La reactivación económica del cuarto trimestre del 2020 debería prolongarse durante el primer trimestre del 2021. No obstante la victoria sobre los efectos económicos negativos de la crisis dejada por Macri y la producida por la codiv-19, debe preservarse y consolidarse. El alivio resulta de los incentivos económicos provistos por el Estado, la ATP, el IFE, el aumento del AUH y los incrementos de los haberes de los trabajadores que están en actividad, el incremento de las jubilaciones, el congelamiento de las tarifas y alquileres, la disminución de la tasa de interés, las exoneraciones fiscales para las empresas, el impuesto a la grandes fortunas que grava el dinero que duerme etc.. Son pocos los programa tan expansivos como el diseñado por Martín Guzmán y aplicado por el gobierno basado en los efectos dinámicos del gasto público vía el mecanismo del multiplicador descubierto por Richard Kahn en 1931, y que Keynes utilizó cómo elemento central en el Libro III, Capítulo X de la Teoría General.
El gasto público tiene un efecto expansivo en la economía no solo inmediato sino que se prolonga en el tiempo, pero ese impacto es cada vez más tenue y se va diluyendo a medida que el tiempo pasa. Esta disminución del efecto inicial es tanto o más visible en la medida en que la inflación, que sigue siendo elevada, corroe una parte la capacidad de compra de los ingresos de los sectores sociales más expuestos por la caída de la actividad económica. El incremento del desempleo tiene así mismo un efecto negativo en la demanda global en la medida que constituye un factor de recesión adicional.
El impacto de la caída de la demanda en 2018, 2019 y 2020 ha hecho que esta recesión sea no solo muy larga y profunda pero además desigual ya que golpea más a los más frágiles. La expansión económica del cuarto trimestre 2020 y del primer trimestre 2021 además de su carácter sorprendentemente positivo conlleva cuatro características importantes ya que es parcial, disímil, renuente y vacilante.
La reactivación es parcial ya que no ha permitido aún recuperar la disminución del PIB. Es disímil ya que por la posición que ocupan los terratenientes se han visto favorecidos vía el incremento de los precios de los productos exportables y porque se han beneficiado de una demanda activa y sostenida de bienes alimentarios. Esto ha aventajado también a los sectores de los grupos concentrados de la distribución, los supermercados y al sector de la alimentación. Se puede sostener también que la reactivación ha sido más rápida de lo esperado puesto que ciertos sectores han recuperado su nivel precodiv-19 en el cuarto trimestre, pero en el conjunto, debido a la desigualdad del impacto del confinamiento, hay sectores muy rezagados. Ha golpeado fuertemente a sectores como los textiles, el calzado, el comercio de cercanía, minorista, los bares, restaurantes ya que en general emplean muchos trabajadores.
Los economistas hablamos de una reactivación en k con una expansión limitada de la parte alta para los sectores de alta tecnología, la Big tech, del comercio por Internet y bienes de capital que proveen menos empleos pero una recesión más aguda de la parte baja de la letra k de los sectores trabajo intensivo, excepción hecha de la construcción. Esto es perceptible en la evolución de las cotizaciones de las acciones de las empresas en las bolsas de valores de lo países avanzados.
Los economistas especialistas en sanidad en Europa estiman que con la segunda ola la pandemia tendrá efectos económicos negativos por lo menos durante tres años si se logra vacunar al 80 por ciento de la población en 2021 lo que parece improbable en Europa y se puede sin duda, agravándola, extrapolar esta hipótesis a la Argentina debido a la negligencia frente a la pandemia de personas inconscientes acicateadas por la oposición política y económica lo cual refuerza su impacto en la economía y son un obstáculo al crecimiento.
Además, la reactivación es vacilante y esquiva porque existen fuerzas que tratan de entorpecer la dinámica de la economía como se pudo observar con el ensayo del golpe devaluador del segundo semestre de 2020. Así mismo los sectores concentrados de la distribución que remarcan los precios de la mercadería y atizan la inflación sin que medien justificaciones aceptables como en el caso de los materiales de construcción y con el sector terrateniente y financiero, se oponen a la reactivación. Esto genera incertidumbre que conspira contra la inversión y el empleo.
La dificultad y el desafío de los primeros meses del 2021 es considerable ya que es posible que los efectos expansivos de las primeras medidas se agoten antes de que la economía alcance nuevamente el nivel que permita ponerla en un sendero de crecimiento autosustentado. Esto obligará al Estado a que en los próximos meses ponga en marcha un plan masivo de ayuda y sostén a la economía orientada a ayudar a los sectores rezagados para mantener el crecimiento y el empleo. Sin una continuidad en los incentivos presupuestarios la reactivación económica estará en peligro.
Hay que cebar la bomba tantas veces como sea necesario para que haya una mayor resiliencia al cambio económico que debe no solo hacerse en términos cuantitativos globales sino que además debe apoyarse en una mayor justicia social. Uno de los principales problemas provocados por la gestión de la Alianza radical conservadora de Macri fue profundizar una fuerte redistribución de los ingresos que perjudicó a las capas medias y a los sectores populares lo cual explica la recesión económica en 2018 y 2019. Es así necesario que los sectores que cayeron en la pobreza de la crisis codiv-19 salgan de ella lo más pronto posible generando un viento de cola con una ayuda social suplementaria y esto antes del invierno ya que hay grandes probabilidades que la segunda ola del codiv-19 se propague antes que el nivel de vacunación sea suficiente para neutralizarla.
Es necesario que este nuevo plan de sostén a la economía tenga una mayor amplitud posible a los efectos de contener la inevitable recesión que traerá aparejada la nueva ola de contagios. Esto debería ser factible ya que existe una rica experiencia que permitirá de orientar mejor las ayudas en una sintonía fina y acompañar la justicia social.
* Doctor en Ciencias Económicas de l’Université de Paris.