Un hecho curioso marcó gratamente la ciudad de Rosario, ya que el 1 de febrero de 1941, ante 15 mil espectadores, un combinado integrado por jugadores de Central y Newell's goleó 7-0 nada menos que al poderoso al Flamengo de Brasil, en un certamen amistoso de carácter internacional. También participaron Fluminense, San Lorenzo, Huracán e Independiente, que días más tarde acabaría quedándose con el trofeo, luego de vencer en la final a los mismísimos primos rosarinos. Aunque éstos tuvieron revancha y, acaso dándole plena entidad al lema "La unión hace la fuerza", poco después salieron campeones del Torneo Relámpago.
Por puntos, todos contra todos y a una sola rueda, el Torneo Internacional Nocturno había comenzado diez días antes, y del mismo tomaron parte los dos equipos más tradicionales de Río de Janeiro, Flamengo y Fluminense, junto a Independiente, San Lorenzo, Huracán y un invitado especial: el combinado que para la ocasión formaron futbolistas de Rosario Central y Newell’s.
Roja y blanca a rayas verticales: así era la casaca que utilizó este particular mix de jugadores durante aquel receso de verano de 1941. Como la de la selección de la Asociación Rosarina de Fútbol, según recuerda el blog "Historia del Fútbol Rosarino". Creer o reventar: en un torneo amistoso internacional, los primos rosarinos jugaban juntos en representación de la "Chicago argentina".
En su primer partido, el sorprendente combo “RC-NOB” goleó 5-2 a San Lorenzo. Esa formación tan atípica que mixturaba el barrio de Arroyito con el Parque Independencia estuvo conformada por L. Heredia (NOB); Gilli (NOB), I. Díaz (RC); Eguiluz (RC), Perucca (NOB), Fogel (RC); J.C. Heredia (RC), Cisterna (RC), H. Hayes hijo (RC), Morosano (NOB) y Ferreyra (NOB). Podría decirse que toda la carne y las achuras de Rosario estaban puestas en una parrilla devenida en un campo de juego.
La siguiente "víctima" fue Flamengo, cuya llegada al país había generado una gran expectativa. Es que el ataque del popular equipo carioca era conducido por Leonidas, uno de los mejores delanteros de Sudamérica entre los años '30 y '40, y considerado el primer ídolo del fútbol de Brasil. También jugaban Domingos Da Guía y Zizinho.
En consecuencia, mucho público concurrió atraído por sus pergaminos. Sin embargo, consumado el 7 a 0 -poker de Harry Hayes (hijo), doblete de Morosano y el aporte de Ferreyra-, la gente se retiró decepcionada al ver el flojo rendimiento de los ilustres visitantes, quienes al parecer la noche anterior habían salido de parranda y lo terminaron pagando caro, de acuerdo al sitio de la Asociación Rosarina de Fútbol.
Mientras tanto, el combinado de Rosario siguió con su buen juego: en los siguientes encuentros batió 4-1 a Fluminense y empató 1-1 con Huracán. El último compromiso ante Independiente era una suerte de final, ya que ambos lideraban holgadamente las posiciones. El duelo se jugó el 15 de febrero en Buenos Aires y fue sumamente parejo, pero el Rojo de Avellaneda acabó imponiéndose 3-2 y salió campeón. De hecho, tras el triunfo de Independiente hubo partidos que directamente no se jugaron porque el campeonato ya estaba definido.
Así las cosas, el elenco rosarino cumplió una excelente campaña y logró el subcampeonato. Jugó cinco partidos, de los cuales ganó tres, empató uno y perdió el restante. Anotó 19 tantos (11 a dos equipos brasileños) y le señalaron apenas siete.
Fue acaso una piedra basal para la gran temporada de Newell's (incluida una goleada 5-0 a Central en el clásico), ya que más tarde terminaría tercero en el torneo local que coronó a River, en la que fue la mejor ubicación que obtuvo un equipo rosarino durante 30 años, superada recién en 1970, cuando sus primos salieron subcampeones del Campeonato Nacional. Además, en la temible delantera rojinegra, René Pontoni ya mostraba todo su talento y la llegada desde Gimnasia y Esgrima de Santa Fe de José "Conejo" Canteli inflaba las redes rivales, ya que en aquel certamen de la AFA de 1941 fue el máximo artillero al marcar 30 tantos, y superó así a monstruos de la talla de Arsenio Erico, Isidro Lángara y Jaime Sarlanga.
En contrapartida, esa temporada no resultó demasiado feliz para Central, dado que tuvo que soportar el primer descenso de su historia. Pero la destacada actuación de aquel mítico combinado rosarino sirvió de vidriera para algunos de sus jugadores. Por citar ejemplos, Ricardo Cisterna y Aníbal Maffei anclarían en Platense, en tanto su half izquierdo Ignacio Díaz recalaría en San Lorenzo, equipo que ya lo había "padecido" en el debut de aquel inolvidable Torneo Internacional Nocturno.
Se corona el mix rosarigasino
Tres semanas después de la paliza a Flamengo, se llevó a cabo un mini certamen que se definió en la cancha de Chacarita en una sola noche. El evento se denominó Torneo Relámpago, los partidos duraban 20 minutos a eliminación directa e intervinieron los mismos equipos del Torneo Internacional Nocturno. Hoy en día sonaría inverosímil que jugadores de Newell's y Central se unieran otra vez para representar a Rosario. Y no sólo eso: en esta oportunidad, el mentado mix NOB-RC se coronó campeón, tras vencer 1-0 en la final a Huracán con gol de Juan Carlos Heredia, un crédito de Rosario Central.
Cabe señalar que los rosarinos pasaron directo a la final por sorteo tras eliminar por penales a Fluminense en primera ronda, luego de igualar sin tantos en aquel particular tiempo reglamentario. Otra curiosidad: la ejecución de los penales no fue la misma que se estila usualmente sino que cada equipo debía elegir al encargado de lanzar los cinco disparos de rigor. Algo inimaginable en la actualidad.