La selección de Dinamarca agigantó su leyenda tras revalidar el título mundial que conquistó hace dos años en casa, al imponerse este domingo por 26-24 a Suecia en la final del Mundial de handball de Egipto, en la que su arquero Niklas Landin volvió a demostrar su condición de mejor guardameta del mundo.
Landin, que ya había sido clave para vencer a Egipto en los cuartos de final y a España en las semifinales, terminó el encuentro con más de un 40 por ciento de atajadas, pero sobre todo se agigantó en los últimos diez minutos, cuando sólo concedió tres goles a los jugadores suecos. Su sensacional actuación permitió a Dinamarca, la vigente campeona olímpica, emular una gesta que en este siglo sólo había logrado alcanzar Francia, encadenar dos títulos de campeón del mundo consecutivos.
La otra gran figura de la selección danesa, que venció a Los Gladiadores en la fase de grupos, resultó Mikkel Hansen, que anotó siete goles y comandó al equipo a la victoria. Más allá de la derrota, Suecia completó un gran torneo y regresó a los primeros planos del handball mundial después de un largo ostracismo.
Por el último escalón del podio, España venció por 35-29 a Francia y se quedó con la medalla de bronce.