Dada la sensibilidad que generó el anuncio y en algunos casos la concreción del aumento del precio del pan, los diferentes eslabones de la cadena de valor se desmarcan de su posible responsabilidad en la suba de costos de uno de los productos básicos de la mesa de los argentinos. A principios de la semana fueron las asociaciones de industriales panaderos. Este jueves les tocó el turno a los molineros, que negaron las acusaciones de desabastecimiento realizadas por algunos dirigentes panaderos y denunciaron que desde las fiestas no pueden reponer la mercadería (es decir, el trigo) y se encuentran utilizando el “stock de seguridad” que poseen para este tipo de situaciones.

En diálogo con PáginaI12, el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, aclaró tres puntos que considera cruciales en este conflicto que mantiene al ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas en diálogo con representantes el sector. 

Otra vez sopa: la especulación

En linea con las denuncias de los panaderos, Cifarelli explicó que se vive un momento de tensión en el mercado porque hay escasez en la oferta de trigo. "Estas situaciones suceden a lo largo del año, pero no suelen pasar en enero, cuando recién termina la cosecha", explica y agrega: "Estamos usando el stock de seguridad, que compramos en plena cosecha pero que vamos reponiendo diariamente en tiempos normales. Ahora no podemos reponer la molienda diaria, porque los productores probablemente estén conservando los granos para que no se desvalorice su producción hasta la próxima siembra". Lo que se puede deducir como una especulación, Cifarelli lo interpreta como una falla del Estado por no generar una política pública para incentivar a que el productor triguero despache la mercadería: "No hay herramientas que le permitan al productor salir del grano y quedarse dolarizado de cara a la próxima siembra", explica. 

En un déjà vu de lo que hace apenas una quincena fue un conflicto con los productores de maíz, otra teoría sobre la escasez de trigo puede tener que ver con que los productores esperan que el peso se desvalorice aún más para vender la producción a un precio más alto, o que estén mirando con cariño las pizarras de futuros en el Mercado de Chicago, en donde el precio del trigo se encuentra batiendo récords históricos y con tendencia alcista.

Desabastecimiento

"Que desaparezca la idea de q existe desabastecimiento porque no lo hay. Todas las panaderías están abastecidas y las industrias no dejaron de moler en ningún momento, incluso en épocas álgidas de la pandemia", sentenció Cifarelli en respuesta a las declaraciones de algunos dirigentes panaderos que, además de atribuir el aumento del producto final a la suba de la bolsa de harina (en los primeros días del año la bolsa de harina costaba 1.400 pesos, mientras que el viernes 15 de enero cerró en 1.800 pesos); deslizaron que en algunas zonas del interior comenzaba a haber desabastecimiento, lo que podía empujar los precios aún más al alza.

Precio máximo

"Un factor que afecta directamente a la industria molinera es el precio controlado de la harina que rige desde el 6 de marzo de 2020. Desde esa fecha pudimos tener solo dos aumentos, uno del 5 por ciento y otro del 4 por ciento, mientras que el trigo, que significa un 80 por ciento del costo de producir harina, aumentó 61 por ciento interanualmente”, explicó el dirigente y agregó : “Tener el precio fijo con un 9 por ciento acumulado de un año contra un 61 por ciento de aumento de materia prima básica, más la inflación normal del orden del 35/40 por ciento es insostenible".

El presidente de la Federación indicó que, cuando se congeló el precio, la bolsa de 25 kg. de harina costaba 620 pesos, mientras que hoy en día cuesta alrededor de 700 pesos. “Lo que necesitamos es un valor similar a 850/900 pesos más impuestos”.  “Si el trigo es precio mundial, si la harina es la más barata del mundo y el pan es a precio mundial, evidentemente la complejidad para nuestro sector es enorme”, concluyó.