El represor Alejandro Guillermo Duret perdió la suerte que lo acompañó durante años y lo mantuvo alejado de la prisión. La Cámara Federal de Casación rechazó un pedido de su defensa para volver a su casa. Condenado a quince años de prisión por el secuestro y los tormentos a Carlos Alberto Labolita, el amigo de Néstor y Cristina Kirchner desaparecido en 1976 en Las Flores, Duret está detenido desde septiembre en la Unidad 34 de Campo de Mayo, donde seguirá por decisión del máximo tribunal penal del país.
Los camaristas Mariano Borinsky, Juan Carlos Gemignani y Daniel Petrone rechazaron este martes un recurso que habían presentado los defensores particulares de Duret contra la decisión del Tribunal Oral Federal (TOF) de Mar del Plata del 16 de diciembre de negarle la prisión domiciliaria. La defensa de Duret dice que es una persona de riesgo frente a la pandemia de COVID-19, pero los jueces de Mar del Plata le respondieron que aún no cumplió 70 años y que los informes médicos no muestran que tenga un estado de salud deteriorado.
La Sala de feria de la Casación coincidió con la posición del TOF de Mar del Plata. “Sin dejar de señalar que se está en presencia de un individuo de 68 años, lo cierto es que aún con sus problemas de salud no puede sostenerse que no esté asistido médicamente como corresponde, de ahí que la sola probabilidad de contagio del virus COVID-19 no puede ser determinante para modificar la modalidad de detención, má aún cuando nada permite concluir que los riesgos por los que temen no se vean replicados aún en libertad como sucede con el resto de la sociedad”, dice el fallo del máximo tribunal penal al que accedió PáginaI12.
Duret tuvo suerte durante años en esquivar la prisión. En 2009, fue llevado a juicio por el secuestro y los tormentos a “Chiche” Labolita. Por mayoría y con la oposición del juez Carlos Rozanski, el TOF de Mar del Plata lo absolvió porque no encontró probada su participación en la desaparición del joven militante que hasta el día del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 había estado viviendo con Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner en La Plata. Dos años después, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación -- integrada entonces por Augusto Diez Ojeda, Gustavo Hornos y Mariano González Palazzo -- revocó la decisión y lo condenó a quince años de prisión. Un día antes de que los camaristas firmaran el fallo, Duret -- que conservaba sus buenas fuentes de sus años como oficial de inteligencia del Ejército -- se escapó a Chile, de donde lo expulsaron rápidamente.
Recién en octubre de 2015, la Corte Suprema reenvío la sentencia de Duret a Casación para que otra Sala revisara la decisión de ese mismo tribunal. En 2016, la sentencia se confirmó, pero aún espera en la Corte para que los supremos la dejen firme. Ése es uno de los argumentos que invocan los abogados de Duret para reclamar su libertad.
La historia de “Chiche” Labolita y de su compañera, Gladis D’Alessandro, se anuda con la de Néstor y Cristina en septiembre de 1975, cuando la actual vicepresidenta llegó a la casa que habitaba la pareja para ofrecerles mudarse a su casa en City Bell. Vivieron allí hasta que Cristina y Néstor viajaron al sur para las fiestas de ese año y terminaron detenidos en enero de 1976 en Río Gallegos, como relata la periodista Sandra Russo en su libro La Presidenta. Al regreso, los cuatro se fueron a vivir a una pensión en La Plata, desde donde se separaron la madrugada del 24 de marzo de 1976. Gladis y “Chiche” estaban decididos a volverse a Las Flores.
En medio de los preparativos para regresar a Las Flores, se enteraron que el mismo 24 de marzo habían detenido al padre de “Chiche”, Carlos Orlando Labolita, un histórico militante de la CTERA local. Volvieron, pese a que Kirchner les insistió que no lo hicieran. El 25 de abril de ese año se llevaron a “Chiche” cuando había ido a visitar a su madre. La familia volvió a verlo en la madrugada del 30 de abril, cuando lo arrastraron hasta la casa descalzo y con signos de haber sido ferozmente torturado. El operativo transcurrió ante la mirada atenta de un oficial rubio, que muy tempranamente la madre de “Chiche”, Rosa Banegas de Labolita, reconoció como Duret, porque también había participado del secuestro de su marido. Para entonces, Duret era el jefe de inteligencia (S2) del Grupo de Artillería Blindada con asiento en Azul.