Se nos fue Alberto Balestrini. Un cuadro político destacado, dirigente ejemplar, conductor natural del peronismo, pero por sobre todo un gran compañero, amigo y maestro. Caminamos juntos el territorio bonaerense innumerables veces, prácticamente no había rincón de la provincia de Buenos Aires que Alberto no conociera con la profundidad que sólo posee el militante de territorio.

Querido y reconocido por el pueblo como un acérrimo defensor de los derechos de los trabajadores, supo escuchar siempre las necesidades de los más humildes y acercarles el Estado para mitigar el sufrimiento en los momentos más difíciles del país. Alberto estaba curtido por los años y las luchas encendidas que sólo tienen en su haber los grandes hombres y mujeres de la política.

Era un dirigente esencial para el peronismo, irremplazable por su inteligencia y sensibilidad social, un convencido de la unidad del movimiento peronista. Militó fervientemente para ver a nuestro partido unido, sin fisuras, frente a los hambreadores del pueblo que siempre existieron y hoy día existen con fuerza. Por eso en la actualidad es nuestra responsabilidad cardinal continuar ese legado.

Hombre de grandes responsabilidades, pero también de gran humildad. Se hizo militando la provincia desde abajo y llegó a ser presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Intendente de nuestra querida Matanza y Vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. Fue también presidente del Partido Justicialista bonaerense; cargo que hoy, con orgullo y humildad, asumo con entusiasmo. Mi faro siempre ha sido y será nuestro querido Alberto Balestrini.

Alberto supo afrontar junto a los trabajadores y a los más humildes las peores crisis que ha pasado la Argentina, poniéndose siempre al frente y ofreciéndose de cuerpo entero a la lucha por los valores de la Justicia Social y la equidad.

Sin dudas fue un digno heredero de la mejor tradición peronista, esa que empezaron Perón y Evita y que continuó Néstor Kirchner. Recuerdo con inmenso dolor la partida del Flaco mientras Alberto peleaba su batalla más difícil. Sin embargo, tuvo la voluntad y la fuerza para superar todos los obstáculos que la vida le puso en el camino. Hoy los dos se encuentran en el panteón de los grandes del peronismo, sin duda alguna.

Amigo, compañero, hoy lo despido con profundo dolor, pero con el inmenso orgullo de haber compartido gran parte de mi vida junto a él. Adiós a mi maestro y conductor. Adiós a mi gran amigo y compañero de militancia.

Desde La Matanza, su entrañable Matanza, despedimos de pie a Alberto Balestrini. Hasta siempre al compañero que interpretó como pocos a su pueblo. No tengo dudas de que siguiendo su ejemplo y sus enseñanzas construiremos una Argentina con Justicia Social como soñaron Perón, Evita y Néstor. Tu ejemplo y tus enseñanzas son una guía para la marea de jóvenes que militan con ideales y convicción por una patria justa, libre y soberana.

Hasta siempre Alberto.

* Presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires.