Si hay algo que tiene claro el intendente Guillermo Montenegro es que a Mar del Plata no le alcanza con una temporada tan condicionada por la pandemia del coronavirus como para superar las necesidades mínimas de una reactivación económica. “Con los números que estamos viendo, nadie se salva”, afirma el intendente del PRO. La vida interna de Juntos por el Cambio no le es extraña, dice que habla con el expresidente Mauricio Macri y otros referentes del sector pero afirma que solo habla por temas de gestión: "No hay margen para pensar en otra cosa", señala en una entrevista con Página/12.
--¿Qué primer balance traza de la temporada?
--Creo que, en una condición de pandemia, es una temporada buena para lo que podíamos tener pero compleja en cuanto a los números. Nos preparamos con los decks, con los corredores gastronómicos y saludables, con controles en los espacios públicos y en la noche para evitar la clandestinidad, y todo eso fue para mantener la situación sanitaria pensando en el laburo. Porque Mar del Plata no es una ciudad turística sino una ciudad con turismo. Siempre pensamos en cómo hacemos para que nos visiten todo el año y queremos que esta modificación urbana que hicimos a través de los decks sirva para eso. Buscamos extender la mayor cantidad posible de visitas en lo que tiene que ver con el sector turístico pero también pensamos otras cuestiones en paralelo como el Distrito Tecnológico, el Puerto, la construcción, el cordón frutihortícola, el Parque Industrial… es decir, pensamos en fortalecer una matriz productiva que es algo clave para atacar el desempleo.
--Pero hoy la temporada es la principal inyección económica que tiene la ciudad. Y si se tiene en cuenta que se recibieron más de un millón de turistas y que no hubo un estrés en el sistema sanitario, ¿igual es difícil catalogarla como exitosa?
--Es que es una buena temporada para la situación que estamos pero con los números que estamos viendo nadie se salva. Encima hay que tener en cuenta que esto no es solo enero y febrero sino que nosotros venimos de nueve meses de no tener turismo.
--¿La nocturnidad fue el principal dolor de cabeza?
--Sí pero hubo una planificación muy concreta de cómo trabajar con la policía provincial, policía federal y Prefectura. Sabíamos que era uno de los principales problemas que íbamos a tener y la verdad que tuvimos un muy buen acompañamiento de la Justicia Federal, lo que generó que una serie de fiestas que hubo durante diciembre y enero terminaran con causas penales, investigaciones, indagatorias, secuestro de celulares y multas de hasta un millón de pesos…
--¿Ya hubo multas?
--Están en trámite pero se van a aplicar. Y yo creo que todo eso desalentó este tipo de eventos así como también colaboró el trabajo con los lugares que estaban habilitados para que se cumplieran los protocolos. Llegamos a cerrar 30 veces las playas y sin mayores problemas. Por supuesto que hubo algún enojo e insultos pero en general se entendió que lo hacemos para cuidar la salud de los que vienen, de los marplatenses y el laburo sobre todo.
--¿Siente que está controlada la nocturnidad?
-Sí, está controlada. Creo que el hecho de haber sido muy exigentes al principio hizo que haya menos fiestas aunque no nos podemos relajar tampoco. La sensación es que donde aflojás, rápidamente puede crecer de nuevo. Y también hay que seguir siendo muy exigentes en los lugares donde hay protocolos.
--¿Cree que dieron resultado las restricciones nocturnas o dañaron más a la actividad comercial?
--Es contrafáctico decir que estuvieron bien o que estuvieron mal. Es lo que decidió el gobernador en su momento; yo no estuve de acuerdo pero tampoco puedo decir que fue malo o bueno porque al momento de tomar la decisión, nosotros la acompañamos porque es lo que corresponde. Como intendente, tengo la responsabilidad de hacer cumplir las normas.
--¿Cree que una flexibilización ayudará al comercio?
--Yo creo que sí va a ayudar pero es todo muy finito. La semana pasada, por ejemplo, fue de muy buen clima y eso quizás genera que la gente vaya a comer más tarde porque se queda en la playa más tiempo pero si el clima es otro, quizás van más temprano. Por eso digo que es muy contrafáctico y que cada día cambia permanentemente. Creo que no cambia tanto para la gastronomía tradicional, para el restaurante, pero sí para las cervecerías. Pero bueno, se tomó la decisión de cuidar a la población de esa manera y nosotros tenemos que cumplirlo.
--¿Y cómo piensa que puede ser este febrero?
--Lo que habíamos planteado de mantener una temporada de visita extendida durante el año se puede llegar a dar y creo que todo hace presumir que puede ser un buen febrero también. Creo que ahí influye el clima, porque hoy la gente mira eso primero, y también el tema de las clases.
--Hace poco estuvo con el ministro Gabriel Katopodis y también con la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, ¿cómo está la relación con Nación?
--Pensando en Mar del Plata me voy a llevar bien con todos. Con algunos tengo más relación como con Gabriel, que lo conozco hace más de 15 años, pero yo voy a defender a mi ciudad. Tengo buena relación y no me enojo cuando atacan a Montenegro o a mi gestión sino cuando entiendo que puede haber algo que le afecta a Mar del Plata. Pero me enojaría también si fuera María Eugenia la gobernadora. No es por color político sino por defender la ciudad. La relación es buena y creo que es lo que corresponde más aún por el contexto de la pandemia.
--En el Congreso ya está el proyecto para suspender las PASO. ¿Qué postura tiene al respecto?
--Soy totalmente franco y no quiero evadir ninguna respuesta: el nivel de trabajo y compromiso que yo tengo con la ciudad en cuanto al problema diario y cotidiano no me deja tiempo para analizar eso. Me parece que es una discusión política y estoy más preocupado en los problemas que tiene la gente. Hoy mi mayor problema son las obras, el laburo, los barrios, el espacio público, el sistema sanitario…
--Si es por gestión, ¿entonces habla con Rodríguez Larreta, con Vidal…?
--Siempre. De hecho Horacio vino para hablar sobre algunas empresas de la ciudad que se están instalando allá y pensar algunas ideas que tienen que ver con la intención de que nos visiten turistas todo el año. También hablo con María Eugenia sobre temas de gestión. Ella tiene una preocupación permanente de cómo está la situación. Me dijo que vendrá en marzo para recorrer algunos lugares en donde trabajó cuando era gobernadora. Tengo relación con todos los integrantes del espacio.
--¿Pero la ve con ganas, entusiasmada, con alguna aspiración electoral concreta?
--No te digo ni que sí ni que no porque la verdad que hablamos de la coyuntura, de los problemas que tiene la ciudad y de soluciones pensando en los vecinos más que referirnos a algún posicionamiento político de cada uno.
--¿Y con Macri, también habla?
--Sí, hablo siempre pensando en Mar del Plata. No he hablado de política pero sí de la coyuntura, de los problemas, de la matriz productiva que te decía antes...
--¿Pero tampoco se ve con alguna aspiración para lo que viene?
--Te juro que no lo hablé.
--¿Lo imagina como candidato teniendo en cuenta lo que representa para Juntos por el Cambio?
--Todavía no es el momento de hablar de estas cosas, y más para los que estamos en gestión.
--¿Y con Patricia Bullrich ha hablado?
--Sí, también. Estuve con ella un rato porque fui a la presentación de su libro.
--Y teniendo en cuenta su preocupación por la gestión, ¿teme que lo electoral pueda torcer la relación con Nación o Provincia o ser una complicación en otro año tan sensible de pandemia?
--Es que yo creo que no hay margen para que alguien esté pensando en eso ni a nivel nacional, provincial y municipal. No podés pensar en que le vaya bien a uno u a otro porque, en mi caso, está la presión de la ciudad. Yo no lo visualizo, no lo visualicé en el año pasado pero si lo llego a visualizar lo voy a hacer saber porque creo que se está afectando a los marplatenses, no a Montenegro. Pero sinceramente no veo una situación electoral que nos genere alguna traba.