El gobierno del flamante presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una suspensión de las deportaciones de inmigrantes durante 100 días. El secretario interino de Seguridad Nacional, David Pekoske, explicó que el objetivo es "garantizar" que el país tenga "un sistema migratorio justo y eficaz centrado en proteger la seguridad nacional, la seguridad fronteriza y la seguridad pública", por lo que ordenó "revisar y reiniciar" los protocolos.
El comunicado del Departamento de Seguridad Nacional destaca que esta pausa permitirá garantizar de forma adecuada el uso de los recursos en los retos más importantes a los que se enfrenta el país como el de "la frontera sudoeste". La medida llega en el marco de las nuevas políticas en materia migratoria que incluyen el freno a la construcción del muro en la frontera con México. Apenas asumió la presidencia el miércoles, Biden anunció además que suspenderá las inscripciones en el programa "Permanezcan en México", que le permitió al gobierno de Donald Trump devolver al país vecino a los solicitantes de asilo, y buscará regularizar a 11 millones de indocumentados.
El documento firmado por David Pekoske especifica que la pausa, que comenzará este viernes, no aplica a quienes no estaban en Estados Unidos antes de noviembre del año pasado, o en caso de que el director interino del Servicio de Inmigración y Aduanas decida la expulsión. Biden adquirió este compromiso después de recibir duras críticas durante las primarias demócratas por las deportaciones masivas del gobierno de Barack Obama, del que fuera vicepresidente. Durante la presidencia de Obama fueron deportados tres millones de inmigrantes, más que con ningún otro gobierno de Estados Unidos, incluyendo el de Donald Trump.
La medida se enmarca dentro de las primeras órdenes ejecutivas que ha tomado Biden al sentarse en el Despacho Oval como el 46º presidente de Estados Unidos, horas después de haber jurado el cargo. El mandatario demócrata firmó el miércoles un decreto ordenando frenar la construcción del muro fronterizo que recorre parte de la frontera sur y que fuera uno de los pilares de la política restrictiva de Trump en materia migratoria.
Además presentará un proyecto ante el Congreso que permitirá la naturalización de unos 700 mil jóvenes que llegaron como indocumentados en su infancia acompañando a sus padres, colectivo conocido como los "dreamers". Por último, el plan migratorio de Biden prevé regularizar a 11 millones de indocumentados, aunque ese proyecto depende del Legislativo.
En septiembre del año pasado, un tribunal de apelaciones de Estados Unidos le había permitido a la administración de Donald Trump deportar a cientos de miles de inmigrantes que ya habían sido reconocidos como ciudadanos estadounidenses. Entre ellos se encontraban varios menores de edad.
Como era de esperarse, las primeras medidas tomadas por el flamante gobierno de Biden fueron bien recibidas por el gobierno mexicano. "México saluda el fin de la construcción del muro, la iniciativa migratoria en favor de DACA y un camino hacia la doble ciudadanía", escribió en Twitter el canciller Marcelo Ebrard. "Como escribió el presidente López Obrador hace unos años al ahora presidente Joe Biden, los puentes abren paso a la cooperación y al entendimiento", agregó.
Por su parte el mandatario mexicano le deseó a Biden éxito en su mandato, dijo compartir las prioridades del demócrata y subrayó que la cooperación binacional debe "respetar la soberanía". López Obrador, quien tuvo un trato estrecho con Trump, fue uno de los últimos presidentes en felicitar a Biden por su triunfo en las elecciones de noviembre, ya que esperó a la reunión y confirmación del Colegio Electoral el pasado 14 de diciembre.