La Cámara Federal de Casación se encamina a tratar después de la feria el caso de los hermanos Emilio y Julio Méndez, dos civiles condenados por aportar una chacra como centro clandestino en Tandil, donde estuvo secuestrado y fue torturado el abogado laboralista Carlos Alberto Moreno. Estos hermanos fueron beneficiados recientemente por la Corte Suprema en un fallo que fue cuestionado por representar una nueva traba al juzgamiento de los responsables civiles y empresariales de delitos de lesa humanidad. Los jueces de Casación fijaron una audiencia para el 22 de febrero, cuando se cumplan dos meses de la resolución de los supremos.
En 2012, el Tribunal Oral Federal (TOF) de Mar del Plata condenó a los hermanos Emilio y Julio Méndez a quince y once años respectivamente por haber cedido la chacra donde estuvo secuestrado Moreno en 1977. Ese fallo fue confirmado un año más tarde por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación. Luego fue a la Corte Suprema que el 22 de diciembre último decidió favorecer a los dos civiles y reenviar el tema a Casación. Lo curioso es que el máximo tribunal sí confirmó la condena que había sido dictada contra los militares del Batallón de Logística I de Tandil, pero no la de los dos civiles. La mayoría de la Corte --conformada por Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda-- sostuvo que no estaba opinando acerca del fondo de la cuestión, pero que los casadores no habían cumplido con una revisión exhaustiva del fallo que en 2012 dictó el TOF de Mar del Plata. Por su parte, el presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, fue más a fondo y sostuvo que los Méndez no eran parte de una empresa criminal con los militares de la zona y puso en duda que la chacra de los Méndez hubiese funcionado como centro clandestino durante los primeros años de la dictadura.
El fallo de la Corte recibió críticas por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación e incluso fue fuertemente cuestionado por uno de los jueces que juzgó el caso Moreno en 2012. Días atrás, la organización Justicia y Concordia, que nuclea a abogados de imputados y condenados por delitos de lesa humanidad, emitió un comunicado en respaldo a la decisión de los supremos, lo que despeja cualquier duda sobre el impacto del fallo. “Algo parece que está cambiando. Un fallo reciente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación parece abrirnos un camino hacia la recomposición de una porción de legalidad”, festejaron desde la entidad pro-impunidad. El diario La Nación le dedicó un editorial celebratorio este jueves, que sostiene que a los Méndez los liberaron tras la resolución de la Corte, pero esto es estrictamente incorrecto. A Julio --condenado a once años-- le dictaron el cese de la preventiva por el caso Moreno porque ya había cumplido nueve años detenido, pero sigue en domiciliaria a la espera del juicio por crímenes en La Huerta. Su hermano Emilio continúa en domiciliaria por ambos casos. Cuando se haga el juicio por el centro clandestino La Huerta, los Méndez deberán responder por cuatro casos de personas que denunciaron haber estado detenidas en la chacra también.
La Sala IV de Casación --a la que la Corte le dio algo más que un tirón de orejas con su fallo-- levantó rápido el guante y convocó para una audiencia para el 22 de febrero a las 13 para tratar los recursos de los hermanos Méndez. El presidente de la Sala, Mariano Borinsky, les informó a las partes que la Sala iba a mantener la integración que tenía el año pasado, cuando fue convocada la audiencia. Es decir, los jueces que deberán resolver son el propio Borinsky, Gustavo Hornos y Javier Carbajo. Hornos actualmente no forma parte de la Sala porque este año está a cargo de la presidencia del máximo tribunal penal del país y su lugar lo ocupa su antecesora en el cargo, la jueza Ángela Ledesma, pero sí estará para revisar los planteos de los Méndez.
Página/12 conversó con Matías Moreno, hijo del abogado laboralista y actual subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
--¿Qué expectativa tienen ante esta nueva audiencia de Casación?
--La expectativa que tenemos como familia es que Casación confirme la sentencia condenatoria a los hermanos Méndez por considerarlos partícipes necesarios en el secuestro y asesinato de mi papá. La sentencia condenatoria se dictó con unanimidad de los tres jueces del TOF de Mar del Plata y hasta que esta sentencia llegó a la Corte intervinieron doce magistrados y todos lo vieron de la misma manera. Nuestra expectativa es que se haga justicia en términos del rol que cumplieron los hermanos Méndez al facilitar su propiedad, que era una casaquinta no muy alejada del éjido urbano. Hay innumerables testimonios que hablan de los movimientos militares, de los centinelas apostados en las esquinas. Los testimonios de sobrevivientes de La Huerta que son previos incluso a la detención de mi papá.
--¿Cómo evalúa el impacto político del fallo de la Corte?
--Estas decisiones de la Corte, en cabeza de Rosenkrantz, tienen un objetivo de obturar la investigación, el procesamiento y el juzgamiento a la participación civil durante la última dictadura cívico-militar. Esperamos 40 años por justicia y esperemos que en la fecha fijada por Casación, ese tribunal confirme el fallo condenatorio a los hermanos Méndez.
A Carlos Alberto Moreno lo secuestraron el 29 de abril de 1977, cerca de las 22, en Olavarría. Era un abogado molesto en la zona, justamente porque defendía a los trabajadores de la cementera Loma Negra. Su secuestro se produjo --como recupera el informe Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad-- después de que consiguiera un fallo favorable que obligó a la empresa a modificar el modo de producción y luego de que presentara una nueva demanda por la enfermedad de otro operario. Según reconstruyó la justicia en plena dictadura y se amplió en el juicio de 2012, a Moreno lo llevaron a la chacra de los Méndez en Tandil. Logró escaparse a los pocos días. Llegó el 3 de mayo a la finca lindera de la familia Bulfoni buscando ayuda. Estaba con saco y camisa, con signos de haber sido torturado y llevaba los zapatos en la mano porque le habían lastimado los pies en la tortura. Los militares lo recapturaron y lo asesinaron. El fallo de 2012 no sólo fue emblemático porque condenó a los Méndez, sino también porque ordenó investigar el rol de Loma Negra en los años del terrorismo de Estado.
En la Corte, la sentencia que favoreció a los hermanos Méndez se firmó el 22 de diciembre pasado. Un día después, como ya publicó Página/12, se registró un movimiento en el expediente que la Corte tiene para revisar la falta de mérito que la misma Sala IV le dictó a Carlos Pedro Tadeo Blaquier, el dueño del ingenio Ledesma. Entró y salió de la vocalía de Rosenkrantz, a quien dentro y fuera de la Corte lo acusan por demorar una resolución sobre la causa de los apagones. Es probable que el presidente del máximo tribunal replique en ese expediente la línea que ya desarrolló en el de los hermanos Méndez.