Luego de estar dos veces en desventaja, el Athletic Bilbao logró la tercera Supercopa de España de su historia al imponerse 3-2 al Barcelona tras la prórroga en la final disputada en el estadio La Cartuja de Sevilla, que acabó con la primera expulsión de Lionel Messi en el equipo catalán por agresión a Asier Villalibre.
Con esta corona, el conjunto vasco alcanzó en el palmarés de la competición al Deportivo y dejó atrás al Atlético Madrid. Athletic Bilbao se llevó la primera Supercopa en 1984 y la segunda en 2015 también ante el Barcelona, que lidera el historial con trece títulos, dos más que Real Madrid.
El francés Antoine Griezmann fue uno de los protagonistas de la jornada y abrió la cuenta para los catalanes, aunque apenas dos minutos más tarde igualó Oscar De Marcos, por lo que la primera etapa finalizó 1-1.
El trámite en el complemento fue parejo y cuando restaba un cuarto de hora para el epílogo otra vez Griezmann desniveló a favor del equipo del holandés Ronald Koeman.
Pero a un minuto del final, cuando todo Barcelona paladeaba su título N° 14, el ingresado Villalibre, que acababa de reemplazar a Raúl García, forzó la prórroga tras sellar una nueva y transitoria paridad.
El equipo de Marcelino García Toral encontró la recompensa a su planteamiento y a su esfuerzo con un gol espectacular en el inicio del tiempo suplementario. Iñaki Williams lanzó un magnífico disparo en la entrada del área que se metió en el ángulo del arco defendido por el alemán Marc Andre Ter Stegen.
El tercer tanto vasco desniveló definitivamente la balanza en una final emocionante en la que el vencedor remontó por dos veces el resultados. Incluso Unai Núñez tuvo la opción del cuarto, pero en una no llegó a rematar y minutos después se molestó con Mikel Vesga.
Barcelona trató de evitar la derrota. Griezmann tuvo otra chance, pero remató afuera. Acaso dominado por la impotencia, Messi fue expulsado en el minuto 120 por una agresión sin balón a Villalibre. Tras revisar la acción en el VAR, el árbitro Jesús Gil Manzano le mostró la roja al astro rosarino, que nunca hasta ahora, en 753 partidos con el primer equipo azulgrana, había sido expulsado.
Hasta este domingo, la Pulga sólo vio la roja jugando para la filial culé en un partido de Segunda Bivisión B jugado el 27 de febrero de 2005 ante el Peña Sport.
Koeman se negó a comentar la expulsión de Messi porque es "mejor no hablar de los árbitros", y explicó la decisión de alinear a su capitán pese a la lesión que arrastraba, ya que él le dijo que estaba para jugar "y ha hecho el máximo".
El DT neerlandés admitió que resulta "muy complicado ganar" cuando un equipo se adelanta "por dos veces" y el rival "empata justo antes del descanso y casi en el minuto 90". "Estoy triste porque al fútbol se juega para ganar títulos, pero no hay tiempo para venirse abajo", remarcó.
Por último, el francés Griezmann, autor de un doblete para su equipo, admitió: "Estoy jodido, enfadado y molesto por la derrota".