La justicia vaticana condenó este jueves a casi nueve años de prisión al expresidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco de la Santa Sede, por enriquecimiento ilícito y blanqueo de capitales. Angelo Caloia, de 81 años y presidente de la institución durante veinte años, fue condenado junto con su abogado Gabriele Liuzzo, de 97 años, a ocho años y once meses de cárcel y una multa de 12.500 euros por apropiarse ilegalmente de decenas de millones de euros tras la venta de una veintena de propiedades en Roma y Milán. El hijo del abogado, Lamberto Liuzzo, fue condenado a cinco años y dos meses de prisión, además del pago de una alta indemnización.
Según los investigadores, los tres condenados desfalcaron por más de 50 millones de euros (60 millones de dólares) al banco del Vaticano mediante la venta de decenas de inmuebles, realizada prácticamente sin publicidad ni control alguno entre 2001 y 2008. El caso fue descubierto en 2014, cuando se incautaron las cuentas bancarias de dos ejecutivos del banco y el abogado.
De 29 ventas investigadas, unas 21 "fueron realizadas por debajo de su valor y el dinero ahorrado por los compradores terminó en los bolsillos de los acusados", explicó el abogado de la institución bancaria, Alessandro Benedetti. Los tres acusados fueron inhabilitados para el ejercicio de cargos públicos en el Estado pontificio y se deberá indemnizar al IOR y a la sociedad inmobiliaria SGIR con unos 23 millones de euros.
El juicio por malversación de fondos públicos y blanqueo de capitales comenzó hace dos años y medio, en mayo de 2018, cuatro años después de que las autoridades vaticanas recibieran una denuncia del propio banco. Se trata de la primera vez que el Vaticano solicita la cárcel por un delito financiero.
A principios de diciembre del año pasado, el fiscal del Vaticano Alessandro Diddi había solicitado ocho años de cárcel para Angelo Caloia y Gabriele Liuzzo, por blanqueo y malversación de fondos, junto al decomiso de más de 60 millones de dólares de sus cuentas. Caloia, de 78 años, fue presidente del IOR entre 1989 y 2009, mientras que Liuzzo, de 93, no tenía ningún cargo en la entidad.
El banco del Vaticano, fundado en 1942, ha sido objeto de numerosos escándalos a lo largo de su historia, algunos de los cuales involucraron a la mafia siciliana. Los clientes de la entidad son sacerdotes, monjas, conferencias episcopales, fundaciones y organizaciones religiosas de todo el mundo.