La cruzada del empresario Elon Musk por llevar personas a Marte volvió a estrellarse contra el suelo. Un prototipo de cohete de SpaceX estalló al aterrizar tras un vuelo de prueba, lo mismo que ocurrió con otro prototipo a principios de diciembre pasado. De todas maneras, la empresa volvió a celebrar que el prototipo logró despegar y mantenerse en vuelo.
La falla ocurrió horas después de que la empresa anunciara que lanzaría su primera misión espacial tripulada en 2021.
"Volvimos a tener un excelente vuelo", matizó el portavoz de SpaceX al comentar la nueva frustración ocurrida en un vuelo de prueba, que fue transmitido en vivo. "Solo debemos trabajar un poco en el aterrizaje", se sinceró.
A diferencia de lo ocurrido en diciembre, Musk se mantuvo inusualmente callado en las redes sociales, después de haber anunciado la noche del lunes que estaría "fuera de Twitter por un tiempo".
El cohete de acero denominado SN9 fue autorizado para despegar desde Boca Chica, Texas, por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que antes había retrasado la autorización tras determinar que el último lanzamiento de SpaceX había violado los términos de su licencia.
El cohete fue lanzado sin problemas en torno a las 15.30, hora local, y apagó progresivamente sus motores a medida que alcanzaba una altura de 10 kilómetros, luego realizó una serie de maniobras de prueba en posición horizontal.
Cuando el cohete intentó regresar a una posición vertical para aterrizar, comenzaron los problemas. Llegó demasiado rápido y en un mal ángulo para aterrizar, y al hacerlo provocó un estruendo ensordecedor y estalló en llamas y una nube de polvo, pero el fuego no se extendió.
"En una prueba como ésta, el éxito no se mide por el cumplimiento de objetivos específicos, sino por cuánto podemos aprender en conjunto, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro", había argumentado SpaceX dos meses atrás, con argumentos similares a los que podría utilizar tras el fallido aterrizaje que se repitió este martes.