De Público, especial para Página/12
Que apareciesen nuevas variantes del virus era casi inevitable. Cuando los virus se multiplican, pueden producirse mutaciones. Y con el coronavirus multiplicándose en las células de millones de personas en todo el mundo, era cuestión de tiempo que tuviéramos que enfrentarnos a nuevas variantes.
Una nueva variantes del virus podrían presentar, en teoría, alguno de estos 3 posibles problemas:
- Que la nueva variante se transmita de una persona a otra de manera más eficaz. Así parece ocurrir con la variante británica.
- Que la nueva variante provoque una enfermedad más severa. Afortunadamente las variantes detectadas hasta ahora no parecen presentar este problema.
- Que la nueva variante sea resistente a las vacunas desarrolladas y haya que actualizarlas.
Centrémonos hoy en este tercer problema, dado que un estudio (aún no publicado) sobre la variante sudafricana indica que podría ser bastante resistente a las vacunas desarrolladas para el "virus original".
Primero recordemos en qué consiste una variante del virus
Igual que los humanos tenemos el ADN, el coronavirus también tiene su material genético. En el caso del virus se llama ARN.
Ese material genético es el "libro de instrucciones" del virus para reproducirse.
El ARN del coronavirus está formado por 30.000 letras. Empieza así (en este caso traducido a ADN):
... y así hasta completar las 30.000 letras.
Al multiplicarse, el virus a veces se equivoca y cambia una letra por otra. Por ejemplo: cambia una letra "g" por una letra "u". Las otras 29.999 letras siguen igual, sólo hay una letra de diferencia. A eso se le llama una mutación.
El nuevo virus con esa mutación será un poquitito diferente al virus antiguo.
Varias mutaciones se pueden ir acumulando e irán apareciendo "variedades" del virus que tendrán más de una letra de diferencia respecto al virus original.
¿Cuáles son las principales variedades que circulan por el mundo?
- La "variante británica" (llamada técnicamente B.1.1.7). Se detectó en octubre de 2020 y se extendió muy rápidamente por Londres y el sur de Inglaterra y está presente en muchos países europeos (incluyendo España).
- La "variante brasileña" (llamada técnicamente P.1). Detectada por primera vez en enero de 2021 en el aeropuerto de Tokio en viajeros que llegaban desde Brasil.
- La "variante sudafricana" (llamada técnicamente 501Y.V2). Detectada por primera vez a finales del año pasado en Sudáfrica y que se ha detectado en al menos 20 países.
Seguramente estas variantes están circulando por más países de los que se han detectado
Imaginemos que alguien da positivo en una PCR. Eso significa que tiene el virus, pero no nos dice cuál es la variedad del virus que tiene.
Para saber la variedad del virus, hay que leer todas las letras del ARN. A eso se le llama "secuenciar el virus" de los pacientes.
Pero se secuencia un porcentaje muy pequeño de los positivos (ese porcentaje varía en función de cada país), por lo que las nuevas variantes podrían estar circulando en más países de los que creemos.
Vayamos a la variante sudáfricana. ¿Qué tiene de particular?
La variante sudafricana tiene 9 cambios en las letras del ARN que describen cómo construir la espina del virus.
Las mutaciones en la espina del virus son las que más preocupan a los científicos, pues la espina es lo que usa el virus para introducirse en nuestras células.
Y aún más importante: los anticuerpos que produce nuestro cuerpo frente al virus se enganchan a la espina del virus. Si la espina cambia demasiado en la nueva variante, entonces los anticuerpos que sí funcionan frente a una variante puede que no funcionen frente a la otra.
¿Cómo hacen los investigadores para saber si los anticuerpos frente al virus original funcionan o no frente a la variante?
El procedimiento es el siguiente:
1.- Toman suero de pacientes que pasaron el covid hace meses. Esos pacientes se infectaron con el virus original y tienen anticuerpos frente al original.
2.- Ponen esas muestras con anticuerpos en contacto con el virus de la nueva variante y observan si bloquean también al nuevo virus.
En casi la mitad de los pacientes (21 de 44), el plasma con anticuerpos frente al virus original no bloquea a la nueva variante del virus.
¿Este resultado es definitivo? ¿Entonces las vacunas actuales no funcionan frente a la variante sudafricana?
No, no es un resultado definitivo. Es preocupante, pero no definitivo.
1.- Se trata de un estudio que aún no ha sido revisado ni repetido por otros grupos.
2.- Como explicábamos ayer, la inmunidad frente al virus no sólo depende de los anticuerpos. Hay otros elementos del sistema inmune como los linfocitos T que seguramente también juegan un papel importante.
Pongámonos en la peor de las hipótesis: supongamos que las vacunas actuales no funcionan frente a esta variante. ¿Costaría mucho cambiar las vacunas actuales?
Aquí viene la mejor noticia: las vacunas que se están utilizando ahora son de una tecnología que las hace fáciles de cambiar.
En las vacunas tradicionales (de virus inactivado, atenuado o de proteínas), el proceso de diseño y producción es muy complejo.
Las vacunas actuales basadas en ARN-mensajero, lo que se introduce al cuerpo son directamente "las letras" de una parte del virus. Por lo tanto bastaría cambiar las letras a las de la nueva variante para tener una vacuna.