El plantel de Defensa y Justicia, flamante campeón de la Copa Sudamericana 2020, regresó este domingo a Florencio Varela y, luego de ser recibido por centenares de hinchas en el aeropuerto de Ezeiza como si la pandemia no fuera una realidad, celebró en la plaza de esa localidad bonaerense su primer título internacional.
Ataviados con banderas de color verde y amarillo, los simpatizantes del Halcón se acercaron desde temprano a saludar a sus nuevos ídolos, quienes vapulearean 3 a 0 a Lanús en la final disputada el sábado en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba.
Subidos al micro, los jugadores, integrantes del cuerpo técnico y dirigentes de la institución vivieron una fiesta interminable. El trayecto del vehículo se vio acompañado por hinchas en todo el trayecto que cubrió desde la salida de Ezeiza, yendo por la Autopista Riccheri, la Autopista 25 de Mayo y el posterior desembarco por la avenida San Martín para llegar al centro de la pujante ciudad bonaerense.
Gustavo Beloso, exintegrante de la peña "La Bartelemi" (homenajea al exdelantero Oscar Francisco Bartelemi, uno de los primeros referentes del club allá por fines de los '70 y principios de los '80, cuando Defensa transitaba por la Primera D o la Primera C), dejó sus sensaciones. "Me vine a la Plaza como ocurrió hace siete años, cuando el club alcanzó el ascenso a la Primera División un martes por la noche. Esa vez creo que más de 40.000 personas estuvieron por acá", le dijo a la agencia Télam.
En tanto, Diego Lemme, encargado del futbol profesional del club, expresó en declaraciones radiales: "Queremos disfrutar esta semana. Guardar los recuerdos en un cajón y volver a enfocarnos, poniendo los pies sobre la tierra, en un futuro. Porque se vienen muchos compromisos, pero debemos afrontarlos con seriedad".
El entrenador Hernán Crespo fue uno de los más emocionados con el título, ya que apenas con 45 años y 86 partidos dirigidos en tres equipos (Módena de Italia y Banfield, los otros), le dio al Halcón su bautismo internacional y una nueva clasificación a la Copa Libertadores.
En medio, el drama personal de no haber visto durante todo un año a sus hijas y su mamá, que viven en Parma, Italia, donde también es ídolo. "Es hermoso por mis hijas, hacía un año que no las veía. En la vida hay que hacer sacrificios. Había motivos por esa elección personal. Que hayan visto el mejor partido de la historia de Defensa y Justicia, fue una locura. Orden, valentía, coraje, de creer en una forma. Yo pongo arriba de la mesa una idea, y ellos la bancan. Sin los jugadores, los entrenadores no somos nada. Somos una acumulación de ideas", aseguró Crespo tras la consagración.
"Buscaremos ser competitivos en lo que se viene, que es bastante", dijo Crespo, el conductor técnico de un equipo que no se obnubiló por los deseos de Independiente de contratarlo y prefirió "mantener los pies sobre la tierra" apostando por un Defensa y Justicia ahora campeón de la Sudamericana.