Sindicatos que componen la CGT de Rosario se reunieron ayer por la mañana en la sede de Córdoba y Moreno para manifestar un apoyo gremial a los trabajadores despedidos de la fábrica de motos Guerrero en San Lorenzo, repudiar el accionar de la empresa y concertar una unidad para contrarrestar lo que denominaron "atropellos patronales". El lunes habrá una nueva reunión de Smata con el personal afectado para evaluar como continúa el plan de lucha mientras esperan que el Ministerio de Trabajo de la Nación cite a los dueños de la fábrica de motos por este conflicto.

Más de 25 gremios de la ciudad y del cordón industrial se hicieron presentes a las 10 de la mañana en Córdoba 2061 para participar de un cónclave que tuvo un doble eje: por un lado, mostrar un amplio y unificado apoyo gremial a la lucha de Smata y de los trabajadores de Guerrero y, además, avanzar en la búsqueda de una unidad gremial definitiva, junto con los diferentes de movimientos de la ciudad y la región, que sirva para enfrentar futuros "atropellos patronales", en un año que auguraron como difícil para el sector obrero. Uocra, Uom, Empleados de Comercio, Aduana, Camioneros, Portuarios, Gastronómicos, Movimiento Obrero Rosarino, CTA, son algunos de los  que participaron del encuentro.

Mientras muchos debieron participar del acto desde la calle, dentro de la sede se desarrolló la conferencia de prensa encabezada por Marcelo Barros, secretario general de Smata; Antonio Donello de UOM; y Román Moyano, secretario gremial de Smata, quien fue detenido esta semana en las puertas de la fábrica y luego liberado.

“Tenemos una satisfacción enorme porque esto puede derivar en que se una el movimiento obrero. Estuvimos charlándolo con compañeros de distintos gremios, creo que lo vamos a lograr”, proyectó Barros. En ese marco, adelantó que la próxima semana podría haber una nueva reunión para continuar evaluando la situación provincial. “Hay varias empresas que se hacen las dormidas pero no están dormidas, entonces el movimiento obrero tiene que estar preparado para enfrentar el futuro y ayudar a todos los gremios, como nos están ayudando a nosotros ahora, para que si hay un caso similar estemos todos al lado de ese gremio”, destacó.

Con respecto al conflicto con Guerrero, el secretario general de Smata Rosario calificó a la empresa de “insolente” ya que, según dijo, “hace lo que quiere y se piensa que son los dueños del campo laboral”. Ante esto, mencionó que el lunes se reunirán nuevamente con los 19 trabajadores y los 3 delegados despedidos para seguir evaluando los pasos a seguir, principalmente luego del arresto de Román Moyano. “Tampoco podemos exponer a nuestros compañeros para que les pegue la policía o los metan presos y los tengan en una cueva de un metro y medio por un metro y medio”, destacó.

Por otro lado, cuestionó el accionar patronal teniendo en cuenta el apoyo dado por el gremio cuando la empresa transitaba momentos difíciles: “Desde hace dos años los trabajadores de Guerrero junto con Smata venimos ayudando a la empresa cuando vendían 100 o 200 motos por mes. Ellos se olvidan de eso, siempre pasa lo mismo. Y los dirigentes gremiales tenemos que hacerlo, ayudar a la empresa para darle una mano a sus trabajadores, pero después cuando se acomodan y empiezan a vender se olvidan y atacan al trabajador”. 

Otra de las medidas tomadas por el sindicato fue realizar la denuncia correspondiente en el Ministerio de Trabajo de la Nación. “Estimo que el lunes me van a confirmar para qué fecha van a citar a la patronal”, destacó Barros. Además, aclaró que desde el gremio están trabajando en la parte legal junto a la cartera laboral de la provincia y que mientras ellos acatan “todo lo que dice el Ministerio, los fiscales y los jueces”, los dueños de la empresa cumplen “lo que a ellos les conviene”.

 

Con respecto a la situación legal de Moyano, el propio secretario gremial explicó que pactaron con la fiscalía la liberación y ahora harán el descargo correspondiente. “Estoy tranquilo porque no incumplí ninguna orden judicial ni tampoco hice turbación del derecho como también se me imputa”, aseguró. Al mismo tiempo, cuestionó el accionar del fiscal y la policía: “La orden de detención salió contra mí a riesgo de que se puedan generar desmanes porque yo estaba con un montón de compañeros. Supongamos que me resistía al arresto, ¿que pasaba? Había 40 policías armados y 100 trabajadores. Pensé en la seguridad de todos y accedí a ir detenido aunque en un primer momento me dijeron que el fiscal quería hablar conmigo pero cuando llegué a la sede policial me empezaron a sacar las pertenencias y me incomunicaron".