La historia de Vicentin sintetiza la evolución del capitalismo en Argentina en los últimos 92 años. Geografías que van desde el norte profundo santafesino, todavía desgarrado por el ecocidio de La Forestal, hasta las inimaginables postales de los paraísos fiscales, la banca suiza, las islas Vírgenes o las offshore panameñas. Desde el mítico origen de un par de hermanos italianos que fundan un almacén de ramos generales muy cerca de la frontera con el Chaco en los tiempos de la Gran Depresión a los favores recibidos durante las dictaduras. La desmotadora de algodón, la producción de aceite, el manejo de los puertos, la internacionalización de la firma y la financiarización de los negocios.
De una facturación de 4000 millones de dólares a una deuda de 1350 millones de dólares. De un patrimonio neto de casi 500 millones de dólares a menos de 60 millones de dólares. 16 empresas conforman el grupo Vicentin pero solamente se considera una sola, Vicentin SAIC, la que quedó en el concurso de acreedores abierto en febrero de 2020 luego de la declaración de estrés financiero, la cesación de pagos. En 2009, Vicentin estaba en el puesto 29 entre las 1000 empresas que más facturaban en Argentina. Diez años después, en el número 7.
La empresa que más creció durante el macrismo. En ese período, entre 2015 y 2019, Vicentin fue para el gobierno de Macri lo que los frigoríficos fueron para la Década Infame y que luego fuera denunciado por Lisandro de la Torre en el Senado de la Nación y que terminara con el asesinato de Enzo Bordabehere el 23 de julio de 1935.
Lavado
En esos cuatro años, Vicentin SAIC fue vaciada y las acciones, los dineros y las empresas fueron derivadas a Vicentin Family Group, en Uruguay. La ruta del dinero terminaba en guaridas fiscales, como dicen los fiscales que investigan. Vicentin, con más de 90 años, desde adentro y desde afuera, fue utilizada para fugar capitales, lavar dinero, subfacturar exportaciones, sobrefacturar importaciones y liberar los puertos de acuerdo a los intereses de las empresas que apenas son inquilinos de estos lugares estratégicos y vitales para el corazón de la economía. Vicentin fue el lavadoducto del macrismo.
Veintisiete personas, ocho de ellas directivos de la empresas y diecinueve integrantes del Banco Nación y del Banco Central, entre agosto de 2019 y enero de 2020, a través de 1418 transferencias bancarias, les robaron al pueblo 791 millones de dólares. Eso ya está comprobado en las causas penales que se mueven en forma paralela al extraño y curioso concurso preventivo de acreedores.
Por eso, más allá de las movilizaciones que se generaron en defensa de Vicentin y la propiedad privada bajo la consigna “Todos somos Vicentin”, los 28 créditos otorgados en noviembre de 2019 a los directivos de la empresa más las permanentes acusaciones surgidas de las investigaciones penales fueron generando una conciencia distinta: se puede defender la empresa pero no se pueden defender delincuentes de guante blanco.
Entendemos que es imprescindible tomar nota que Vicentin, de la mano del macrismo, fue la expresión más genuina de la financiarización de la economía. La subordinación de la producción a los dictados de los grandes bancos internacionales. Desaparecedores y fugadores es la síntesis que no solamente sirve para calificar a las empresas del grupo surgido en Avellaneda, el norte santafesino, sino a gran parte del gran capital de la Argentina. Además, detrás de Vicentin, entonces, hay tres temas estructurales de la Argentina: tierras, puertos y bancos.
* ¿Quiénes se favorecen con la riqueza de la tierra cada vez más concentrada en pocas manos?.
* ¿Qué entra y qué sale por los puertos?
* ¿Por qué la democracia argentina, a punto de cumplir 38 años, sigue funcionando con la Ley de Entidades Financieras de la dictadura?
Fortuna
Hacia el 2019, Vicentin era la primera exportadora de cereales y derivados de la Argentina y, en forma paralela, la revista Forbes ubicaba a la familia compuesta por casi 130 integrantes, que se reparten en los clanes Vicentin, Buyatti, Padoán, Nardelli y Boschi, ocupaba el puesto 29 entre las 50 mayores riquezas del país. Su fortuna estaba valuada en 560 millones de dólares. Cuando se declaró la cesación de pagos el 4 de diciembre de 2019, los principales acreedores particulares eran integrantes de la gran familia Vicentin.
El conglomerado, hoy al borde de la quiebra, tiene un grupo de trabajadores que llega casi a 30 mil familias de manera indirecta, de acuerdo a lo que publica la propia página de la empresa Renova. Según los números de sus directivos, 5 mil puestos de trabajo estable, aunque en los últimos informes hablen de menos de 1300 empleados.
Aunque la deuda con el Banco Nación sea de 300 millones de dólares, fueron 791 millones los que los directivos de la empresa se llevaron de la entidad entre agosto de 2019 y enero de 2020. Ese dinero tiene que ser devuelto al pueblo argentino para terminar con las nuevas versiones de Estado bobo y cómplice y también para que alguna vez vayan a la justicia los delincuentes de guante blanco.
Vicentin. Desaparecedores y fugadores. Capitalismo argentino es una múltiple denuncia de la construcción de poder económico, político, cultural y educativo al servicio de un proyecto de minorías durante 92 años. Es difícil imaginar el futuro de la Argentina en general y la provincia de Santa Fe, en particular, si no se recuperan los resortes básicos de la política económica para que las riquezas que produce el pueblo queden para la gente. No hay poder económico sin impunidad política.
Puertos
También queda abierta la necesaria investigación sobre lo que entra y sale por los puertos. La desarticulación del Senasa, a partir de varias resoluciones del macrismo desde enero de 2016, facilitó la subfacturación de exportaciones, la sobrefacturación de importaciones y también generó la multiplicación de denuncias sobre envío de sustancias ilegales y la recepción de armas en distintos lugares de la Argentina. Empresas del grupo se hicieron cargo durante años de las terminales portuarias de Rosario y Reconquista. Lugares que luego fueron motivo de noticias policiales a lo largo de las últimas dos décadas.
La rutilante aparición del grupo Glencore, denunciado por distintos delitos en diferentes países del mundo, que van desde el lavado de dinero, el contrabando, la contaminación ambiental y la violación a los derechos humanos y laborales, marca una de las consecuencias de lo que puede generar la desaparición de Vicentin.
Algunos de nosotros insistimos en hacer de Vicentin una empresa pública no estatal, con participación de los trabajadores, las cooperativas y los productores en su directorio, junto a un Estado ágil y al servicio de los intereses de las grandes mayorías, la producción y el empleo.
* Periodista y diputado provincial de Santa Fe.