Estados Unidos autorizó el martes algunas transacciones con el gobierno de Venezuela para operar con puertos y aeropuertos en ese país sudamericano, marcando un cambio de política de la administración de Joe Biden con respecto a la de su antecesor Donald Trump.
El Departamento del Tesoro emitió la licencia 30A, que permite tratar con el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA) de Venezuela, o cualquier entidad que ésta posea, para posibilitar la operativa portuaria y aeroportuaria ordinaria, algo prohibido en agosto de 2019 por el gobierno de Trump.
La nueva licencia no autoriza, sin embargo, ninguna transacción o actividad relacionada con la exportación o reexportación de diluyentes, claves para que Venezuela pueda procesar su pesado crudo, así como ninguna transacción con personas o entidades objeto de sanciones del gobierno estadounidense.
Esta es la primera medida de Biden, que asumió el 20 de enero, con respecto a las sanciones a Caracas instaurado por Trump con el fin de presionar la salida del poder del mandatario Nicolás Maduro, cuyo gobierno Washington desconoce.
Mariano de Alba, especialista en derecho internacional y relaciones internacionales, dijo a la agencia AFP que esto muestra una intención revisionista.
"La licencia es una primera señal de que hay disposición por parte del nuevo gobierno estadounidense a revisar el ámbito de aplicación de las sanciones impuestas en los últimos años y aclarar su alcance, para que el comercio y transporte de personas por parte de compañías internacionales no sea visto por sus asesores legales como excesivamente riesgoso", indicó.
El gobierno de Trump incrementó las sanciones económicas a Caracas en enero de 2019, cuando Maduro asumió un segundo mandato hasta 2025. La batería de medidas incluye un embargo de facto al crudo venezolano, crucial para la economía del país latinoamericano.
Maduro, que rompió relaciones con Washington hace dos años, ha manifestado que confía en tener canales de diálogo "decentes" con Biden.