“Las sensaciones son únicas. A medida que van pasando los días uno va cayendo, aunque todavía cuesta creer lo que logramos. Fue muy duro todo el proceso, lo que luchamos y tener la Copa y ver las imágenes por la tele es todavía increíble. Siento que con el tiempo lo iremos asimilando y valorando más. Pero bueno, el fútbol no permite disfrutar mucho porque ya estamos entrenando de nuevo y se viene la competencia”, arrancó diciendo Braian Romero, goleador de la Copa Sudamericana con diez conquistas y elegido mejor jugador de la final ante Lanús, en la que convirtió el segundo tanto con una exquisita definición de emboquillada.

-¿Cuánto tuvo que ver Hernán Crespo y el cambio de posición que impulsó en su juego con esta faceta goleadora que pudo desplegar?

-Fue una ayuda importante tener a Hernán. Y el tema de la posición contribuyó también. El vio la velocidad que tenía y que por mis características tiraba muchas diagonales. Un día me agarró y me dijo que era una lástima que estuviera jugando por afuera porque si tiraba esas diagonales por adentro podía tener muchas opciones de gol. Me comentó, además, que me veía gran poder de definición. Así fue como empezamos a trabajar, a pulir detalles de delantero: más que nada los perfiles y los tiempos en el área. Contar con un técnico como él fue una gran ventaja durante este tiempo y a la vez está la intuición de uno en cada partido. La motivación para querer aprender y para saber escuchar fueron otros aspectos importantes para no desaprovechar a un profesor o a un referente como es él.

-¿Qué tuvo Defensa para ser el mejor equipo de la Copa Sudamericana y el quinto conjunto en la historia de la competición que logró ganarla de forma invicta?

-La característica principal que tuvo Defensa y Justicia fue la identidad de juego. El compromiso por el compañero. Nosotros quedamos afuera de la Libertadores por no renunciar a esta premisa. Estábamos empatando con Santos (1-1 en el Estadio Vila Belmiro de San Pablo, el 20 de octubre de 2020) y el resultado nos alcanzaba para pasar de ronda. Igualmente fuimos a buscarlos para no traicionarnos y lo perdimos finalmente en el descuento (con la derrota quedaron terceros del Grupo G y accedieron a la segunda fase de la Sudamericana). Ese convencimiento fue lo que nos llevó a ganar la Copa. Estábamos seguros de que ese era el camino, por más que en ese momento haya sido duro el golpe de la eliminación. De esa forma seguimos entrenando y afrontando los partidos. Por eso me parece que la identidad estuvo por encima de todo.

-Para llegar a este presente de ensueño tuvo que hacerse de abajo y recorrer un largo camino. Primero en el ascenso, con Acassuso, y luego en sus pasos por Colón, Argentinos, Independiente y Athletico Paranaense, de Brasil. ¿Cuánto lo marcaron esas experiencias previas?

-Gracias a Dios, como decís vos, me tocó arrancar de abajo en Acassuso. Me marcó muchísimo el ascenso a mí, me ayudó a crecer como persona y como jugador. Porque todo en esas categorías cuesta más. Me sirvió mucho también para el vínculo con mis compañeros, porque hay muchos chicos que están en Primera y les toca bajar a Reserva o al Nacional B o la B Metropolitana. A ellos les decía que no era malo bajar y agarrar esa experiencia. Es algo que puede nutrirte. Después en Brasil tuve mi primer paso en el exterior y también fue algo lindo, aunque me quedé con la espina de no haber triunfado allá. Pero bueno, es fútbol, en algunos clubes te toca jugar y en otros no. Podés encontrar tu mejor versión o la peor y en eso puede influir mucho la institución. A mí, personalmente, me dejó muy buenos recuerdos mi paso por Brasil y por Independiente.

-Nombra a Independiente, sin embargo desde ese club le llegó la notificación de que no iba a ser tenido en cuenta durante el parate por la pandemia…

-Cuando Lucas (Pusineri, ex director técnico de Independiente) me comunicó que no iba a seguir en el club y que tenían prioridad otros jugadores me lo tomé bien porque tuvo un lindo gesto de llamarme en medio de la pandemia y decirme las cosas como eran. Obviamente que me cayó mal porque me estaba enterando que me quedaba sin club en medio de un receso obligado, pero sí valoré mucho su sinceridad y cómo se manejó conmigo. Lejos de quedar con rencor, creo que así tienen que ser las cosas, de frente.

-Así como en Independiente le tocó ese ingrato momento de no ser tenido en cuenta, en 2013 en Acassuso sufrió una enfermedad en los huesos que puso en peligro su carrera (artritis reumatoide). ¿Lo recuerda hoy en día o es cosa del pasado?

-Sí, la verdad es que sí. Cuento siempre que, con el tiempo, fue una de las experiencias más lindas que tuve, más allá del dolor y de todo lo malo que me sucedió. Creo que me ayudó a crecer muchísimo como persona y me permitió darme cuenta realmente quién estaba a mi lado. Porque en ese momento era muy chico (tenía 21 y ahora 29) y era todo color de rosa por llegar a Primera en el club de mi barrio. Tenía muchos amigos que después dejaron de serlo y era sólo por el fútbol. Me aferré mucho a mi familia, que siempre estuvo presente, y fue algo hermoso porque con el correr del tiempo lo pude superar. Dios me sanó, hizo un milagro y comencé una nueva vida. Así que súper feliz.

-¿Vio la final de la Copa Libertadores? ¿Cree que Defensa podrá imponerse a Palmeiras en la Recopa Sudamericana?

-Sí, vi la final. Palmeiras por ahí tenía más individualidades y Santos apostaba más a lo colectivo, a su identidad. Fue muy trabada y cualquiera de los dos que nos hubiese tocado para enfrentar en la Recopa iba a ser difícil. Con Santos ya nos enfrentamos, nos ganó de local y perdimos allá por detalles. Son rivales de mucha jerarquía con los que no te podés descuidar. Estamos muy ilusionados y con ganas de afrontar ese partido (la ida se jugaría el 18 de febrero en Florencio Varela y la vuelta sería el 3 de marzo en San Pablo). Creo que hoy en día podemos competir contra cualquier equipo.

-¿Y en lo personal cómo le gustaría continuar su carrera?

-Tengo contrato con Defensa hasta el 31 de diciembre y esta semana ya empezamos a entrenar para todo lo que se viene. Así que mi cabeza está puesta en eso. Después si sale algo se verá, pero hoy no pienso en otra cosa que no sea este club. Sería una falta de respeto y me traicionaría a mí mismo porque yo no soy así. No estoy desesperado y Dios maneja los tiempos en el fútbol y en todo. Creo mucho en esas cosas.

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