La semana anterior el foco estuvo puesto en el precio internacional del maíz y un intento del gobierno por evitar que esos aumentos se trasladen al mercado interno. Esta semana le toca al trigo y su impacto directo en el precio de un producto básico en la mesa de los y las argentinas: el pan. La historia es conocida: un sector del campo que especulan con el aumento del precio de las commodities agrícolas e impacta en el bolsillo de la población.
Durante estos días diferentes dirigentes relacionados al sector industrial panadero anunciaron aumentos de entre 10 y 15 por ciento. La situación es heterogénea dentro del territorio: en el interior del país, la escasa demanda del principio de la cuarentena hizo que los precios se mantuvieran prácticamente congelados en una franja de entre los 100 y 110 pesos el kilo, mientras que en Capital Federal el precio ya es más elevado y puede llegar a 200 pesos en algunos barrios. En Córdoba, por ejemplo, anunciaron que el precio de referencia del kilo de pan francés pasará a costar de 115 a 140 pesos desde este lunes. Los aumentos, en principio, regirían para todo el territorio nacional.
La lógica indica que para entender por qué aumenta el precio de un producto lo que hay que hacer es observar los elementos que lo componen. Un informe realizado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) analizó los tres principales eslabones de la cadena productiva del pan para estimar en cuánto inciden en la formación de precios. De acuerdo a la Fundación, el sector primario representado por los productores de trigo aportan un 12,3 por ciento del precio; el molino que convierte el trigo en harina un 5,9 por ciento mientras que la panadería (incluyendo costos de servicios, alquileres y ganancias), le agrega un 56,9 por ciento. El resto (24,9 por ciento), tiene que ver con impuestos que se pagan a lo largo de toda la cadena de valor.
En la Bolsa de Comercio de Rosario el precio del trigo viene en alza desde septiembre aunque en forma más pronunciada desde noviembre. En diciembre, la tonelada de trigo costaba 18 mil pesos y en enero ya aumentó a 20 mil pesos, un 11 por ciento más. De acuerdo al cálculo que realizó FADA, ese aumento debería impactar en un 1,3 por ciento del precio final, porcentaje que dista bastante del 10 o 15 por ciento que anuncian las asociaciones panaderas.
Los mismos de siempre
"Algunos comerciantes salen a hacer declaraciones diciendo que va a aumentar el precio del pan entre un 10 y un 15 por ciento, sin haberse producido dicho incremento salvo algunos revendedores pero no los Molinos directamente", explica José Alvarez, presidente del centro de industriales panaderos de Buenos Aires. El precio de la harina con impuestos incluidos, es actualmente de 810 pesos por bolsa de 25 kilos. "Según rumores aumentaría un 10 por ciento el valor de la bolsa, pero todavía no se produjo dicho cambio de precio", agrega.
En este punto las opiniones son disímiles: en declaraciones en radio AM 750, el titular de la Asociación de Panaderos de Rosario, Gerardo Di Cosco, argumentó que en los primeros días del año la bolsa de harina costaba 1400 pesos, mientras que el viernes 15 de enero cerró en 1800 pesos, y explica que la situación no da para más por lo que el aumento es inminente.
Sin embargo, hay un punto en el que ambos dirigentes coinciden, y es en la actitud de "los chacareros que tienen el trigo y no lo quieren vender para especular".
"Todo esto pasa porque hoy el trigo se está comercializando a precio de exportación que es de 250 dólares en los mercados internacionales. Habiendo una cosecha 19 o 20 millones de los cuales 6 millones son para consumo interno, no debería venderse a valor internacional lo que se va a consumir internamente", reafirma Alvarez.
Los panaderos solicitaron una reunión que se llevará a cabo a fines de esta semana con Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, para discutir medidas y evitar el aumento de precios. "Lo ideal sería, como pasó durante el gobierno de los Kirchner e incluso con Alberto Fernández presente en aquel momento, armar una mesa de trabajo con los productores que abastecen de trigo al sector molinero, el sector molinero y nosotros para ponernos de acuerdo y no afectar a las mesas de las familias argentinas", afirma Alvarez.
Todos apuntan contra el sector primario: "venden el trigo al precio de exportación. Hoy en Rosario, que es una zona triguera por excelencia, esta pagando el trigo más caro que en el puerto de Buenos Aires porque no hay. Lo tienen los muchachos escondidos en silobolsas", explica Di Cosco.
La suba del combustible (que si bien influye en el precio no es determinante), de los servicios (que se encuentran congelados) o de las inminentes paritarias del sector, parecieran ser solo un disfraz de argumentos que algunos sectores quieren imponer para ocultar una palabra que los persigue hace rato: la especulación.