El gobierno norcoreano conmemoró hoy, como cada 15 de abril, el natalicio de Kim Il-sung, el fundador del estado comunista actual y abuelo del actual presidente Kim Jong-un. Occidente temía que Pyongyang hiciese hoy un ensayo nuclear, en medio de las tensiones de los últimos días. No lo hubo, pero sí se exhibió un misil de largo alcance y se lanzó una advertencia a los Estados Unidos.
“Si Estados Unidos sigue con sus provocaciones temerarias, responderemos a una guerra nuclear con nuestras armas atómicas”. Con estas palabras, vicemariscal Choe Ryong-hae subió la apuesta. En las últimas horas, Donald Trump había autorizado el envío de un portaaviones a la península de Corea.
El misil mostrado hoy en el tradicional desfile militar del 15 de abril es un ICBM, un balístico intercontinental de combustible sólido. Al revés del combustible líquido, el sólido permite cargar los proyectiles más rápido y mantenerlos almacenados durante largo tiempo, listos para disparar. Kim había advertido a comienzos de año que el país estaba terminando de desarrollar un ICBM capaz de llegar hasta territorio norteamericano.
“Todas las acciones provocadoras y forajidas de Estados Unidos en los campos político, económico y militar para seguir con su política hostil serán contrarrestadas a través de una contra reacción del Ejército del pueblo", advirtió un portavoz de las Fuerzas Armadas a la agencia oficial de noticias de Corea del Norte. "Nuestra contra reacción más severa en contra de Estados Unidos y sus fuerzas será ejecutada de forma tan despiadada que no permitirá a nuestros agresores sobrevivir", agregó.
El desfile pudo ser seguido por unos 200 periodistas extranjeros a los que se les permitió el ingreso, algo inusual en el régimen norcoreano. Además de presenciar el desfile del ICBM, pudieron ver otras armas, como los misiles Pukguksong-1 y Pukguksong-2. El primero está diseñado para ser lanzado desde un submarino, mientras que el segundo es de alcance medio y se probó en febrero y el pasado 5 de abril, lo cual generó al reacción norteamericana del envío del portaaviones.
Como parte de una gira de diez días por Asia, el vicepresidente norteamericano Mike Pence llegará mañana a Corea del Sur. Arribará en el marco del ocaso de la “paciencia estratégica” de Washington hacia el régimen de Kim.