El vuelo AR1062 de Aerolíneas Argentinas encargado de traer las nuevas dosis de la Sputnik V al país aterrizó este jueves en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini. Tal como anticipó Página/12, el avión contiene 220.000 dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada en Rusia: 110.000 de primera y 110.000 de la segunda. Con el nuevo cargamento, se superarían los 400.000 argentinos vacunados con ambas dosis.
El Airbus 330-200, matrícula LV-GIF, con la denominación ARG1063, tocó pista en el aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 12.41, tras haber partido de Moscú ayer a la 1.20 (hora local), 19.20 de Argentina.
En el vuelo de Aerolíneas Argentinas vienen, además, 20.000 dosis para Bolivia, en una acción solidaria con el país vecino. Un avión boliviano llegará hasta Ezeiza a buscar su cargamento y eso permitirá que el Estado Plurinacional sea el segundo país de la región con Sputnik V.
Según informó la compañía aérea en Twitter, "las vacunas fueron cargadas en la bodega de nuestro Airbus, embaladas en contenedores denominados 'Thermobox'", que "mantienen la refrigeración durante el tiempo suficiente para completar el vuelo sin escalas entre Moscú y Buenos Aires". Luego de la descarga de las dosis que comenzó en la pista de Ezeiza unos minutos después del aterrizaje, se dará inicio a la distribución a todo el país con la ayuda de Correo Argentino y Andreani.
Desde esta semana y hasta el 14 de febrero seguirán llegando Sputnik V en cantidades parecidas a las del vuelo AR1062 que aterrizó este jueves al mediodía: algo más de 200.000 dosis por viaje. A partir del 14 de febrero llegarían a la Argentina cifras mucho mayores, en línea con lo que aspiraba el Gobierno, cerca de un millón de dosis semanales.
Este miércoles, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya aseguraron que Argentina tiene garantizada la provisión de dosis de la Sputnik V que fueron acordadas por contrato aunque advirtieron que se entregarán con una demora de 2 a 3 semanas debido a que están "mejorando las instalaciones ubicadas fuera de Rusia para garantizar el suministro a Argentina y el resto de la región".
Así lo había anunciado Kirill Dmtriev, el titular del RDIF, quien anticipó a la cadena CNBC norteamericana que podía "haber alguna demora en nuestra producción porque estamos incrementando nuestras capacidades. Este es un proceso que nunca encaró el mundo, con la necesidad de cientos de millones de vacunas. Las expectativas tienen que ser realistas”.
Durante los últimos días, algunos medios quisieron atribuir los atrasos de la llegada de la vacuna rusa a “problemas logísticos argentinos”. Sin embargo, este miércoles el titular del RDIF explicó que “la producción de vacunas tiene muchos componentes y si hay problemas con uno, se demora todo”, reconociendo que los retrasos son responsabilidad de la producción rusa.