“Con un correcto seguimiento y control la muerte de Diego Maradona era evitable”. Con frases como éstas, el histórico médico del Diez, Alfredo Cahe, destrozó al equipo que atendía a Maradona en sus últimos tiempos, es decir los doctores Leopoldo Luque y Agustina Cosachov. “La actitud de Luque no era normal. Todo era muy improvisado. Las anormalidades son muy groseras, al menos desde mi punto de vista. La casa donde fue alojado en Tigre debía tener cuanto menos un desfibrilador, que actualmente tiene todo equipado con tubo de oxígeno y una enfermera permanente. La medicación psiquiátrica, si es la que trascendió, le exprimió el corazón”.
Cahe fue convocado a prestar declaración como testigo por el equipo de fiscales integrado por Laura Capra, Cosme Irribarren y Patricio Ferrari, coordinados por el fiscal general John Broyard. Es que el médico fue el clínico de Maradona desde 1978 hasta hace poco tiempo, pero según reveló en su declaración, el equipo de Luque lo apartó y hasta evitó que visitara al astro. “Para mí, al evaluar la situación, desde el punto de vista médico, Diego debía estar en terapia intensiva. Es por ello que decidí hablar con Luque y le consulté quién lo había operado. No me contesto. Fui a la Clínica Olivos, me dejaron ver a Diego, que dormía, pero todo me parecía extraño. Luque no me dio información, pese a mis pedidos, respuestas vagas cada vez que quería insistir con alguna pregunta respecto de la atención. Pedí volver al día siguiente y ya ese domingo, cuando fui, no me dejaron entrar”.
En su testimonio, Cahe relató que cuando preguntó qué iban a hacer con Maradona, Luque le dijo que “el lunes harían una conferencia con todos los familiares porque lo iban a trasladar a otro lugar, oportunidad en la cual le manifesté que tenía que ir a un lugar con terapia intensiva en la que se atiende a adictos muy agudos. Yo presumí que había algo raro por las respuestas de Luque. No me querían ahí porque yo quería desintoxicarlo. Por eso me retiré y al llegar a mi casa llamé a Verónica Ojeda y le comenté esta situación. Ella me dijo que a ella le hacían lo mismo”.
Ante los fiscales, Cahe se refirió extensamente a los antecedentes. “En el año 2004, Diego fue internado en la Clínica Sacre Coeur donde se lo sometió a una cirugía en la cual se tomó una muestra del miocardio y se envió a hacer una biopsia en Estados Unidos. Se nos informó que tenía una cardiopatía adictiva. Cualquier médico que trataba a Maradona, lo primero que tenía que tratar es el tema del corazón, eran de público conocimiento los problemas cardíacos de Diego. El presentaba hipertensión arterial y arritmia frecuentes, por lo que cuando permanecía internado le poníamos una sonda y así le calmábamos la arritmia. En relación a la presión, era fundamental la medicación para la presión arterial”. Todo esto no sólo está acreditado por los dichos de Cahe, sino que los fiscales ya tienen las historias clínicas de todas las internaciones de Maradona, incluyendo en el Instituto Fleni después del gravísimo episodio que puso a Diego al borde de la muerte en Punta del Este y 200 páginas enviadas por el Sanatorio Güemes tras la internación de 2007. En cada caso se resaltaron los problemas coronarios de Maradona.
“El lugar donde estaba residiendo al tiempo de su muerte, desde mi punto de vista, era lo menos indicado --agregó Cahe--, porque él debía estar en terapia intensiva con control de neurocirujanos, terapistas, con control del corazón constante y continuo. Era la única opción. Por su cuadro cardíaco había que controlarlo obviamente todos los días. Cada cuatro a seis horas como máximo. Las complicaciones cardiovasculares son las habituales”. La descripción contrasta con lo que ocurría en la casa de Tigre, en que los enfermeros admitieron que Maradona no los dejaba entrar a la habitación y era casi imposible el control. Hay un audio del 23 de noviembre en el que Luque preguntó cómo estaba Maradona y le contestaron: “hace dos días que duerme”. Pese al cuadro de situación nadie hizo nada.
“El debía estar monitoreado constantemente y eso no ocurrió --remató Cahe--. No es coherente sacarlo de un sanatorio, luego a otra clínica y después a la casa. Es decir fue disminuyendo la calidad de atención y los controles de su delicado estado de salud. Por lo que trascendió de la autopsia, la muerte se produjo por una insuficiencia cardíaca. Y, repito, ese resultado era totalmente evitable”. Los fiscales tienen probado que en sus últimos días de vida, Maradona tenía un nítido proceso de retención de líquido, notorio a primera vista. Tampoco eso movió al equipo de Luque a cambiar la medicación o a encarar un tratamiento.
Es cierto que Maradona se resistía fuertemente, que no quería ver a nadie, rechazaba a cualquier otro médico, pero la declaración de Cahe demostraría que el entorno impedía el acercamiento incluso de un profesional de tanto vínculo con el Diez como Cahe.
El cuadro clínico, la medicación contraindicada y también estas resistencias serán evaluadas por una junta médica antes de fin de mes y los profesionales darán su opinión. Será el paso previo a determinar si hubo mala praxis, homicidio culposo o, la de máxima, abandono de persona.