Un equipo internacional de científicos descubrió que la excepcional forma geométrica uniforme del excremento del vombátido, un marsupial nativo de Australia conocido como wombat, se forma en los intestinos y no en el punto de salida como se pensaba anteriormente, según un estudio publicado en Sciencemag.org.
"Los wombats comunes (Vombatus ursinus) son famosos por producir heces distintivas en forma de cubo. Esta capacidad de formarlos relativamente uniformes y limpias es única en el reino animal", dijo Scott Carver, de la Universidad de Tasmania en un comunicado de esta institución australiana.
Carver hizo el descubrimiento accidental mientras diseccionaba un cadáver de un wombat como parte de su investigación principal sobre el tratamiento de la enfermedad de la sarna en estos marsupiales que parecen osos y tienen patas cortas.
Al explicar los resultados de esta investigación publicada en la revista Soft Matter, Carver explicó que los wombats colocan sus heces "en puntos destacados de su territorio, como alrededor de una roca o un tronco, para comunicarse entre sí". "Nuestra investigación descubrió que estos cubos se forman en el último 17% del colon", detalló.
El equipo de científicos australianos y estadounidenses, que fue galardonado con el premio satírico Ig Nobel por "la investigación que te hace reír y luego pensar" en 2019, descubrió a través de una combinación de pruebas de laboratorio y modelos matemáticos, que hay dos regiones rígidas y dos más flexibles alrededor de la circunferencia del intestino del wombat.
La combinación de la disecación de las heces en el colon distal y las contracciones musculares forman el tamaño y las esquinas regulares de las heces, precisó el comunicado de la Universidad de Tasmania.
El intestino del wombat mide aproximadamente 10 metros de largo, es decir, 10 veces la longitud del cuerpo de un wombat típico, y su proceso digestivo tarda cuatro veces más que en un ser humano para poder extraer todo el contenido nutricional posible, así como su agua, por lo que sus excrementos son más secos que los de un hombre.
Carver afirmó que el descubrimiento pone de relieve una forma totalmente nueva de fabricar cubos -dentro de un tubo blando- y que los resultados podrían aplicarse a otros campos, como la fabricación, la patología clínica y la salud digestiva.
"La formación de cubos puede ayudarnos a entender el estado de hidratación de los wombats, ya que sus heces pueden parecer menos cúbicas en condiciones más húmedas. También muestra cómo la rigidez intestinal puede producir lados lisos como una característica de la patología", dijo el experto en ecología de la Universidad de Tasmania.