Los demócratas remitieron este lunes al Senado de Estados Unidos la acusación de "incitación a la insurgencia" contra Donald Trump, en la apertura formal del segundo juicio político contra el expresidente. El exmandatario es acusado de haber promovido el ataque de una multitud de sus seguidores el pasado 6 de enero en el Capitolio, mientras los legisladores certificaban el triunfo electoral del presidente Joe Biden. Menos de una semana después de salir de la Casa Blanca, el magnate republicano vuelve a estar en el foco de la agenda pública mientras descansa en su exclusiva residencia de Palm Beach, Florida. Su sucesor, el demócrata Joe Biden, continúa firmando decenas de decretos en un intento por restaurar la economía más grande del mundo y luchar contra la pandemia.
Luego de la lectura del documento este lunes por noche, los senadores, que actuarán como jurados, prestarán juramento el martes y el juicio comenzará el 9 de febrero. Para condenar a Trump son necesarios los votos de dos tercios del Senado, es decir que los demócratas deberían obtener el apoyo de 17 republicanos, una posibilidad incierta hasta ahora, ya que varios senadores republicanos lo consideran inconstitucional. Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en ser sometido a juicio político en dos ocasiones. Ahora se convertirá en el primero en enfrentarse a un impeachment después de dejar el cargo.
Los demócratas acusan a Trump de haber incitado a sus partidarios a asaltar la sede del Congreso el 6 de enero, mientras los parlamentarios certificaban la victoria de su rival en las elecciones presidenciales. El ataque, que dejó cinco muertos, conmovió a Estados Unidos y llevó a numerosos republicanos a denunciar el comportamiento de su líder. Pero una condena del Senado parece poco probable en esta etapa, ya que el magnate inmobiliario aún cuenta con numerosos sostenes.
Numerosos senadores republicanos consideran inconstitucional someter a un expresidente a un juicio político. Sin embargo, otros apoyan este procedimiento. "Si queremos que este país se una es importante reconocer que se necesita responsabilidad, verdad y justicia", aseguró Mitt Romney. Este excandidato presidencial fue el único senador republicano que condenó a Trump en el primer juicio político, en febrero de 2020.
Desde la otra vereda, los demócratas señalaron que tienen la intención de presentar para el debate en el Senado un caso sencillo centrado en el asalto al Capitolio, que se desarrolló a la vista del público y dejó a muchos de los senadores que servirán como jurados en el juicio aislados por seguridad. La representante de Pensilvania, Madeleine Dean, dijo que esperaba que el juicio "fuera más rápido" que el primer juicio político contra Trump en 2020, que duró 21 días. En cualquier caso, el procedimiento del impeachment en el Senado comenzará el próximo 9 de febrero. Ese retraso permitirá que varios miembros del gabinete de Biden sean entretanto confirmados por el Senado.
Si Trump es declarado culpable, no será destituido del cargo que acaba de dejar, pero quedaría inhabilitado para buscar un lugar en la Casa Blanca nuevamente en 2024. El exmandatario decidió abandonar Nueva York y mudarse a Florida sobre todo por motivos fiscales ya que es uno de los estados en el que se pagan menos impuestos de Estados Unidos. Florida es además un bastión trumpista, donde ha ganado las dos elecciones. El miércoles pasado fue recibido como un héroe a su llegada a Palm Beach, un condado acomodado situado a 110 kilómetros de Miami.
Pero Trump también cultiva el rechazo de algunos vecinos. En diciembre enviaron una carta conjunta dirigida tanto al condado como a los servicios secretos en la que exponían que el expresidente no puede vivir en la mansión de Mar-a-Lago por razones jurídicas y porque además se trata de un club de fin de semana, no destinado a una residencia permanente. En los noventa, el propio magnate cambió las escrituras de su residencia particular privada a club social, destacó el diario El País. "Palm Beach tiene otros muchos encantadores inmuebles, seguro que puede encontrar alguno que satisfaga sus necesidades", cierra la carta impulsada por los abogados de los vecinos de los Trump, los DeMoss, una rica familia de filántropos evangelistas.