A través de su agencia oficial de noticias, Corea del Norte prometió “respuesta sin piedad” a los Estados Unidos por cualquier intromisión en sus asuntos. La respuesta del régimen de Pyongyang llega a horas de los actos oficiales por el 105º aniversario del nacimiento de Kim il-sung, fundador del estado norcoreano y abuelo del actual líder, Kim Jong-un.
En el comunicado de su cancillería el régimen de Kim señala que "Estados Unidos introdujo en la península coreana, el punto más caliente del mundo, activos nucleares masivos, amenazando seriamente la paz y la seguridad de la península y llevando la situación al borde de la guerra".
Occidente teme que los norcoreanos usen los actos del 15 de abril para un ensayo nuclear. Mientras tanto, el portaaviones Carl Vinson avanza hacia la península. "Si hay una guerra, el resultado será una situación en la que todos perderán y nadie resultará ganador", aseguró el canciller chino Wang Yi. El gobierno chino es el principal sostén de Corea del Norte y busca distender las relaciones entre ambos países.
Rusia también se manifestó preocupada, e instó a evitar “actos provocativos” en la región, según un portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "Moscú está observando con gran inquietud la escala de tensiones en la península de Corea. Llamamos a todos los países a mostrar contención, y advertimos a todos los países contra cualquier acción que pueda suponer un paso provocativo".
Japón salió a apoyar a Estados Unidos, advirtiendo del potencial nuclear de Corea del Norte y comparó a Kim con el régimen sirio. Mientras, el Vaticano pidió “la desnuclearización de la península coreana”. El lanzamiento de la llamada “madre de todas las bombas”, la mayor bomba no nuclear, sobre objetivos del ISIS en Afganistán, puede leerse como una advertencia a Kim.