Entre bocinazos de aliento, abrazos de ex alumnos y mates compartidos en la Escuela itinerante, la secretaria gremial de Suteba, María Laura Torre, se emociona con el apoyo de la comunidad educativa a la lucha docente y le augura éxito a la reunión a la que fue convocado el Frente de Unidad Docente bonaerense por el Gobierno provincial mañana sólo “si la gobernadora lleva a la práctica lo que escribió en su carta sobre el diálogo entre dos partes que hablen de lo mismo”. Torre ratificó el pedido de los gremios de un aumento del 35 por ciento del salario “para que ningún docente quede por debajo de la línea de pobreza” y aseguró que la fuerza de los trabajadores “sigue intacta”.
–¿Qué expectativas tienen de la reunión de mañana?
–Nos volvieron a convocar a una reunión de comisión técnica. Siempre que nos convocan a esta clase de reuniones vamos con expectativas. Creemos que si la gobernadora lleva a la práctica lo que escribió en su carta, eso de que el diálogo es entre dos partes que hablen de lo mismo, si quiere que hablemos de lo mismo, la reunión va a ser exitosa. Si no, seguiremos reclamándole a un gobierno sordo.
–¿De qué habla el gobierno bonaerense y de qué hablan los docentes?
–Desde el 9 de agosto de 2016, los docentes hablamos de un solo tema: el achicamiento y la pérdida de poder adquisitivo del salario docente. Cerramos el año pasado con una pérdida de entre el 8 y el 10 por ciento de poder adquisitivo. Comenzamos febrero con una pauta inflacionaria que va a llegar este año al 25 por ciento. Por eso pedimos un aumento del 35 por ciento para que ningún docente cobre un salario por debajo de la línea de la pobreza. Hasta ahora, la gobernadora y sus funcionarios hablaron de un 18 y luego un 19 por ciento de aumento en cuotas, lo cual estaría dejando al final de este año a miles de docentes por debajo de la línea de la pobreza.
–A siete semanas de comenzado el conflicto, ¿merma la fuerza del frente de unidad gremial?
–Para nada, sigue intacta. El frente de unidad gremial sigue fuerte y amalgamado. Quizá los funcionarios de este gobierno no comprendan la fuerza y las estrategias que los trabajadores nos vamos dando. Pero para nada esta lucha está desgastada, al contrario. Hay mucha unidad, porque el frente de unidad nació dentro de las escuelas y eso fortalece muchísimo. Lo que deben comprender los funcionarios es que los docentes estamos unidos, tenemos mucha paciencia y somos inteligentes. Todo eso está puesto a favor de la defensa no solo de nuestros derechos sino también de la escuela pública.
–Finalmente la Escuela Itinerante abrió sus puertas frente al Congreso. ¿Cómo evalúa los primeros días?
–La escuela itinerante tiene un lema: la escuela pública enseña, resiste y sueña. Resistir fue lo que hicimos el domingo pasado, cuando quisimos armar la Escuela itinerante y el gobierno nacional mandó a reprimir sin permitir que la armáramos. Y como la escuela resiste y sueña, no nos quedamos con eso y respondimos con una acción que enseña: el martes la respuesta de los trabajadores de la educación fue muy fuerte, un paro en el que no se jugaba un porcentaje de aumento de sueldo sino la ética de una organización gremial que tiene mucha historia y que no va a permitir, porque no lo permitió antes, que repriman a ningún trabajador, a ningún maestro. La segunda fue el miércoles, con la instalación de la carpa. El miércoles la escuela se puso de pie con el esfuerzo y la presencia de miles y miles de maestros y el acompañamiento de muchas familias que se acercaron a este lugar.
–Desde el Gobierno insisten en que la comunidad educativa está en contra del reclamo docente porque la afecta dejando a los chicos sin clase. ¿El apoyo a la Escuela itinerante desmiente esta versión?
–Totalmente. Nos conmueve el apoyo que recibimos de los alumnos, ex alumnos y familias enteras que se acercan a darnos su respaldo, a traer yerba o café. Este apoyo es lo que no pueden entender quienes no saben de qué se trata el trabajo de un maestro, el compromiso que ponemos en el aula. Esto es lo que no entiende el ministro (de educación, Esteban) Bullrich, la gobernadora Vidal, el presidente de la Nación. Sucede que el apoyo de la comunidad educativa no consiste solamente en la comprensión de las familias y los estudiantes sobre lo que nos pasa a los trabajadores. Con ellos estamos en un debate continuo en el que se habla de no solo de la situación de la escuela pública sino de la situación de los trabajadores en general. Afloraron charlas sobre cómo la están pasando en el día a día las familias y nos cuentan que algunos ya perdieron su trabajo, que otros empezaron a realizar ajustes y a recortar cosas que hasta el año pasado podían sostener, la reducción de los bienes culturales hacia adentro de las familias...
–Los reclamos de la Escuela Itinerante apuntan a la paritaria nacional y a la ley de financiamiento educativo, dos ejes que permanecen en el temario de protesta docente desde los 80. ¿Por qué se sigue discutiendo lo mismo?
–A fines de los 80 se reclamaba una ley de paritaria nacional y un sueldo unificado docente para todo el país. En los 90 sostuvimos la Carpa Blanca, con la que parimos la Ley de Financiamiento Educativo que contiene a la paritaria nacional. Hoy no levantamos una carpa, sino una escuela porque lo que también tenemos ahora que antes no teníamos es la Ley Nacional de Educación y cuando vos tenés un hijo o una hija lo que hacés después es cuidarlo: nosotros estamos cuidando eso que parimos. Hoy el reclamo es que el Gobierno cumpla con la ley y que llame a paritaria nacional, que recién fue puesta en práctica en 2006. Incluso el año pasado, Bullrich abrió la paritaria nacional. Este año la decisión fue provincializar el sistema educativo, algo que había hecho antes la dictadura militar. Respecto del financiamiento, hace años que venimos planteando a través de la Ctera un aumento en el porcentaje del PBI que se destina a la educación: de 6 a 10 por ciento. Para eso necesitamos que el Gobierno nos escuche y que los legisladores tomen el compromiso.