La ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, confirmó que el retorno a clases en la provincia a partir del 1 de marzo será “una combinación de presencialidad y virtualidad”, y sostuvo que unas de las prioridades para que esto se concrete serán las características edilicias de cada escuela y la vacunación de docentes contra el Covid-19. Además, la funcionaria calificó de “inexacto y de alto voluntarismo” al plan del gobierno porteño para el retorno a las aulas: “Es un error, no hubo indicaciones claras”.
Hasta el momento, lo que se definió es que el retorno a clases de manera presencial será escalonado y de acuerdo a la infraestructura de cada establecimiento. “Donde hay 30 chicos por aula, habrá una combinación de tres días de presencialidad y dos de virtualidad”, explicó.
Este esquema de días será rotativo de manera semanal y permitirá que cada aula se pueda separar en grupos, tal como lo definió la Dirección General de Escuelas junto con los directivos de escuelas, gremios e intendentes. “No todas las escuelas son iguales y no se puede tomar una medida única”, remarcó.
La infraestructura escolar
“La combinación de presencialidad y virtualidad dependerá de la dimensión de las aulas” y, para que esto pueda planificarse, una de las tareas que emprendió la gestión provincial fue “trabajar desde el año pasado para resolver cuestiones de infraestructura”. “Hay escuelas con reducidos espacios y escasa ventilación” y por eso, desde el año pasado, ya “se hicieron más de 2800 obras”.
El desafío es enorme. La provincia de Buenos Aires tiene alrededor de 10 mil establecimientos con una matrícula de 3,3 millones de alumnos, casi la cantidad de habitantes de la ciudad de Buenos Aires. Y la clave es respetar el calendario previsto: 1 de marzo, inicio en los niveles inicial, primaria y especial; lunes 8, secundaria, técnicas y agrarias; y 15 de marzo, Educación Superior.
El otro eje sobre el cual se trabaja para volver a la presencialidad es la vacunación de los docentes, que “está prevista a partir de la llegada de la próxima remesa de vacunas” Sputnik V, hacia inicios de febrero.
La vacunación de docentes y personal auxiliar
Esto también definirá cómo será la apertura de aulas. “La vacuna no es obligatoria y habrá docentes que quieran vacunarse y otros que no”, reconoció García. Entonces, “ahí veremos la cantidad (de maestros) que tendremos para que estén a cargo de aulas”. Los que no se vacunen, agregó, seguramente serán contemplados para participar del dictado de clases virtual.
La clave es controlar el crecimiento del virus. “Si se lo logra y se bajan los contagios del crecimiento alocado que hubo en los últimos tiempos, seguramente estaremos mucho más tranquilos para volver a la presencialidad a partir de marzo”, dijo la funcionaria.
El objetivo es que una vez abiertas las aulas, no se deba volver atrás por inconsistencias de seguridad y proliferación del virus. “En los lugares del mundo donde se abrió la educación con presencialidad y el virus circuló porque no estaba contenido, hubo que volver para atrás. Nosotros tenemos la suerte de tener la vacuna y estimamos que no va a ser necesario volver para atrás, pero tendremos que mirarlos día a día”, puntualizó García.
"Los chicos contagian"
Lo que está claro, agregó, es que “los chicos contagian”. Por eso “habrá que “mantener los protocolos estrictos de distanciamiento, aireación, barbijos y lavado de manos”. No obstante, hay docentes con factores de riesgo. Y a esto hay que sumarle el uso del transporte público que harán tanto los chicos como los maestros.
“La sobrecarga de transporte público es un riesgo. Por eso insistimos con vacunación de docentes y auxiliares, queremos que estén protegidos”, enfatizó la funcionaria no sin conceder que la vacuna no es obligatoria y que habrá muchos que decidan no aplicársela.
La vuelta a clases presenciales “es una planificación de mucha precisión, porque lo no se puede es decir que ‘está abierta la presencialidad’ y a los pocos días dar marcha atrás”, apuntó la ministra de Gobierno, quien también defendió el rol de los sindicatos docentes.
“Se dice que los gremios van a ser los culpables de que no empiecen las clases. Nada más lejos de eso, en la provincia hay un diálogo con todo el sector gremial” y lo que está claro es que “todos los docentes quieren comenzar las clases, pero en condiciones de seguridad”.
Las críticas al plan de Acuña y Rodríguez Larreta
Teresa García cuestionó el plan del gobierno porteño para volver a clases presenciales, 15 días antes de que lo haga el resto del país. “Tengo una opinión personalísima: me pareció muy inexacto, de un alto volutarismo y sin demasiadas precisiones”, criticó.
Particularmente salió al cruce del confuso criterio de “burbujas”, explicado ayer por la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña. Para García, “cuando se dice que cada aula es una burbuja y que los docentes pueden transitar de burbuja en burbuja, es porque que no está muy afinado el protocolo”.
Por esto y otros puntos, el plan anunciado ayer “es un error, no hubo indicaciones claras”. “Todos tenemos voluntad para que las clases comiencen con presencialidad, pero hay que dar certezas”, exhortó.