El homenaje al reportero gráfico José Luis Cabezas y la conmemoración de los 24 años que transcurrieron desde que fue asesinado una madrugada estival de 1977, en las afueras de Pinamar, se celebró, como casi todo desde que el coronavirus marca las reglas de la interacción social en el mundo, vía Zoom. Desde su casa, su hermana Gladys se consideró una “privilegiada” de poder conocer a los asesinos de su hermano, quienes, aseguró, “aún cuando estén en libertad e intenten vivir la vida como cualquiera de nosotros, su crimen les pesa sobre sus espaldas”. El encuentro virtual contó con la transmisión en vivo de la colocación de un cartel recordatorio en la cava donde sucedió el asesinato.

Estamos conmemorando 24 años de un crimen impune”, inauguró el encuentro virtual de esta mañana Gladys Cabezas, acto central que usualmente se desarrolla en el lugar donde fue asesinado el reportero gráfico de la revista Noticias en la madrugada del 25 de enero de 1997, cuando una patota de policías bonaerenses y ex militares le pegó dos tiros en la cabeza y luego calcinaron dentro del auto con el que hacía la cobertura periodìstica para la revista del grupo Perfil.

La hermana del reportero habla de “impunidad” debido a que “ninguno de los culpables está en la cárcel”. “Sé que el cargo de conciencia por llevar la muerte de José Luis sobre sus hombros, aún cuando estén en libertad y vivir la vida como cualquiera, es insoportable. Sé que ese crimen les debe cubrir sus días, sus vidas”, añadió, porque “La sociedad sigue recordando a Cabezas aunque la mafia siga impune”.

Tal como adelantó a este diario, Gladys consideró durante el acto homenaje que “como familia podemos decir que somos privilegiados”. “Pocas familias conocen a los asesinos de sus seres queridos. Es duro saberlo, pero es una profunda ventaja en un país donde poco se sabe y todo se encubre”, advirtió. “Saber la verdad tuvo efecto liberador y da bronca que estén libres por la calle, pero por lo menos la razón de nuestra tristeza tiene un nombre”, leyó la hermana de Cabezas en la inauguración del homenaje del que participaron además periodistas y reporteros, y se pudo ver, vía transmisión en simultáneo, la colocación de una placa conmemorativa en la cava donde fue asesinado y se hallaron sus restos.

El asesinato

Cabezas tenía 35 años y era reportero gráficos de la revista Noticias. En 1996, en el marco de la cobertura de la temporada de verano fotografió al empresario Alfredo Yabran caminando por las playas de Pinamar. La foto fue una bomba ya que logró ponerle rostro a uno de los empresarios por entonces más nombrados en casos de corrupción política. No le resultaría gratuito. Al año siguiente, el reportero gráfico fue enviado nuevamente a la Costa Atlántica. “No quería ir”, dijo Gladys. “José Luis no era un héroe. Era un laburador. Lo mandaron a hacer un trabajo, hizo lo mejor que pudo y lo mataron”, aseguró, además de contar que su hermano era “miedoso”, pero “apasionado”. “Si estuviera vivo tendría miedo al coronavirus, pero saldría a la calle igual”.

La madrugada del 25 de enero de 1997 lo secuestraron, lo golpearon, lo hicieron arrodillarse con las manos esposadas detrás de la espalda y le pegaron dos balazos en la nuca, para luego prenderlo fuego con su auto en una cava ubicada cerca de la entrada de Pinamar. Yabrán fue acusado de ser el autor intelectual del asesinato, pero se suicidó antes de que pudieran detenerlo. Tres años después, fueron condenados Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana, integrantes de una banda de criminales llamada "Los Horneros"; el jefe de seguridad de Yabrán, Gregorio Ríos, y los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo. Retana falleció en 2001, en prisión. El resto está en libertad.

Acto en Pinamar

La familia del reportero y funcionarios de las intendencias de General Madariaga y Pinamar colocaron una placa recordatoria del crimen en el lugar exacto en donde fue hallado el cuerpo de Cabezas, dentro del auto Ford Fiesta blanco que usaba para trabajar, calcinados. “No podemos permitirnos olvidar ni asimilar ni dar por normales hechos aberrantes como el que ocurrió acá”, remarcó Esteban Santoro, intendente de General Madariaga. El Ejecutivo comunal presentará un proyecto para declarar sitio histórico la cava.

El abogado de la familia, Alejandro Vecchi, quien también participó del descubrimiento de la placa, apuntó que “la razón, el motivo y la consecuencia de encontrar a los autores del crimen se debió a la correcta lectura social del hecho, a la presión del periodismo y a la fuerza de la sociedad que reclamó unida saber la verdad. La justicia, luego, actuó de manera contraria”, sostuvo en relación a las decisiones de la Cámara de Casación que, tras ser condenados a prisión perpetua, fue morigerando las penas de los responsables.

Desde Pinamar, el intendente Martín Yeza reconoció que el asesinato de Cabezas “fue para los pinamarenses como un antes y un después. Todos nos acordamos dónde estábamos cuando nos enteramos”. Saludó a Gladys y a la familia de José Luis e invitó a “todos los periodistas a que sigan incomodando al poder”.

Colegas

El homenaje contó con el saludo y el recuerdo de muchos periodistas y reporteros gráficos, colegas de Cabezas, como referentes de la Asociación de Reporteros Gráficos, del Sindicato de Prensa de Buenos Aires y de Fopea. Y como el de Gabriel Michi, periodista gráfico que se encontraba cubriendo la temporada con Cabezas el verano que fue asesinado, y que remarcó que el tiempo que transcurrió desde el hecho, 24 años, “es mucho y a la vez una herida abierta para todos”. “Sus asesinos están todos libres. Seguimos reclamando que vuelvan a prisión”, sostuvo, además destacar que el recuerdo del fotoperiodista “es un fenómeno único en la Argentina y en el mundo” ya que “hay más de 70 lugares en el país, plazas, calles, espacios, que recuerdan su nombre”. “La sociedad lo tomó como un hijo pródigo, como un laburante que encontró su muerte en la mente de un criminal y sus sicarios”.