Una planta industrial en Gales, donde se fabrican dosis de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, fue desalojada este miércoles tras recibir una amenaza de bomba. El hecho ocurrió en las instalaciones de la firma Wockhardt UK Limited, ubicada en las afuera de la ciudad de Wrexham, 40 kilómetros al sur de Liverpool. Mientras tanto, la Unión Europea mantiene una discusión con AstraZeneca por el retraso en la entrega de dosis.
Según informó Wockhardt en un comunicado, el complejo industrial recibió un paquete sospechoso, por lo que las autoridades del lugar "ordenaron evacuar el predio de manera parcial en base a la recomendación de expertos". Actualmente, sostuvieron los directivos, se encuentran "a la espera de una investigación exhaustiva".
En el lugar, detallaron los medios locales, hubo un despliegue de expertos en el manejo de explosivos equipados con un robot especial para realizar su tarea. Durante el operativo, la policía local también dispuso el cierre de las calles y le pidió a la población "que evite la zona hasta nuevo aviso".
Mark Drakeford, primer ministro galés, señaló que estaba trabajando con las fuerzas de seguridad para investigar la amenaza contra la planta de Wockhardt UK, que había sido visitada en noviembre por el primer ministro Boris Johnson, oportunidad en la que posó para los fotógrafos con ampollas de la vacuna de AstraZeneca antes de que recibiera la luz verde reglamentaria de las autoridades sanitarias británicas.
Tensión entre la Unión Europea y AstraZeneca
Wockhardt UK Limited había firmado en agosto un contrato para ayudar en la preparación de la vacuna de Oxford-AstraZeneca. Unas horas antes de la amenaza de bomba, corrió el rumor de que los directivos de AstraZeneca se habrían retirado de una reunión con funcionarios de la Unión Europea ante quienes debían dar explicaciones sobre las demoras en el suministro de las vacunas contra el coronavirus. Sin embargo, la firma negó haberse ido de la reunión y dijo que continuará las conversaciones más tarde en el día.
La controversia entre la Unión Europea y AstraZeneca estalló el viernes, después que el laboratorio anunciara que podría reducir su programa de entrega de vacunas a la UE a raíz de problemas con la línea de producción en una de sus plantas situadas en territorio europeo. Esta situación, sin embargo, no afectaba a Reino Unido --donde la empresa tiene instaladas dos plantas productoras--, que mantuvo el ritmo de abastecimiento.
La comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, dijo en una conferencia de prensa que las dos plantas de AstraZeneca situadas en territorio británico deberían suministrar vacunas para cumplir con los compromisos en la UE. "Quiero que esto quede claro como el agua: no hay una jerarquía entre estas plantas en el contrato, no hay diferencias entre las plantas en el Reino Unido y las que están en la UE", dijo Kyriakides.
Para la funcionaria, "las fábricas británicas son parte del contrato de compra anticipada, y es por ello que esas plantas deben suministrar las vacunas".