Por favor, que 2021 sea mejor, fue la frase más escuchada en los últimos días de un año imposible de olvidar. La pandemia con su corte abrupto esparció sus efectos por todas las vidas y se sumaron: crisis sin precedentes del capitalismo, incendio de humedales, sequía histórica. Un año a los sacudones. ¿A quién preguntarle cómo será 2021? ¿A qué ilusión, esperanza o certeza aferrarse? ¿Estará en el cielo la respuesta a ese anhelo colectivo? Desde cientos de años antes de Cristo, con herramientas atribuidas a Hermes Trimegisto y Claudio Ptolomeo, una buena parte de la humanidad considera que la ubicación y relación entre los planetas tiene su correspondencia en la vida en la tierra. La astrología, vapuleada por quienes la consideran una superstición y banalizada por los horóscopos que la convirtieron en una respuesta a la carta según una sola de las tantas variables que analiza, es también objeto de la revisión de los feminismos, que encuentran en ella una simbología potente, pero necesaria de reformular. “Hacer astrología feminista tiene que ver con hacer reinterpretaciones de los símbolos astrológicos y de los mitos, a partir de las lecturas feministas de género entendiendo cuál es el lugar que ocupamos las mujeres, cuál es el lugar que ocupan las disidencias sexuales en la sociedad, y también, y eso me parece que es algo de 2020-2021, empezar a pensar que esa lógica de abuso del patriarcado también aplica a la naturaleza. Sería una perspectiva ecofeminista”, plantea Lu Gaitán, politóloga y astróloga, a quien puede escucharse en el podcast Bruji Pop.
Para Alma del Universo, astróloga rosarina activa en Instagram y con página propia, “la astrología es un lenguaje y el feminismo es una perspectiva. Y yo adopto este lenguaje a esta perspectiva y este conocimiento del mundo que tengo. Si bien desde la astrología tradicional y clásica los elementos que aparecen en una carta, en un tránsito, en la carta de un momento del cielo, parece que tuvieran un contenido muy estructurado, en realidad son súper maleables, porque siempre tienen que acomodarse al punto de vista histórico en el cual yo estoy leyendo esto”. Por su parte, Virginia Quiroga está en redes como Astrofeminista y aporta su propia experiencia. Como ariana, supo muy pronto que los signos considerados masculinos y femeninos se llenaban de estereotipos de género con su carga de limitación y violencia, así se decidió a buscar otras lecturas. Ninguna de las tres ofrece predicciones al paso sobre signos solares, ni siquiera considera que los astros determinen, apenas indican punto de interés, tendencias y preocupaciones, al leerlos además en relación con similares conjunciones anteriores.
“No tengo ni idea de cómo te va a ir en 2021”, se ríe con ganas Lu Gaitán ante la hipótesis de una pregunta simplista. “Es un grado de complejidad muy alta hacer una predicción. Yo no creo que el destino esté escrito, no creo en eso. Hay un componente de responsabilidad individual muy alta cuando estamos hablando del individuo. Entonces, podemos ir tomando decisiones en función del contexto. Yo no sé qué es lo que te va a pasar. Como astróloga puedo decir vas a tener un tránsito de Neptuno. El desafío de tu año va a ser sensibilizarte, salir de la lógica racional y cientificista y abrirte a otras formas de percibir el mundo, pero yo no sé si vos lo vas a lograr, si te va a ir bien, si vas a ser feliz con eso. Y lo mismo cuando hacemos predicciones a gran escala. Yo no sé si finalmente vamos a lograr regular las redes sociales, pero sí te puedo decir que va a ser uno de los temones de 2021”, cuenta sobre su forma de trabajo.
Ante esta prevención, antes de seguir leyendo hay que saber que las astrólogas consultadas no adivinan ningún futuro, al que consideran por escribirse colectivamente. Aún así, la pregunta es ¿cómo será 2021? ¿qué pasó en el cielo en 2020? Porque no se puede pensar en este año sin mirar la carga desestructurante del anterior.
El crack anunciado
Virginia Quiroga –que es astróloga y periodista-- explica de forma didáctica por qué el movimiento en el cielo permitía prever el crack de 2020. “En 2020 hubo una conjunción de dos planetas. En astrología los planetas se dividen en tres grupos, los personales, que son los más rápidos y que tienen funciones cercanas a nuestra conciencia; los sociales que son aquellos que de a poco van marcando el pulso de los cambios de las sociedades y de los momentos que atravesamos como comunidad. Después tenemos otros tres planetas que son transpersonales, que hablan de ciclos generacionales. Los ciclos de los planetas no tienen una exactitud, es un margen de tiempo. Saturno, que es uno de los planetas sociales, con Plutón hacen una conjunción. La última vez que había sucedido esto fue entre el 81 y el 83, que fueron para la Argentina tiempos muy difíciles. Luego de esto viene la democracia, y el Nunca Más, y las Abuelas, y los nietos y los HIJOS y… para mí esto es muy simbólico porque las conjunciones de Saturno y Plutón hablan de tránsitos que son muy duros para la humanidad, pero donde se producen quiebres y hay cosas que dejan de pasar”.
La astrología tiene una corriente, la mundana, que se dedica a leer los procesos sociales. Y allí abrevan las consultadas. “Sabemos que Plutón y Saturno se juntan cada 35, 37 años aproximadamente y a veces, como fue este caso, se juntan con Júpiter. Plutón representa todo aquello que tenemos que purgar, trae esta energía de transformación, los ciclos de vida y muerte. Y Saturno representa lo que tiene que ver con gobiernos, mandatos, estructuras, incluso el capitalismo”, analiza sobre el año pasado.
Para Virginia, “hay muchas formas de la organización del mundo que en este ciclo van a atravesar situaciones de cambio”. Y vuelve a aclarar que nada de lo que diga tiene un sentido concluyente. “Lo que no podemos saber es de qué manera se van a producir esos cambios. Pensamos a los planetas como un reloj, un reloj nos dice que son las 11.43, mas no es responsable de que sean las 11.43. Entonces, los planetas nos marcan una temporalidad de los momentos, de los hechos, de los sucesos. Pero no tienen la culpa ni hacen que nos pase nada”. Sin embargo, la potencia de este vínculo planetario indica que se podría “esperar una crisis del capitalismo, de las formas convencionales de gobierno”. “Pensábamos que 2020 iba a ser un año duro sobre todo porque venía con Júpiter, que es un planeta que es como una lupa, magnifica todo. De hecho, se ganó la fama de benéfico porque se lo asoció con abundancia. Lo que pasa es que Júpiter hace abundante lo que hay. Si esto es bueno, fantástico, si no, no tan fantástico”, lee lo ocurrido.
Claro que las personas incrédulas no encontrarán ninguna lógica en esa ley de correspondencia (como es arriba, es abajo) establecida en Kybalión, libro publicado en 1908, donde se compilan las siete leyes universales, o herméticas. Desde esta perspectiva, lo que ocurre en el plano astral da elementos para comprender la realidad cercana. “Simbólicamente, entre lo que pasó en 2020 y lo que viene en 2021, hay muchos temas de autoridad gubernamental. En general, todas las figuras de autoridad están siendo repensadas en este momento o discutidas y al mismo tiempo se están revisando las formas conocidas del modelo productivo”.
Para ella está claro que los tránsitos de 2021 “hablan” de “la relación del modelo productivo con la tierra, con la naturaleza y la necesidad de cuidar el planeta”. Es una lectura que comparte con Lu Gaitán y con Alma del Universo. “En 2020 vemos esta gran crisis que produce el quiebre de las estructuras conocidas y en 2021 empezamos a transitar un tiempo donde nos damos cuenta de la necesidad de reconstruir o reformular esa forma, la relación de las personas con el trabajo, del repensar también cuánto tiempo de nuestra vida le dedicamos a producir en detrimento de nuestros espacios personales, de nuestro sentir, de nuestro bienestar. Pero yo creo que el año va a estar marcado por muchas crisis en relación a los mandatarios y los pueblos”.
Jaque al rey
Virginia considera que el feminismo es una nueva forma de hacer política que llegó para quedarse. Aunque no es predicción, y mucho menos arenga, para Virginia es posible que “el pueblo se levante y esto no es una incitación a que las cosas sucedan de esta manera. Porque Saturno y Júpiter ya dejaron Capricornio este año y transitan el signo siguiente que es Acuario. En Capri tenemos todo lo que tiene que ver con las formas, la autoridad y los mandatos en las maneras convencionales, pero en Acuario hay algo de rebeldía y de revolucionario. Entonces, sin querer que esto se transforme o sea interpretado como una incitación, la realidad es que es muy probable que veamos muchas reacciones y movimientos de los pueblos en contra de las autoridades. También lo acuariano representa la virtualidad”.
Allí aparece de nuevo un signo de los tiempos: el protagonismo de la tecnología. Virginia subraya “el peligro de darle tanto poder a lo virtual. La verdad no pensé vivir para ver que una red social censurara al presidente de Estados Unidos y le cerrara las cuentas. No estoy a favor de Trump, me parece un demente. Pero si un empresario puede decidir qué puede publicar y qué no el presidente de Estados Unidos, qué nos queda al resto de los humanos. Me parece que hay que pensar también el poder que se deposita en otro modelo de producción, porque antes lo tenían las empresas y hoy lo van a tener las empresas virtuales, pero es como un paso de mando, no estamos resignificando algo. Así que yo creo que eso va a traer cola y pienso que seguramente las formas de ejercer poder y de manifestar o ejercitar la autoridad va a tener que renovarse, vamos a tener que estar atentos a todo esto”.
El otro punto nodal para Virginia –que comparte con Lu Gaitán y Alma del Universo—es la relación con la tierra. “Creo que en los próximos años va a ser un tema que nos va a requerir mucha atención, los tránsitos planetarios si los entendemos de ese lugar de marcan un tiempo y una correspondencia energética, el famoso cómo es arriba es abajo, nos están mostrando allá arriba que es tiempo de que cuidemos el planeta, y que seamos responsables con nuestros consumos, con los desechos que generamos y de la forma no sólo de producir sino de consumir”.
Cinco siglos
En una entrevista en 2020, Alma del Universo lanzó que “la conjunción de Saturno Plutón en Capricornio que se dio en 2020, la última vez que se había dado fue para el encuentro de Europa con el Abya Yala”. Es decir, en 1492. “Dentro de la comunidad astrológica, todos y todas hablábamos de que se venía un gran cambio, que evidentemente había un cambio de paradigma. Nadie se imaginó que iba a ser tan de golpe. Que el proceso iba a ser un cachetazo como lo fue una pandemia. De todas formas, mucha gente habló de pandemia, o de virus por lo menos. Yo creo que este año lo que empieza a suceder es que empieza a decantar ese proceso que se inició en 2020, astrológicamente y por los eventos dados. Empiezan a decantar las preguntas, los procesos, las consecuencias del movimiento que tuvimos. Esto es un proceso, esa dinámica de Plutón y Saturno en Capricornio es una dinámica que se cierra dentro de casi 500 años, entonces tenemos que tener una mirada a lo lejos”, plantea sobre lo profundo de la sacudida que significó –también mirando al cielo—lo ocurrido en 2020.
“No nos vamos a dar cuenta ahora, y también por eso aclaré que nadie se imaginó que iba a ser tan radical y tan de entrada. Siempre nos imaginamos que iba a ser de a poco. Plutón tiene una característica que es que no te das cuenta, no te das cuenta hasta que ya lo tenés encima, hasta que ya el proceso pasó. No te das cuenta del nivel de destrucción y de cuánto te socavó el piso. Por eso hablamos de proceso, no es que nos queramos lavar las manos. Sino que tiene que ver con una transformación paulatina, sumamente radical de la cual no somos completamente conscientes en el momento”, aclara.
¿La era de Acuario?
El quiebre está hecho. “Ahora, lo que acompaña al 2021, por lo menos estrictamente al 2021, es la conjunción de Júpiter y Saturno en el grado 1 de Acuario”, sigue Alma del Universo.
--¿Eso significa el comienzo de la era de Acuario?
--Hay mucha discusión en la comunidad astrológica con respecto a eso, hay quienes dicen que sí y de hecho lo han puesto ahí como una fecha, porque Saturno y Júpiter conjuntaron en Acuario y la última vez que lo hicieron exactamente como ahora fue en 1226. Y Saturno con Plutón fue en 1518, bastante después. Hay una gran pregunta porque no sabemos realmente cuáles son las consecuencias a largo plazo de eso. Pero… en 2024 Plutón entra a acuario, entonces hay quienes marcan la era de Acuario en este momento. Sí lo que podemos decir es que hay una densificación. Júpiter y Saturno están en el grado 1 de Acuario y dan inicio a un ciclo que tiene que ver con lo colectivo, con lo disruptivo, con las ideas colectivas y con la tecnología. Seguramente podemos decir un montón de otras palabras, pero lo podemos resumir en esto”.
Jessica usa su perspectiva para ver los símbolos. “Dentro de lo colectivo, podemos pensar los movimientos feministas, dentro de la tecnología podemos abrir la pregunta por si podemos crear tecnología que esté fuera del tipo de conciencia que tenemos. ¿eso significa que toda nuestra tecnología tiene una impronta patriarcal? Yo creo que sí”, plantea la astróloga, que también es fotógrafa.
Y plantea un escenario, por lo menos, inquietante. “Hay algo de las ideas nuevas y de los conceptos nuevos emergiendo, no olvidemos que en 1226, la última vez que Júpiter y Saturno se unieron en Acuario, surge dentro de la iglesia católica el concepto de diablo, que no existía antes. Me parece sumamente importante, porque es un concepto que después generó un montón de otros movimientos como por ejemplo la caza de brujas”, relata desde su mirada histórica.
Lo inimaginable
¿Por qué habla de algo disruptivo? “Entramos en un tiempo colectivo, social en donde vamos hacia formas de vida y hacia formas de pensar que no nos podemos imaginar todavía. Y digo no nos podemos imaginar, porque son tan disruptivas, porque lo que vamos a experimentar es tan disruptivo que no podemos imaginarlo hoy”. Para Alma del Universo, “esto tiene mucho que ver con el espacio cuerpo de las mujeres y en la Argentina específicamente con el aborto, pero sobre todo con el espacio-cuerpo que tiene que ver con la tierra, y con el vínculo con la tierra, y con la crisis climática y con todo lo que eso significa”.
Los planetas y los signos astrológicos que les corresponden, o los expresan, son la materia con la que trabajan en astrología. Por ende, para seguir el tren de estas lecturas se requiere de un mínimo conocimiento de cuáles son los signos y sus planetas regentes, además de la estrella Sol (que determina el más popular signo de nacimiento) y el satélite Luna. Los símbolos nacieron de la mitología de Grecia y Roma. La relectura feminista requiere revisar el contenido patriarcal de toda esa simbología. Así que, con su propia mirada, Alma del Universo alerta: “Tuvimos una transformación de las formas y las estructuras, que todavía no terminamos de entender y por lo tanto ahora viene la materialización de las nuevas ideas. Saturno y Júpiter en Acuario. ¿Cuál es el rol del feminismo ahí? Espero que todo. Porque no hay nada determinado acá, y Acuario puede ser tanto un tirano como un liberador”.
Algo de paz
Nada está dado, la acción humana tiene la última palabra y hay mucho que se puede hacer aun cuando los planetas no estén alineados. Pero sí, Alma considera que “astrológicamente, 2021 es muchísimo más tranquilo que 2020, en términos de conjunciones, porque en 2020 tuvimos muchos movimientos muy potentes. Este año no hay tanto. Empezamos a materializar, a densificar, a darnos el tiempo para entender qué fue y qué es lo que está pasando. No significa que no vayan a pasar cosas, porque justamente esa materialización hace que empecemos a ver, que empecemos a darnos cuenta de cuáles son las consecuencias de todo esto. Entonces, acá yo doy una vuelta. La astrología nunca dice esto va a ser un buen tiempo o un mal tiempo, por lo menos la astrología más moderna. Nunca dice esto es bueno o es malo, todo depende del tipo de experiencia que tengamos y de cómo nos paremos frente a esto”, aclara.
Que 2020 fue movido no lo dicen sólo los astros, pero ahí están sus movimientos para confirmarlo. “Pasaron cosas hasta el último momento, salió la ley del aborto, así que 2020 fue sacudido hasta el último respiro”, introduce su respuesta Lu Gaitán. “Yo lo que veo de 2020 es que estuvo marcando un ciclo de casi 40 años, como que había algo ahí de derribar lo viejo y empezar a construir de un modo diferente, pero para eso había que derribarlo todo. Eso tiene que ver con la conjunción de Saturno Plutón. Entonces, 2020 es el comienzo de un ciclo de casi 40 años. En paralelo, a finales de 2020 sucedió otro tránsito que es la conjunción de Saturno y Júpiter en Acuario. Y esa conjunción marca el comienzo de un ciclo de 200 años. Es un montón de tiempo. Lo que quiero decir con esto es que 2021 no creo que tenga la densidad, la lentitud y lo espeso que tuvo 2020. Eso ya me parece que es un montón”, analiza esta astróloga y politóloga.
Cuidar la tierra
Para ella, el año que recién se inicia va a ser “como ok, entramos en otra forma de vivir”. Las tres astrólogas consultadas coinciden en la preeminencia que toma el cuidado del planeta. “Me parece que 2020 dejó en evidencia muchas cosas que teníamos normalizada y naturalizadas, como la forma de vida en las ciudades, por ejemplo. Muy contaminante, de mucho consumo innecesario, con muy poco tiempo para el ocio. El 2020 lo dejó en evidencia por completo. Ya sea porque dejamos de viajar todos apretados en el subte en hora pico o ya sea porque la crisis que vino con la pandemia redujo nuestro poder adquisitivo. Entonces, ok, no voy a gastar plata en boludeces. Ya sea porque te viste sobrecargada de trabajo, porque también pasó eso con docentes y gente que trabaja en el sistema sanitario, por ejemplo. Hubo algo de ver con suma crudeza la situación en la que estamos a nivel laboral y económico y también en Argentina se hizo muy evidente la forma en que opera el agronegocio. Toda nuestra economía gira en torno al campo y a una forma muy particular de producir los alimentos, que tiene que ver con la destrucción, que tiene que ver con la ganadería, que tiene que ver con los laboratorios operando con los agroquímicos, con las modificaciones genéticas, con lo destructivo que eso es no sólo para los seres humanos, porque pueblos fumigados sino también para la tierra y los incendios que hubo. Me parece que 2020 fue crudísimo en un montón de cosas. Entonces, 2021 es un año de tener en cuenta que hay cosas que no podemos volver a permitir. A mí hay algo que me parece muy interesante, sobre todo con esto de que salió la ley del aborto, es la importancia de lo colectivo y de lo comunitario, algo de lo que tal vez no teníamos tanto registro antes”.
Por todo eso, Lu Gaitán plantea que “2021 es un año que tiene una energía más acuariana, uraniana, y eso tiene que ver con lo comunitario, con lo colectivo y también con la tecnología, también se hizo muy evidente el poder que tienen las redes sociales en nuestras vidas, como nos van manipulando con el algoritmo y según la lógica del empresario dueño de esa aplicación o de esa red social. Entonces, me parece fundamental que observemos que esa parte de nuestra vida, aunque sea virtual opera en el terreno de la materia y que necesita una regulación, y necesita una observación muchísimo más crítica de la que teníamos antes”.