Todas las marcas de Diego Maradona estaban registradas a nombre del propio Diez en la Argentina. Sin embargo, en Dubai se produjo un extraño documento en el que Maradona le cedió a su abogado Matías Morla el derecho sobre casi 60 marcas, incluyendo Diego Maradona, D10S, Diegol, El Diez y muchas otras. La cesión se hizo a cambio de cero pesos. Con estos argumentos, los hijos de Maradona sostendrán que hubo un fraude e intentarán darle guerra a Morla por uno de los más preciados bienes que dejó el astro: sus marcas. Del lado de Morla dan una versión distinta: en Dubai, Diego firmó la cesión a cambio de dividir en dos las ganancias y pidió que su parte fuera para sus hermanas. Además, argumentan que las marcas son de quien las inscribe y mencionan algo que acaba de ocurrir. En Europa salen unos habanos marca Maradona, que también estarán en la Argentina a partir de marzo. Las hijas impugnaron el uso del nombre, pero -según el equipo de Morla- la Justicia les dio la razón y rechazó el planteo de Dalma y Giannina. En estos días, además, están por producirse, en Italia, las pastas Maradona. La guerra amenaza con extenderse.
La cuestión de las marcas igualmente irrumpió en la Liga Profesional de Fútbol argentino, cuyo torneo no se llamará Copa Diego Maradona, como el campeonato anterior. Sucede que los dirigentes de la Liga no quieren conflictos jurídicos y menos todavía meterse en la batalla entre los herederos y Morla.
Como se sabe, Morla ha dicho que de ninguna manera cederá en este terreno y que lo avala el cuadro judicial: en la Argentina y en la mayoría de los países existe el derecho constitutivo, es decir que el dueño de la marca es el que la registra, el derecho lo constituye el que hace la inscripción. En ese terreno, en base al documento suscripto por Maradona en Dubai, Morla registró todas las marcas a nombre de la empresa Sattvica, en la que tiene la mayoría de las acciones. Según el abogado, la cesión se tradujo del árabe al castellano y se legalizó en el consulado.
El texto -siempre de acuerdo a la versión del equipo de Morla- incluye una distribución de las ganancias, a medias, entre Sattvica y Maradona, pero después el astro le habría cedido la parte que le correspondía a sus hermanas. “No se estaba haciendo nada con las marcas y se decidió empezar a moverlas. No es que había un negocio y se dividió el negocio. Se puso en marcha algo que no existía”, argumentan del lado del abogado.
En base a la propiedad de las marcas se pueden suscribir una cantidad enorme de contratos. De hecho, lo primero conocido son las pastas que se empiezan a producir en Italia y los habanos que saldrán en Europa. Pero la serie es casi infinita. Ponerle el nombre -como se pensó- a restaurantes en todo el mundo; diseñar tours por Buenos Aires y Nápoles; tragamonedas, juegos, camisetas, zapatillas, botines, pelotas -como existe la pelota Messi- y hasta habrá polémicas por los museos. El contenido, los objetos, serán de los herederos, pero el nombre, supuestamente tendrían que negociarlo con Sattvica-Morla, con quien están en guerra.
Desde ya que uno de los ejes del cuestionamiento al abogado será la forma en la que se registraron los nombres, en base a ese documento suscripto, sin pago alguno, en Dubai. Lo más probable es que vayan con los tapones de punta con la acusación de fraude. Pero, además, no es un argumento menor que el nombre de Diego Maradona es el de una persona, no el de un producto. Y que esa persona es famosa en todo el mundo, no un nombre de alguien desconocido que una empresa puede multiplicar. De manera que dirán que es irracional que alguien se apropie de ese nombre de un ser humano. Según dicen los herederos, el contrato firmado en 2020 con YPF -un video institucional por el cumpleaños 60- dice textualmente que el titular de los derechos del nombre Maradona es el propio Maradona, así que también insistirán con la existencia de ese antecedente.
Por supuesto que del lado de Morla sostienen que todo fue registrado legalmente, con el conocimiento y la firma de Maradona. Y confían en que la jurisprudencia les juega a favor. Citan lo ocurrido el 21 de enero: Dalma y Giannina, representadas por el administrador de la herencia, Sebastián Baglietto, impugnaron el uso del nombre en la producción de las pastas Maradona en Italia. Según el equipo de Morla, la justicia contestó que las marcas no se heredan, que están registradas a nombre de Sattvica y por lo tanto hubo un rechazo a la impugnación. Al mismo tiempo, la empresa de Morla le cedió los derechos a la ciudad de Corrientes para que se le ponga el nombre a la avenida costanera de esa ciudad y se planteó la polémica alrededor de la denominación del torneo de fútbol.
A dos meses y medio de la muerte de Maradona esta batalla recién empieza. El fallecimiento produjo un efecto inesperado: hubo homenajes conmovedores en países impensados como Alemania, Japón, Estados Unidos o Brasil. A esto se agrega que en pocos meses se verá la serie sobre la vida del Diez y eso seguro repercutirá en esos países inesperados, que son inmensos mercados. Todo hace pensar que las marcas son, desde el punto de vista económico, un legado colosal y posiblemente la mayor herencia en disputa.