En Santiago del Estero, un grupo de vecinos halló restos de un gliptodonte que, de acuerdo al tamaño de los fósiles encontrados, podría tratarse de uno de los de mayor tamaño registrados en la región chaqueña, de acuerdo al informe de los investigadores de la Dirección General de Patrimonio Cultural.
Los restos encontrados corresponden a placas óseas que conforman la coraza del animal, las cuales fueron halladas en la cuenca del río Dulce, a la altura de Los Miranda (Departamento Río Hondo).
Fueron los vecinos Franco Salas, Ezequiel Melián, Adrián Matiello, Exequiel Aragón y Antonio Sandoval quienes dieron aviso y colaboraron en el rescate, junto al personal técnico de la Dirección y a Adolfo Mussi, instructor y presidente de la Escuela de Canotaje "Palas Santiagueñas", quien coordinó y prestó el equipamiento adecuado para facilitar su extracción del río.
Una vez finalizado el rescate, los restos fueron depositados en las dependencias de la Dirección General de Patrimonio Cultural. Luego, el registro incompleto del gliptodonte ha sido identificado por un equipo de paleontólogos conformado por Raúl Vezzosi (Conicet, Uader) Pablo Gaudioso (Conicet, IML) y Andrés Rinderknecht (Mnhn).
Los tres investigadores indicaron que "la morfología observada da cuenta de una ejemplar no registrado para la región Chaco austral durante el cuaternario, de modo que por su relevancia es menester profundizar en el estudio de este singular fósil pleistocénico".
Por su parte, la responsable del área de Antropología y Ciencias Naturales, Analía Sbattella comentó que a "diferencia de los recuperados recientemente por esta Dirección, uno en Weisburd y otro en Campo Gallo, este ejemplar contaría con una masa corporal que supera la tonelada y puede alcanzar los 2,5 a 3 metros de longitud".
"Eran herbívoros especializados que habitaron en espacios abiertos bajo un clima frío y seco", dijo.
Además, los tres especialistas manifestaron que "si bien se trata de animales de gran antigüedad (35 millones de años), las características que se evidencian de este registro y la antigüedad de los sedimentos que lo contenían podrían ubicarlo temporalmente entre el Pleistoceno final y comienzos del Holoceno".
También detallaron que la aparición reciente en el lecho del río pudo ser provocada por la acción erosiva que ejerce el mismo sobre los diferentes estratos sedimentarios, particularmente en aquellos que suelen alojar restos fósiles. Y añadieron que en esta oportunidad este antiguo acorazado quedó al descubierto por el descenso del nivel del agua.