El volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, entró en erupción durante la noche del lunes dejando increíbles imágenes de lava y llamas en mitad de la noche. El volcán más activo de Europa, que cubre un área de 1.190 kilómetros cuadrados con una circunferencia basal de 140 kilómetros, venía de cuatro semanas de actividad moderada.
Según informó en un comunicado el Osservatorio Etneo, dependiente del organismo Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia, el Etna se vio afectado en la noche del 18 de enero por una fuerte explosión en el cráter sureste.
Cerca de las 20:30, dijo el organismo, se registró una "intensa actividad" seguida de temblores que alcanzaron "valores elevados" y desbordamientos de lava en varias de las caras de la montaña, uno de los cuales se dirigía hacia el este, dentro del Valle del Bove, mientras que otro se deslizaba hacia el norte.
También se generó una nube de gases y cenizas volcánicas que se acumularon en las lomas del Etna, alcanzando la localidad cercana de Fleri.
La explosiva actividad volcánica comenzó a disminuir pasadas las 21, mientras que a las 06:46 UTC el Osservatorio confirmaba que la nube volcánica ya no estaba presente en la atmósfera y que los flujos de lava se encontraban ya en proceso de enfriamiento.
En este último comunicado, el Observatorio Etneo informó que en el cráter sureste aún había erupciones esporádicas de ceniza, pero que son rápidamente dispersadas por los vientos de gran altura. En cuanto a los temblores, aseguró, todavía se encuentran en niveles de intensidad medios.