Las muertes de chimpancés en el santuario de Tacugama de Sierra Leona, que generan preocupación desde hace una década, podrían estar relacionadas con una bacteria que se encuentra comúnmente en el ambiente y que se asocia con enfermedades gastrointestinales en humanos.
Desde 2005, 59 de los 60 chimpancés de Tacugama han fallecido a raíz del síndrome epizoótico neurológico y gastroentérico (ENGS), una misteriosa enfermedad que preocupa a los especialistas.
Ante este escenario, el veterinario y epidemiólogo Tony Goldberg se alarmó cuando se enteró de que una particular infección estaba matando rápidamente a los chimpancés y se puso a investigar el tema.
“No era una enfermedad leve: los chimpancés se tambaleaban y tropezaban, vomitaban y tenían diarrea”, recordó Goldberg, de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, al tiempo que indicó que "a veces se iban a la cama sanos y morían por la mañana".
Tras años de investigación, Golberg y un equipo formado por científicos y veterinarios finalmente encontraron al posible culpable: una especie recién descubierta de Sarcina, parecida a la Sarcina ventriculi, un tipo de bacteria que se encuentra comúnmente en el ambiente y que ocasionalmente se asocia con enfermedades gastrointestinales en humanos.
Los hallazgos, publicados en Nature Communications, sugieren que algunas especies de Sarcina pueden ser muy virulentas, pero, hasta ahora, no han sido reconocidas. En los seres humanos, la Sarcina ventriculi puede prosperar después de una cirugía y producir gases que llenan las paredes del intestino.
“Tal vez existan muchas variedades de Sarcina diferentes que se ven iguales, pero han adquirido propiedades genéticas que les permiten ser más patógenas”, afirmó la autora principal del estudio, Leah Owens, de la Universidad de Wisconsin-Madison. "Eso puede tener repercusiones para la salud humana y animal", agregó.
El refugio Tacugama alberga a casi 100 chimpancés rescatados del comercio ilegal, la caza o como mascotas abandonadas. “Fue realmente desesperante para el personal del santuario porque no se vislumbraba un final”, aseguró el biólogo Gregg Tully, director ejecutivo de la Pan African Sanctuary Alliance.
Los chimpancés de Tacugama comenzaron a contraer ENGS en 2005, aunque los veterinarios tardaron años en darse cuenta de que los animales que estaban perdiendo habían muerto por una causa común.
El síndrome se manifiesta de manera diferente en diferentes individuos, algunos muestran signos neurológicos como falta de coordinación y convulsiones, y otros sufren malestar gastrointestinal, o ambos. Algunos animales parecen recuperarse, pero acaban sucumbiendo semanas o meses después, mientras que otros simplemente caen muertos de forma fulminante casi sin mostrar síntomas.