La edición 2021 de la Copa Diego Armando Maradona dará comienzo muy pronto, en el segundo fin de semana de febrero. O sea, que no hay tanto tiempo para depurar los planteles y ofrecer formaciones muy diferentes de las que terminaron jugando el torneo que Boca le ganó por penales a Banfield en San Juan. 

Tampoco sobra el dinero en las tesorerías. En todo caso, lo que comenzó la semana pasada y se extenderá hasta mediados de año en la mayoría de los clubes será un largo proceso de altas y bajas que se hará evidente recien cuando comience el torneo de Primera División luego de la Copa América que se jugará en la Argentina y Colombia entre el 11 de junio y el 11 de julio venideros. Siempre que la pandemia lo permita.

River y Boca no escapan a este escenario que obliga a caminar con prudencia. Ninguno de los dos gigantes del fútbol argentino saldrá a romper el mercado de pases y a conmover a sus hinchas con incorporaciones espectaculares. No hay con qué hacerlo. Traerán poco y lo preciso, lo estrictamente necesario. Otra vez con la Copa Libertadores como medida de todas las cosas. La fase de grupos empezará en abril y allí los dos irán con equipos bastante similares a los actuales. Las grandes inversiones se destinarán para cuando comiencen los octavos de final, también después de la Copa América.

River tiene un problema grande. Abundan las deudas con el cuerpo técnico y los jugadores y tampoco se han terminado de saldar algunos pases. Sorprende el dato de que a Gallardo y su equipo de trabajo hace 7 meses que no se le paga y que Godoy Cruz de Mendoza solicitó la inhibición por dos cuotas pendientes de la transferencia de Fabrizio Angileri que suman 1.500.000 dólares. También se le adeudan 1.000.000 de dólares al Liverpool uruguayo por la compra de Nicolás De la Cruz, 1.500.000 al Porto de Portugal por Juan Fernando Quintero, 3 millones de euros al Karpaty de Ucrania por el colombiano Jorge Carrascal y 2 millones al Al Ahli de Arabia Saudita por el chileno Paulo Díaz. Y una suma no especificada al plantel en concepto de primas, sueldos y premios. River va por todo sin pagarle nada a nadie. Duele decirlo, pero es la realidad.

Gallardo seguirá a cargo hasta la finalización de su contrato, el 31 de diciembre de este año. Pero no lo hará público hasta los primeros días de febrero, una vez que cierren los principales mercados de pases de Europa. El técnico quiere tener la certeza de que no le desmantelarán el plantel y de que podrá rearmar un equipo competitivo para encarar las cinco competencias del año: la Copa Argentina (en la que River debutará el 10 de febrero ante Defensores del Pronunciamiento de Entre Ríos), la Supercopa Argentina (que jugará ante Racing el 24 de ese mes en la inauguración del nuevo estadio de Santiago del Estero), la Copa Maradona, la Libertadores y el Torneo de Primera División.

En los cálculos de Gallardo, desde ahora hasta mitad de año, pueden llegar a irse seis jugadores entre ventas al exterior y los probables retiros de Javier Pinola y Leonardo Ponzio y no hay dinero para reponerlos a todos. Si el Olympique Lyon pone esta semana entre 9 y 10 millones de euros sobre la mesa, Gonzalo Montiel seguirá su carrera en Francia y se esperan ofrecimientos de peso por Ignacio Fernandez y De la Cruz. El técnico pretende incorporar ahora un lateral derecho, un marcador central zurdo, un volante y un delantero y ya pasó la lista: Alex Vigo (Colón), Matías Laborda y Gonzalo Neves (Nacional de Montevideo) son prioridad. Pero tampoco disgustan los mediocampistas Tomás Pochettino (Talleres de Córdoba) y Martín Payero (Banfield). El presidente Rodolfo D'Onofrio y el manager Enzo Francéscoli verán que hacer con todo eso.

Miguel Angel Russo, DT de Boca / Fotobaires.

Boca, por su parte, también deberá andar con pies de plomo. La Copa Maradona maquilló la decepción que provocó la dura eliminación ante Santos. Pero los máximos responsables del fútbol xeneize como el vice 1º  Juan Román Riquelme y el técnico Russo saben que será necesario retocar el plantel para encarar otra vez la empresa de volver a ganar la Copa Libertadores. "No estamos desesperados ni vamos a salir como locos a buscar jugadores, pero sabemos que Miguel (por Russo) algo puede llegar a pedir" dijo Raúl Cascini, integrante del Consejo de Fútbol que encabeza Román.  

En el quincho de Don Torcuato donde Riquelme come asados y toma mate, ya se tomaron algunas decisiones: se les mejoró la cotización del dólar a los contratos de Esteban Andrada y Frank Fabra con la idea de que ambos sigan en el club, aunque se sabe que la representación del arquero trabaja para cumplirle su sueño de atajar en Europa. Carlos Izquierdoz, uno de los referentes del vestuario, también continuará, aunque Cruz Azul de México podría arrimar una propuesta para regresarlo a ese país. Eduardo Salvio y Mauro Zárate permanecerán, pero sus acciones están en baja y quizás en junio dejen el club. Sus últimas declaraciones los pusieron más afuera que adentro de Boca.

Con la continuidad asegurada de Carlos Tevez al menos hasta el final de la próxima participación boquense en la Copa Libertadores, la llegada de Marcos Rojo en febrero desde Manchester United para reforzar la defensa como central o lateral zurdo sería la gran novedad del semestre. Julio Buffarini no renovará en junio y es posible que ya deje de ser tenido en cuenta para lo que se viene. A mitad de año, tambien vencen el contrato de Emanuel Más y el préstamo de Franco Soldano. Es un hecho que ninguno seguirá mas allá de esa fecha. Incluso, Soldano podría salir en este mismo mercado rumbo a Newell's, pedido por su técnico Frank Darío Kudelka.

En cambio, Leonardo Jara se jugará su continuidad en cada partido del semestre y Agustín Almendra y Cristian Pavón deberían volver a entrenarse con el plantel desde este miércoles. En Don Torcuato dicen que no hay nada por Nahuel Tenaglia, el lateral derecho de Talleres y que el puesto de centrodelantero por ahora está bien cubierto. En junio, otra será la música. Y el ritmo dependerá de los resultados y los rendimientos. Como siempre.