Cuando analizamos la evolución de la covid- 9 en todo el mundo y vemos la gran dificultad que existe para controlarlo, las miradas se posan sobre China, por lo rápido que pudo controlarlo, convirtiéndose en la única gran economía que logró crecer el año pasado, pese a ser el peor crecimiento de China desde el inicio del proceso de Reforma y Apertura en 1978. Pero el aumento de su PBI el último trimestre de 2020 fue del 6,5%, por lo que igualó los valores que tenía antes de la pandemia dando una señal al mundo de que es el primer país en volver a su normalidad.
Los contagios informados por China desde el inicio de la pandemia todavía no alcanzaron los 100.000 en total, cuando en EEUU la cifra diaria de contagios promedio es cercana a los 200.000. Este mes se comunicó en China el primer deceso de covid-19 desde mayo, por el contrario EEUU cuenta con más de 3.200 muertos diarios en promedio en la última semana. ¿Pero cómo logró China estos resultados?
Desde un primer momento, las decisiones del gobierno del gigante asiático fueron inmediatas y contundentes. El aislamiento fue estricto y eficaz, se cerró la ciudad de Wuhan, para luego continuar con otras quince ciudades más, alcanzando prácticamente a la mitad de la población de todo el país que debió quedarse en su casa durante casi dos meses. Sumado a ello, el gobierno chino demostró una gran capacidad para realizar testeos masivos, alcanzando su record en octubre del año pasado cuando en la ciudad de Qingdao lograron testear 10 millones de personas en tan solo 5 días.
A diferencia de otros países, el sistema político chino tiene como ventaja la posibilidad de tomar decisiones que impliquen concentrar los esfuerzos para emergencias como esta, los que les permitió utilizar los recursos de todo el país para apoyar a Wuhan y a las ciudades con contagios. Fue sorprendente, por ejemplo, la rápida construcción de una red de 30 hospitales temporales con miles de camas cada uno y la conversión de estadios en centros de aislamientos, donde se internaban a todos los pacientes con covid-19 para que no tuvieran que aislarse en su casa con la posibilidad de que contagien a sus familiares. Además, para China, al ser el principal fabricante mundial de material y equipamiento para la salud, fue fácil abastecerse de todo lo necesario para combatir la covid-19.
Una de las medidas más innovadoras fue la implementación de “Código QR de salud”. Esta herramienta utiliza tecnología de Big Data desarrollada por Alibaba y Tencent para prevenir y controlar la covid-19. La masividad de su uso fue inmediata ya que estas empresas agregaron este Código QR a las dos aplicaciones más utilizadas en China, que son Alipay – que se utiliza para hacer los pagos online- y WeChat - similar al WhatsApp-. Este código QR trabaja utilizando tres colores como un semáforo. El código verde permite circular libremente. El código amarillo le exige a la persona quedarse en su casa por 7 días, y el código rojo por 14 días. Los que tengan estos dos colores deben informar su situación permanentemente y reciben visitas sorpresivas en sus domicilios. Una vez pasado ese plazo los códigos amarillo y rojo pasan a ser verde. El color se define en base a los lugares por lo que cada persona estuvo presente, información que es obtenida de las empresas de telecomunicaciones de China. Si una persona se encuentra en una zona con un brote de covid19 o si estuvo con alguien que tiene código amarillo o rojo, esa persona pasara a tener ese color también. También todos los ciudadanos tienen que actualizar diariamente el código QR ingresando la temperatura corporal.
El uso del barbijo nunca estuvo en discusión, fue obligatorio desde los primeros contagios, esto ha marcado la diferencia con el resto de los países. Mucho ayudó la existencia de una mayor conciencia y costumbre del uso del mismo, tanto por la polución que tienen algunas ciudades chinas como por los recuerdos de la primera epidemia de SARS en 2002.
Otro punto a destacar es que China ha sido estricta en la recepción de personas desde el exterior al exigir una cuarentena de 14 días en un hotel designado por el gobierno (el costo del mismo es a cargo de cada persona).
Desde
ya que todas estas medidas son difíciles de implementar en otros países por las
grandes diferencias sociales, políticas y económicas, pero sirven para
tener como referencia y entender cómo lo hicieron. Y finalmente no podemos obviar la importancia
que tiene en China el bien común como valor por encima del individualismo, lo que
facilitó contar con el compromiso y responsabilidad de la población en la lucha
contra la covid-19.
Diego Mazzoccone es Director Ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos de China (CLEPEC). Master en Cooperación Económica Internacional de la Universidad de Economía y Negocios Internacionales (Beijing, China)