El intendente de Pinamar, Martin Yeza, firmó este miércoles un decreto "de efectivo y automático cumplimiento" mediante el cual prohíbe el consumo de alcohol en espacios públicos como playas y plazas. La medida se produce un día después de un nuevo incidente en una playa, protagonizado por decenas de jóvenes, que dejó como resultado una joven herida tras recibir un botellazo en la cabeza. También prohibieron escuchar música con parlantes a volúmenes muy altos.
"La Secretaria de Seguridad de Pinamar, en forma coordinada con las fuerzas de seguridad provincial y nacional, realizarán operativos que fiscalicen el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos y la propagación de sonidos que propicien y/o estimulen la concentración de personas y no permitan mantener el distanciamiento social y preventivo", indicaron fuentes municipales en un comunicado.
Al referirse a los parlantes, el funcionario expresó: "Se controlará su uso ya que no podrán superar ciertos decibeles que están establecidos en la ordenanza municipal 3318/06, que propicien o estimulen la concentración de personas y den lugar al incumplimiento del distanciamiento social preventivo y obligatorio".
"Lo que buscamos es evitar la concentración de los jóvenes. Si la gente escucha música a un tono 'normal' no se lo prohibiremos. Acá no se estamos privando ningún derecho constitucional", concluyó Ventoso.
Batalla campal
En la tarde del martes, se divulgaron en las redes sociales imágenes de una batalla campal entre jóvenes, que dejó como resultado una joven con heridas en la cabeza tras recibir un botellazo
Acorde al informe policial, el hecho ocurrió en el balneario Boutique, de Pinamar, donde más de 1.000 jóvenes se habían concentrado mientras escuchaban música en la zona de arena y a orillas del mar.
La pelea habría comenzado cuando una joven recibió el golpe de una botella de plástico en su cabeza y luego que sus amigos vieron quien había arrojado la botella al aire, comenzó una batalla campal, donde -según las imágenes- participaban una decena de personas.
Cuando la policía llegó al lugar y dispersó a los jóvenes, Los efectivos lograron identificar a David Ferro, el joven que había arrojado la botella, y tras una persecusión, lo detuvieron: quedó imputado por los delitos de "resistencia a la autoridad y lesiones”.