Los primeros datos de la balanza comercial de enero muestran que las exportaciones a Brasil, principal socio del país, registraron un avance del 18,4 por ciento interanual, el primer registro positivo desde octubre 2019 y el más elevado desde febrero de aquel año. Al mismo tiempo, se aceleraron las importaciones, aunque el resultado arrojó un pequeño superávit de 22 millones en la relación bilateral, el mejor dato desde abril pasado. A fines de mes se publicarán las estadísticas globales del comercio exterior de enero.

El saldo comercial global (en la relación con todos los socios comerciales) para el año 2020 arrojó un superávit de 12.528 millones de dólares, el segundo más elevado desde  2009, que había sido de 16.886 millones y luego del superávit registrado en 2019, de 15.990 millones. En el último año del gobierno de Mauricio Macri, el excedente se generó por la aguda recesión interna y el anticipo de liquidación de exportaciones del sector agropecuario para anticiparse a la suba de retenciones.

“Si bien siempre es saludable lograr superavits en la balanza comercial, tanto el del 2020 como el del 2019 se explican por la fuerte recesión económica que vivió el país desde la crisis de sobreendeudamiento externo que se incubó en la administración anterior y que estalló a principios del 2018, que se combinó con la aparición en marzo del año pasado de la pandemia”, explica la Universidad de Avellaneda en su último informe asociado al comercio exterior.

“Las importaciones cayeron fuertemente en los últimos dos años (-25 por ciento en 2019 y -13,8 por ciento en 2020), lo que permitió revertir la dinámica de déficit comercial acontecida entre 2015-2018. En definitiva, a diferencia de los superavits comerciales del periodo 2003-2011, que implicaban crecimiento anual de exportaciones e importaciones, los últimos superavits se dieron por la contracción de la economía más que por un crecimiento económico virtuoso y/o un creciente nivel de los saldos exportables”, agrega el documento de Undav.

De todas maneras, el informe advierte que a partir del cimbronazo cambiario de mediados de septiembre, el superávit comercial se redujo considerablemente producto de un despegue de las importaciones por adelantos en la compra de bienes de capital y bienes intermedios para cubrirse de una posible devaluación, que al final no ocurrió. Además, la recuperación económica general paulatina también sumó a la demanda de insumos importados.

El gobierno estima que el resultado comercial arrojará en 2021 un superávit de unos 10 mil millones de dólares, algo por debajo de 2020. Varios factores van a jugar a la vez para determinar ese saldo. Si se produce un crecimiento más acelerado de los niveles de actividad y del consumo interno, la demanda de importaciones irá en aumento y achicará el superávit. Otro elemento a considerar es la situación cambiaria, en especial cuando se acerque el momento de las elecciones, cuando se suelen producir movimientos en la cotización que luego tienen impacto en el comercio exterior.

“La estimación del resultado comercial para 2021 está muy supeditada el rendimiento macroeconómico. Si la brecha se mantiene en niveles elevados y se sostiene cierta tensión cambiaria, se seguirá desalentando exportaciones e impulsando importaciones como forma de cobertura. El resultado comercial sería más chico que 2020, en la zona de 8 a 9 mil millones de dólares dado por mayores importaciones. El problema no es tanto el tipo de cambio, que no está atrasado, sino la brecha”, consideró Martín Vauthier, economista de la consultora EcoGo.

En tanto, el economista Sergio Chouza, de la Undav, explicó que “el superavit va a estar en torno a los 12 mil millones de dólares en un escenario conservador. Lo que pasó en el último bimestre que subieron las importaciones fue una anomalía, más que la norma. Los mecanismos de administración de comercio van a cuidar cada dólar. Adicionalmente, los precios internacionales ofrecen buena perspectiva para la liquidación del sector primario, más allá de las dudas sobre la cantidad liquidada", analizó.