El clima de euforia bursátil en las principales bolsas de Occidente genera preocupación incluso entre los inversores más optimistas. Los nuevos record de Wall Street marcados en la jornada de asunción de Joe Biden no se condicen con el clima de incertidumbre que vive el mundo. Algunos gestores de fondos con larga experiencia como Warren Buffett comienzan a plantear que el riesgo de crac bursátil es elevado.
Las apuestas de muchos otros administradores de carteras a pesar de estas advertencias no parecen estar en retroceso. La liquidez global extraordinaria con rendimientos cercanos a cero por ahora sigue siendo un motor para impulsar las inversiones de riesgo. La tendencia es buscar oportunidades en sectores de fuerte innovación.
El segmento FoodTech es uno de los que comienza a despertar mayor entusiasmo entre los fondos de inversión. Se trata de un sector que combina el rubro de los alimentos con distintas tecnologías (desde edición genética hasta blockchain) para ofrecer servicios y productos disruptivos. Los más osados dicen que el potencial de esta industria puede compararse con el de Internet hace 20 años.
El capital desembolsado para emprendimientos startup de este rubro se ubicó en unos 20 mil millones de dólares el año pasado, y los países que lideraron el arribo de las inversiones fueron China, Estados Unidos, India, Reino Unido e Israel.
El dato fue publicado en un reporte del gestor de fondos de riesgo Agfunder y se suma a otra tendencia central que es el cambio en el destino de las inversiones en favor de proyectos de alto impacto.
Hasta 2019 los capitales buscaban empujar el desarrollo de empresas vinculadas con el negocio de las Apps de delivery tipo Rappi o con plataformas para el comercio electrónico. A partir de ese momento y por primera vez desde 2016 ganó protagonismo la inversión en emprendimientos focalizados en producir y transformar los alimentos principalmente a partir de proteínas alternativas.
En 2019 la empresa Beyond Meat marcó un hito financiero para los emprendimientos que usan la química y la biología como el corazón de su negocio. Salió a cotizar en el mercado Nasdaq de Estados Unidos con un precio de 66 dólares. En la actualidad su acción se opera a 136 dólares, es decir que acumula un incremento de poco más de 100 por ciento.
Esta empresa usa derivados de las plantas para replicar el gusto, el tacto y la forma de las carnes animales. No es la única de este estilo y posiblemente tampoco la más innovadora. Las compañías que pretenden modificar en forma copernicana la manera en que se producen, consumen y distribuyen alimentos son cada vez más numerosas aprovechando desde la impresión 3D de alimentos hasta la robotización.
En el portal de la Universidad Singularity pueden leerse una gran cantidad de propuestas de empresas del mundo para revolucionar el sector de los alimentos. El uso de insectos como comida, la producción de salmones a partir de células de laboratorio o tecnologías para tener tierras de cultivo en el desierto son algunos ejemplos.
En las afueras de Copenhague, en Dinamarca, se encuentra en marcha un proyecto impactante. Avanza la construcción de un edificio de 7000 metros cuadrados que será utilizado con técnicas de agricultura verticial (vertical farm). Será el más importante de Europa, usará energía eólica y empleará robots para trabajar con los cultivos.
Las verduras se cultivarán utilizando un litro de agua por kilogramo de producto, una proporción que es 250 veces menor de lo utilizado en la agricultura tradicional. Los robots se encargarán de llevar las semillas a los estantes en los que se apilan los cultivos y las plantas crecerán en una arquitectura basada en hidroponía.