Juan Guzmán Tapia, el primer juez chileno que procesó a Augusto Pinochet por crímenes de su dictadura, murió a los 81 años. La familia del magistrado confirmó la denuncia, si no hubo mayores precisiones sobre la causa de su muerte,
El juez Guzmán hizo carrera en el Poder Judicial chileno. En enero de 1998 se hizo cargo de la investigación por la Caravana de la Muerte, una de las principales acciones represivas de la dictadura pinochetista tras el golpe de Estado de 1973. Al momento de tomar Guzmán ese caso, Pinochet todavía era jefe del Ejército. Pasó a retiro dos meses más tarde para asumir como senador vitalicio, de acuerdo a lo dispuesto en la Constitución que el régimen promulgó en 1980.
En octubre de 1998, todo cambió: Pinochet, que había viajado a Londres, fue arrestado en la capital británica por pedido del juez español Baltasar Garzón. Se inició una batalla jurídica y diplomática que, pese a la aprobación del pedido de extradición a España, derivó en la libertad del ex dictador por motivos de salud, en marzo de 2000.
Pinochet regresó a Chile, pero ya no era el mismo país que un año y medio antes. Perdió los fueros de senador y las causas en su contra se activaron. La más comprometedora era la de la Caravana de la Muerte. El 1º de diciembre de 2000, Guzmán procesó a Pinochet por 19 secuestros y 53 homicidios cometidos por aquella comitiva que despachó como jefe del Ejército y gobernante de facto a reprimir, al mando del general Sergio Arellano Stark. El juez ordenó el arresto del ex dictador, que recibió la gracia de la prisión domiciliaria. El pinochetismo llegó a cuestionar la idoneidad del juez por el hecho de que en su juventud, antes del golpe contra Salvador Allende, tuvo un pequeño papel en la película Estado de sitio, clásico del cine político que dirigió Costa-Gavras.
La Corte de Apelaciones de Santiago dejó sin efecto la medida por la cual Pinochet había sido detenido en suelo chileno. La defensa del antiguo general consiguió que tribunales superiores tuvieran en cuenta la avanzada edad (85 años) y los problemas de salud, casi un calco de las razones por las cuales el gobierno de Tony Blair había devuelto a Pinochet a Chile.
Desde entonces, y hasta su muerte, en 2006, el anciano ex dictador no tuvo mayores problemas judiciales. No al menos en el plano de los derechos humanos: en sus últimos meses debió afrontar la causa por el dinero que se encontró en cuentas secretas en el Banco Riggs. Todas las causas en su contra se cerraron con su fallecimiento.
Guzmán abandonó el Poder Judicial en 2005. Publicó sus memorias, tituladas En el borde del mundo: Memorias del juez que procesó a Pinochet, y fue decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Central de Chile, así como director del Instituto de Derechos Humanos de esa casa de altos estudios, fundado por él mismo.