“Pará la mano”, “andá a laburar”, fueron algunos de los gritos que sacudieron el descanso sabatino del presidente Mauricio Macri, en su 63º día de reláx en menos de un año y medio. Durante su fin de semana largo en Tandil, el mandatario visitó una iglesia y a la salida su auto fue abordado por un grupo de vecinos que se convocó de manera espontánea para cuestionarlo por su gestión.
El hecho tuvo lugar este mediodía en la Parroquia del Santísimo Sacramento, ubicada en el centro de esa ciudad del interior de la provincia de Buenos Aires donde Macri decidió disfrutar de sus francos junto con su esposa Juliana Awada y su hija más chica, Antonia.
“Respetá la Constitución”, “respetá la ley”, fueron otros de los reclamos que, entre los muchos insultos, le gritaron las personas que lo esperaron en la plaza Independencia, ubicada al frente de la iglesia. También hubo quienes le dijeron “vamos Mauri, no me aflojés”.
Uno de los manifestantes se interpuso en el trayecto del auto en que se encontraba el Presidente y su hija. Llegó a colocar cerca del parabrisas un cartel con la leyenda “Libertad a Milagro Sala”. Otro le gritó: "Chorro". Al volante de la camioneta Macri aceleró sobre la avenida Belgrano para alejarse del lugar a contramano del tránsito.
Minutos antes de este hecho, Macri había mantenido una breve reunión con el intendente local, el radical Miguel Lunghi y el párroco del lugar, Raúl Troncoso. Luego, en una entrevista al diario local El Eco, el mandatario dijo: “Me hace mucho bien venir acá, al lugar de mis raíces y contactarme con esos momentos de la infancia tan lindos”.
En las afueras de esa ciudad vive su madre, Alicia Blanco Villegas, quien durante estos cuatro días lo alojó en su estancia La Carlota. Como parte de su ocio, el presidente también tuvo la posibilidad de jugar al golf en el exclusivo El Valle Country Club, Golf & Resort, un complejo que cuenta con una cancha de tipo americano inglés, forestada con más de 2500 árboles y 95 bunkers.
“El ausentismo, el no cumplir con el trabajo o el abuso de las licencias nos perjudican a todos”, había dicho Macri el año pasado en el Día del Trabajador, el 1 de Mayo, pero seguramente no estaba hablando de sí mismo.