La actríz francesa Brigitte Bardot volvió a causar polémica por sus declaraciones. Esta vez, no saltó en defensa de los cineastas acusados por abuso por otras compañeras artistas, sino que hizo una desafortunada reflexión sobre la pandemia que atraviesa el mundo entero desde hace un año, al considerar que el virus "es algo bueno" porque "regula la superpoblación".
"Me temo que la Covid y las otras epidemias que se están conociendo restaurarán dolorosamente un nuevo orden", aseguró sin dudar la actriz de Y Dios creó a la mujer en diálogo con la revista italiana Oggi.
La artista, que milita por los derechos de los animales y lleva adelante una fundación en su defensa desde 1986, reforzó su postura: "Cuando esos 5 mil millones de personas en esta tierra se hayan ido, la naturaleza recuperará sus derechos".
"¿Me preguntas si este virus es algo bueno? Sí, es una especie de regulación de una superpoblación que no podemos controlar", ratificó ante la sorpresa del periodista.
Desde su aislamiento, que cumple en la mansión La Madrague, en Saint Tropez, en el sur de Francia, consideró que ella no está expuesta al contagio de la Covid-19. "No veo a nadie. No serán las cabras las que me contagien", remarcó la actríz de 86 años, quien integra el grupo de riesgo por su edad.
Bardot aprovechó también el micrófono para dejar firme su polémica opinión sobre la inmigración, ya expresada en diversas oportunidades. La actriz admitió que prefiere "gobiernos más duros",.
"Estoy a favor de un gobierno autoritario, capaz de poner orden en el lío en que vivimos. Cuando pienso que el gobierno francés deja al margen a ciudadanos pobres que trabajan duro y reciben menos ayuda que todos estos inmigrantes que nos atacan, me horroriza", remarcó.
La actriz escribió en 2003 el libro Un grito de silencio, que fue llevado a la Justicia por el carácter claramente racista de la obra. Allí decía que no les tiene "ninguna estima" a los musulmanes y confesaba estar “en contra de la islamización de Francia”.
Bardot fue condenada en el pasado por "incitación al odio racial". La experiencia, sin embargo, parece no haberla hecho escarmentar. "No me importa, que me vuelvan a condenar. Me costará dinero y no me importa. Y si no tengo el dinero para pagar la condena, iré a la cárcel. Sería divertido", agregó.
En noviembre, la actriz había criticado nuevamente al movimiento #Metoo, con el que siempre mantuvo distancia. "Ahora creo que nos quejamos por todo y por nada. Dentro de poco, reconocer que una mujer es bella va a ser un crimen. A mí me gustaba que me miraran", agregó entonces, despertando la ira de distintos movimientos feministas.