Una de las grandes leyendas es la del monstruo del lago Ness, el animal mitológico que habitaría en las profundidades de ese lago escocés. Durante años se intentó captar alguna imagen del supuesto morador del lago, al tiempo que la zona logró ser un atractivo turístico. Ahora, un científico sostiene que, en rigor, el presunto monstruo es una especie antigua de tortuga marina.
El norteamericano Henry Bauer afirma que Nessie (tal como llaman los lugareños al presunto monstruo) puede ser una tortuga que quedó atrapada en el lago cuando, en el final de la Edad de Hielo, hace 12 mil años, retrocedieron las aguas. A su vez, Bauer descartó de plano la posibilidad de que Nessie sea una forma de dinosaurio.
"La idea más popular es que el monstruo del lago Ness tiene una relación con los plesiosaurios extintos. Pero esto no encaja con la rareza de los avistamientos en la superficie, y mucho menos con los avistamientos ocasionales en tierra", destacó Bauer, de 89 años, y profesor jubilado de química y estudios científicos en el Instituto Politécnico y la Universidad Estatal de Virginia, al Daily Record.
Según Bauer, "muchas especies de tortugas vivas y extintas respiran aire pero pasan mucho tiempo en aguas profundas. Se aventuran en tierra, son muy rápidas en el agua, tienen la capacidad de ser activas en aguas muy frías y tienen cuellos relativamente largos".
La leyenda de Nessie se remonta al siglo VI, cuando se lo mencionó por primera vez en una biografía de San Colombo. Allí se relata que el animal mordió a un nadador y que se disponía a atacar a otro cuando el santo intervino, ordenó retroceder al monstruo y este se sumergió.
El mito generó aún más atracción en 1960, cuando Tim Dinsdale, un ingeniero aeronáutico, presentó una filmación de una joroba que dejaba una estela en el lago. Durante 2020, se registraron 12 supuestos avistamientos. El último fue en diciembre pasado, cunado una pareja dijo que vio emerger una criatura de la profundidad. Unas semanas antes, el sonar de un barco detectó un objeto de diez metros de largo a 570 metros de profundidad.
Bauer se reconoce un fanático de Nessie. Admite que su pasión comenzó cuando vio la película de Dinsdale. Un cuarto de siglo más tarde, el científico fue uno de los observadores de la Operación Deep Scan. En esa oportunidad, en octubre de 1987, una flota buscó con sonares a la criatura durante tres días, de manera infructuosa.