Las figuras de cera del empresario brasileño Arlindo Armacollo alcanzaron una popularidad inusitada en las redes, no por captar de manera fidedigna los rasgos de figuras como Elvis Presley o Albert Einstein, sino exactamente por lo contrario.
Los propios brasileños no dudaron en hablar en las redes del "Brazilian Horror Story" para referirse a una muy particular versión sudamericana del famoso museo de Madame Tussaud en Londres: el museo "Izidoro Armacollo", que reúne a figuras de cera de la Madre Teresa, Lady Di, el Chavo del 8, Nelson Mandela, el Papa Francisco, Michael Jackson y la reina Isabel II de Inglaterra, entre otros.
Las obras de Armacollo, de 77 años, se convirtieron en memes que dieron la vuelta al mundo después de que los internautas rescataran un reportaje sobre sus obras realizado en 2015 por una televisión de la ciudad de Rolandia, en el sureño estado de Paraná, en Brasil. En ese momento, el artista había exhibido varias de sus obras en una iglesia.
"Ahora todos conocen mi trabajo", dijo en una entrevista telefónica con la agencia Efe, en tono risueño sobre el tenor de su fama. "Hicieron la publicidad en la época de la exposición y alguien sacó una foto como para burlarse, una broma tonta. Pero salió en Internet y tomó toda esa proporción", detalló. En las últimas décadas, el artista pintó y donó cuadros, estudió y aprendió (de forma autodidacta) nuevas técnicas y, hace unos seis años, decidió aventurarse también con las figuras de cera.
"La primera que hice fue la de Madre Teresa de Calcuta. Había un cura en la ciudad que viajó a Italia y le prometí que en cuanto volviera le haría una estatua como regalo", recordó. En medio del "entusiasmo" por el nuevo oficio, decidió esculpir otros icónicos personajes, todos en tamaño real, para componer una exposición.
Aquella muestra en 2015 fue todo un éxito en Rolandia y atrajo la prensa local y decenas de visitantes, pero no fue hasta cinco años después cuando sus figuras de cera conquistaron el mundo gracias a las redes sociales. "Yo no estoy haciendo eso para ganar dinero, lo hice para la ciudad, lo hice por el arte. Si a la gente le gusta, que vengan a visitarlo. Si no, que no vengan. Hay mucha gente a quien le da igual el arte y encima se burlan", expresó Armacollo al respecto.
"Pero me pareció óptimo, porque difundió mi trabajo y la ciudad incluso pasó a ser más conocida, ahora todos saben qué es y dónde está Rolandia", destacó sobre una localidad con poco más de 60 mil habitantes, 400 kilómetros de Curitiba, capital del estado de Paraná.
Armacollo tiene una inmobiliaria y otros negocios, y se enteró a través de una de sus nietas de que se había convertido en una celebridad de las redes. No a todos sus familiares les cayó bien la noticia. "Una de mis nietas, de 13 años y preocupada por su abuelo, llegó a llorar con las críticas", contó.
No se desanima ante burlas como "artista versión Chernobyl" que circulan en las redes. "Todo en la vida tiene un propósito", dijo, al tiempo que cree que la publicidad puede atraer interesados en su obra. "Dedico horas a ese trabajo porque es algo que me gusta. Creo que la gente critica por nada, no me importa. Eso sólo va a traer más curiosos", manifestó.
De hecho, las visitas al museo crecieron a partir de la viralización. Armacollo reabrió su museo en octubre, después de tener cerrado varios meses por la pandemia de coronavirus. Allí se pueden ver un total de 18 esculturas de cera y unas 80 pinturas. Además tiene siete estatuas en casa, en cuya restauración trabaja para luego exhibirlas.