Desde Roma.No se logró ninguna solución para acabar con la crisis de gobierno que azota a Italia, después de más de tres días de conversaciones entre el presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, y los partidos de la coalición de centroizquierda que apoyan al primer ministro Giuseppe Conte (Movimiento Cinco Estrellas, Partido Democrático, Libres e Iguales y Europeístas) y los provocadores de la crisis, Matteo Renzi y su partido Italia Viva(Iv). Y como no hubo acuerdo, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, después de haber recibido el martes por la noche el informe que le había pedido a Fico de explorar la situación de la coalición, anunció que en pocos días más propondrá la formación de un gobierno que no tendrá ligazones políticas, pero que podría empezar a funcionar rápidamente para resolver todos los problemas que Italia debe afrontar con urgencia como los sanitarios, económicos y sociales asociados a la pandemia.

En efecto, al salir del encuentro con Mattarella, Fico había declarado a la prensa que luego de las consultas llegó a la conclusión de que seguían existiendo muchas diferencias entre los partidos y que no había registrado “una unánime disponibilidad para dar vida a una mayoría de gobierno”.

El Quirinale (la residencia de la presidencia) anunció además que el miércoles a medio día el presidente recibirá a Mario Draghi, un distinguido personaje, economista, director del Banco de Italia (banco central) (2005-2011) y luego director del Banco Central Europeo (2011-2019), que podría ser el candidato ideal por sus cualidades técnicas, apoyado por todos o casi todos los partidos políticos.

Mattarella en su discurso frente a la prensa habló de dos posibilidades, después de que quedara descartado un tercer gobierno Conte: un nuevo gobierno o inmediatas elecciones. A continuación el presidente hizo un exhaustivo análisis del tiempo que necesitaría un nuevo gobierno surgido de elecciones para ser realmente efectivo, y recordó que en 2013 se necesitaron cuatro meses y cinco meses luego de las elecciones de 2018, entre campaña electoral, nombramiento y aprobación del gabinete de ministros, organización de la oficinas, etc. No se puede esperar todo ese tiempo cuando el país tiene urgencia de derrotar al virus, hacer la campaña de vacunaciones, cuando a fines de marzo termina el bloqueo de los despidos y hay que tomar medidas en este sentido, y cuando máximo en abril hay que presentarle a la Unión Europea el Recovery Plan, es decir el cómo Italia usará los mas de 200.000 millones de euros que le ha destinado el fondo de asistencia (Recovery Fund) asignado a los países miembros por la Unión Europea. Además, recordó que la campaña electoral supondría reuniones, asambleas, encuentros donde difícilmente el distanciamiento sugerido para protegerse del virus sería respetado. Por eso hizo un llamado a todos los partidos políticos para que “den el voto de confianza (necesario en el Parlamento para todo gobierno) a un gobierno sin tendencia política”, como sería el de Draghi si éste acepta formarlo.

El discurso anti elecciones del presidente estuvo dirigido hacia los partidos de derecha que impulsan desde hace meses el hecho de ir a nuevas elecciones. Está claro que “no hay acuerdo posible entre los partidos del anterior gobierno y que no se puede esperar más”, declaró Salvini “El centro derecha está unido y tiene las ideas claras. No es posible que la izquierda siga perdiendo tiempo. La prioridades son salud y trabajo”, añadió Salvini que dijo haber hablado por la tarde nuevamente con sus aliados de la derecha, entre ellos Silvio Berlusconi de Forza Italia y Georgia Meloni de Fratelli d’Italia, que concuerdan con él. Meloni ya comentó negativamente las palabras del presidente: “No pienso que la solución a los graves problemas sanitarios y sociales sea un enésimo gobierno nacido en los palacios. En una democracia avanzada como la nuestra, los ciudadanos son dueños de su destino a través del voto. Aún en momentos difíciles como éste”, escribió Meloni en facebook.

Mientras el Partido Democrático, que formaba parte de la coalición de Conte, se mostró muy abierto a la decisión del presidente Mattarella. “El PD ha intentado dar una solución a la crisis con gran espíritu unitario - escribió en Facebook Matteo Orfini, parlamentare PD -. Porque antes de los intereses del partido están los del país. Ese intento fracasó. Ahora el presidente Mattarella con gran sabiduría nos ha indicado el camino para salir adelante”.

El M5S en cambio aparece confundido. Y algunos de ellos ya dicen que no darán jamas su voto a Draghi.

Ahora hay que esperar para ver hacia donde se puede dirigir la crisis, si Draghi acepta el encargo de formar un nuevo gobierno.

De todas maneras muchos italianos siguen sin entender por qué algunos políticos han provocado la crisis de gobierno y por qué otros han discutido sin ponerse de acuerdo cuando el país necesita una serie de decisiones urgentes, porque entre otras cosas en el último año han muerto casi 90.000 personas por el covid 19 y siguen muriendo cada día entre entre 400 y 500 personas de covid; porque 444.000 ciudadanos han perdido su trabajo en un año, según datos oficiales, y porque el PIB (Producto Interno Bruto) en 2020 disminuyó un 8,8 por ciento, según el ISTAT (Instituto de Estadísticas de Italia), lo que equivale a una pérdida de 150.000 millones de euros para la economía italiana.