Desde Washington, DC

Después de cuatro años, Donald Trump se despide de la Casa Blanca. Su mandato terminará a las 12 de Washington (14 hs de Argentina), cuando el demócrata Joseph Biden jure defender la constitución de los Estados Unidos y se convierta en el presidente número 46 del país. Será una ceremonia extraña. A las medidas de seguridad sanitaria a raíz de la pandemia de covid-19 se les sumará el operativo implementado luego del asedio al Capitolio de principios del mes. El mandatario saliente no estará presente y romperá una tradición que se mantuvo en los últimos 150 años.

Una de las costumbres de la mañana del día de la investidura consiste en el arribo del presidente electo y de su esposa a la Casa Blanca antes de la ceremonia, para ser recibidos por el mandatario y la primera dama salientes y luego dirigirse al Capitolio para la asunción. Eso no sucederá este miércoles.

El plan de Trump es dejar la capital temprano durante la mañana y dirigirse a la base de la Fuerza Aérea Andrews, ubicada en el estado de Maryland a unos 20 kilómetros de Washington. Allí quiere tener un evento de despedida antes de partir hacia Florida. Para eso, invitó, entre otros, a su vicepresidente Mike Pence y al líder republicano en el Senado, Mitch McConnell. Los dos le rechazaron la invitación. El primero dijo que iba a asistir a la ceremonia de asunción de Biden y que ir hasta la base aérea representaba un desafío logístico. Al despedirse a través de Twitter, Pence publicó cuatro imágenes de su período en la vicepresidencia. Ninguna con el mandatario.

La despedida de Trump

En su último día completo como presidente, Trump difundió un video de despedida a través de las cuentas de la Casa Blanca. A lo largo de 20 minutos, hizo un repaso de lo que él considera los logros de su gestión: la economía pre-pandemia, rebajas en los impuestos, el nuevo acuerdo comercial con Canadá y México, la política de inmigración y los aranceles impuestos a China, entre otros. Destacó no haber empezado ninguna guerra. “Nos embarcamos en una misión para hacer a Estados Unidos grande otra vez para todos los estadounidenses. Mientras concluyo mi mandato como el presidente número 45, me paro ante ustedes verdaderamente orgulloso de lo que hemos alcanzado juntos. Hicimos lo que vinimos a hacer y tanto más”, sostuvo.

Aunque aseguró que reza para que la nueva administración “tenga suerte”, Trump no mencionó a Biden en ningún momento de su discurso de despedida. El magnate agradeció a su familia, a Pence y a otros miembros de su gobierno. “Todos los estadounidenses estuvieron horrorizados por el asalto a nuestro Capitolio. La violencia política es un ataque a todo lo que apreciamos como estadounidenses. No puede ser tolerada nunca”, dijo. Más temprano, McConnell había dicho en el Senado que la turba que asedió el Congreso “fue provocada por el presidente”.

En un fragmento que sonó como referencia a su suspensión en Twitter y en otras redes sociales, Trump resaltó la “herencia” estadounidense, en cuyo centro situó “la creencia robusta en la libre expresión, la libertad de discurso y el debate abierto”. “Estados Unidos no es una nación tímida de almas débiles que tengan que ser protegidas de aquellos con quienes no estamos de acuerdo”, agregó.

“Quiero que sepan que el movimiento que empezamos solo está empezando”, dijo Trump mientras se preparaba para entregar el poder a una nueva administración este miércoles. “Lo mejor está por venir”, se despidió.


Biden, emocionado 

Biden dejó el estado de Delaware, en el que vivía hasta este martes, durante las primeras horas de la tarde. Se despidió en un acto en la sede de la Guardia Nacional estatal, sitio que lleva el nombre de su hijo Beau, fallecido en 2015. “Es profundamente personal que nuestro próximo viaje a Washington empiece acá, en un lugar que define lo mejor de lo que somos como estadounidenses”, dijo emocionado.

Luego se dirigió con su esposa Jill al Distrito de Columbia, donde al atardecer empezaron las actividades de la ceremonia. Allí, los Biden, la vicepresidenta electa Kamala Harris y su marido, Douglas Emhoff, encabezaron un homenaje a las víctimas de la pandemia frente al monumento a Lincoln.

El tributo contó con una plegaria de parte del arzobispo de Washington, Wilton Gregory, el primer afroestadounidense en tener ese puesto. También incluyó a una enfermera que se hizo conocida en abril del año pasado por un video en el que cantaba la canción Amazing Grace. Lori Key, quien trabaja en un hospital en las afueras de Detroit, volvió a interpretar ese tema antes de que hablara Biden.

“Para sanar, debemos recordar. Es difícil recordar a veces. Pero así es cómo sanamos. Es importante hacerlo como nación. Para eso estamos hoy acá”, dijo el presidente electo antes de que se encendieran 400 luces alrededor del estanque ubicado frente al monumento a Lincoln. Cada una simboliza mil de las muertes por coronavirus que ya contabiliza el país.

Este miércoles, la ceremonia de investidura comenzará cerca del mediodía de Washington. Del acto principal participarán Lady Gaga, quien cantará el himno, y Jennifer López, con un show musical. La asistencia será limitada: irán los miembros del Congreso con pocos invitados y las familias de Biden y Harris.

No habrá desfile por la Avenida Pensilvania, una de las tradiciones del día de la investidura. Después de su juramento, Biden irá a la Casa Blanca acompañado de representantes de cada rama de las fuerzas armadas.

En su primer día, el nuevo presidente no tendrá a las principales figuras de su gabinete. Las audiencias para confirmar a sus candidatos y candidatas a encabezar los distintos departamentos comenzaron recién este martes y pueden prolongarse durante la semana. En medio de los preparativos para la investidura, el demócrata anunció que su nominada a ser secretaria asistente de Salud será Rachel Levine. Si se confirma, será la primera secretaria trans de la historia del país.

Biden también informó la creación del Consejo de Políticas de Género. “A demasiadas mujeres les cuesta llegar a fin de mes y mantener a sus familias y demasiadas pasan la noche despiertas preocupadas por el futuro económico de sus hijos. Esto era cierto antes de la pandemia de covid-19, pero la actual crisis mundial de salud pública ha hecho que esta carga sea infinitamente más pesada para las mujeres en todo este país”, sostuvo.