente
Otra cuestión central es la política migratoria. El discurso abierto de Trump en contra de la inmigración fue una de las claves que le permitieron llegar a la Casa Blanca en 2017. El próximo gobierno planea revertir en lo inmediato algunas de las políticas de su antecesor, como la expansión del muro en la zona limítrofe con México, la deportación de jóvenes indocumentados que hace años viven en el país y el veto migratorio para una serie de países de mayoría musulmana.
La política ambiental también fue elegida por Biden para presentar un claro contraste con la gestión de Trump. El mandatario demócrata prometió que Estados Unidos reingresará al Acuerdo de París, un esfuerzo mundial para reducir los gases del efecto invernadero, y aseguró que pondrá a su país en camino para lograr emisiones cero a más tardar en 2050 a través de energías renovables y vehículos eléctricos.
El próximo miércoles y luego de una larga espera, Biden intentará "pasar página a las divisiones" en el país durante su discurso de investidura, en el que transmitirá una "visión optimista del futuro de la nación", aseguró quien será directora de comunicación de la Casa Blanca, Kate Bedingfield. "81 millones de estadounidenses votaron por Biden en parte porque estaba presentando un plan para este país que nos lleve a un lugar donde podamos trabajar juntos, así que de eso hablará el día 20", agregó Bedingfield.