El último día de campaña del referéndum constitucional que se realizará hoy en Turquía, que puede suponer un giro histórico para el país, estuvo marcado por una tensa calma, con los últimos esfuerzos de partidarios y detractores para convencer a los indecisos.
Mientras el gobierno multiplicó los actos públicos para subrayar la importancia de “defender la nación turca” mediante el SI al sistema presidencialista, la oposición pidió calma a sus seguidores, en la convicción de ya haber ganado. “Este domingo es el día en que nuestro pueblo va a dar una lección a aquellos países europeos que querían intimidarnos”, dijo el presidente, Recep Tayyip Erdogan, en uno de los cuatro actos de los que participó ayer en barrios de Estambul. Asimismo, Erdogan aseguró: “La decisión allanará el camino para poder reinstaurar la pena de muerte”, agregó sobre la pena capital, abolida por él mismo en 2004.
Con una actitud opuesta, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), el mayor de la oposición en Turquía, canceló todas las actividades al aire libre previstas para ayer, con el objeto de no dar lugar a “provocaciones que perjudicasen una campaña por el NO, que hasta ahora ha sido muy exitosa”, explicó su vicepresidente, Seyit Torun.
Los principales analistas políticos creen que las tensiones benefician al Partido Justicia y Desarrollo (AKP), en el gobierno desde el 2002, que impulsó el referéndum constitucional por el que se decidirá si Turquía continúa como república parlamentaria o entrega todo el poder ejecutivo al presidente Erdogan. En la consulta se decidirá así el mayor cambio político desde que la moderna República turca fue fundada tras la caída del Imperio Otomano en 1923.
Los primeros colegios electorales abrirán hoy a las 7 hora local (1 de la mañana de Argentina) en el este asiático, y una hora más tarde en la parte occidental europea, con un operativo de seguridad de 380 mil policías y gendarmes en todo el país. En las regiones orientales, se desplegarán además unos 70 mil guardias rurales (paramilitares kurdos leales al gobierno de Ankara) para evitar, según el primer ministro, Binali Yildirim, que las organizaciones terroristas influyan en las voluntad popular por medio de amenazas como, en su opinión, ocurrió en las elecciones de junio del 2015 cuando el buen resultado del Partido de la Democracia de los Pueblos impidió a los islamistas lograr la mayoría absoluta.
Sin embargo, el presidente de la Asociación de Derechos Humanos (IHD) en la provincia oriental de Erzurum, Medeni Aygül, teme que esta presencia de las fuerzas de seguridad sea utilizada para presionar y amedrentar a los votantes kurdos, especialmente en los pueblos más pequeños: “Esta consulta necesita a todos los observadores internacionales que sea posible”.