El Decreto 897 del 13 de julio de 2007 dispuso la creación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, al cual se traspasaron los fondos que, hasta entonces, gestionaban las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). A los pocos meses, la promulgación de la Ley 26.425 el 4 de diciembre de 2008 unificaría el sistema previsional en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
El objetivo principal que tiene el FGS es lograr rendimientos directos e indirectos generados por las diversas inversiones que realiza su administración. Además de las ganancias que generan los activos financieros que el FGS dispone en su cartera, las distintas administraciones del fondo realizan inversiones en proyectos productivos y de infraestructura que dinamizan la economía a través de la generación de nuevos puestos de trabajo, incrementando los ingresos de la Anses vía aportes y contribuciones y, gracias al efecto multiplicador, traduciéndose también en incrementos en la recaudación tributaria. De este modo, el FGS no sólo protege los fondos que dispone, sino que los utiliza para continuar fomentando el círculo virtuoso de la economía, contribuyendo a robustecer el sistema previsional y garantizar su sustentabilidad.
El FGS es el fondo público más importante del país y se constituye como el único inversor institucional de largo plazo con capacidad de financiar proyectos clave para el desarrollo del país en sectores clave como energía, vivienda e infraestructura. Entre los principales proyectos en donde el FGS ha sido promotor de inversiones pueden mencionarse los Planes de viviendas en Salta, San Juan, Chaco, La Rioja, Mendoza, Entre Ríos y Río Negro y el financiamiento del Procrear; la finalización de la central atómica Atucha II y otras centrales energéticas y el impulso a distintas obras públicas para ampliar el alcance de los servicios públicos y mejorar la infraestructura vial.
En virtud de esta capacidad que posee el FGS de potenciar y dinamizar la economía local la Ley 24.241, actualizada por la Ley 27.260, establece que el FGS debe invertir entre un 5 y un 50 por ciento de su cartera en proyectos productivos, inmobiliarios o de infraestructura a mediano y largo plazo. De esta manera, se garantiza que una porción significativa del dinero del Fondo se canalizase hacia la inversión productiva generando las externalidades positivas que antes se mencionan. Sin embargo, a diciembre de 2019 solamente un 3,7 por ciento del valor del FGS estaba destinado a este tipo de proyectos, incumpliendo lo estipulado por la Ley, cuando hacia fines de 2015 estas inversiones representaban casi el 13 por ciento del valor total del fondo. De este modo, se demuestra la decisión política que se tomó entre 2016 y 2019 de desarmar cualquier tipo de inversión productiva, reemplazándola por activos financieros que no generaban ningún efecto positivo en la economía local.
Asimismo, los objetivos básicos de preservar el valor del Fondo de Garantía de Sustentabilidad no fueron cumplidos ni priorizados entre 2016 y 2019. A diciembre del 2015 el FGS presentaba un valor de 664.029 millones de pesos equivalentes a 65.000 millones de dólares. Hacia diciembre de 2019, el valor del fondo era de 2.387.780 millones de pesos, equivalente a 37.910 millones de dólares. En términos reales, la caída del valor del FGS entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019 fue del 4,7 por ciento. En dólares, el resultado fue mucho peor: entre el 9 de diciembre de 2015 y diciembre de 2019 el valor del FGS medido en dólares cayó un 21,9 por ciento. Entre 2015 y 2019 el valor del FGS se redujo un cuarto de lo que valía, medido en la moneda estadounidense.
Este fuerte deterioro del valor del fondo público más importante de Argentina tiene diversas explicaciones. En primer lugar, el pésimo desempeño macroeconómico de los últimos años dañó los rendimientos de casi todos los activos financieros, ante una devaluación y una inflación que se aceleraban. En segundo lugar, con la sanción de la Ley de Reparación Histórica se habilitó a utilizar los rendimientos que generaban las diversas inversiones del FGS para el pago de los reajustes de haberes derivados de la misma. En caso de que esto fuera insuficiente, se habilitaba a la venta y liquidación de activos para hacer frente a las nuevas erogaciones.
Luego de años de desmanejos que erosionaron el valor del FGS, el nuevo gobierno del Frente de Todos, volvió a jerarquizar la administración del mismo. La sanción de la Ley 27.574 de Defensa de los Activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad reconoce el rol estratégico que tiene el FGS para la economía argentina, en el marco de un modelo de desarrollo con inclusión social. En este sentido, la Ley establece que la Reparación Histórica será financiada con aportes del Tesoro Nacional y, de esta forma, permite dotar de cierta previsibilidad al FGS y preservar su valor en el tiempo. Asimismo, se vuelve a priorizar la inversión en proyectos productivos, a través de la creación del fondo de “Programa de Inversiones Estratégicas” destinando 100.000 millones de pesos para inversión productiva. Por último, se decidió condonar los intereses acumulados por la suspensión en el pago de las cuotas de los créditos la Anses para llevar alivio a las familias que se endeudaron durante los últimos años para hacer frente al pago de tarifas, medicamentos y otros consumos esenciales. Adicionalmente, se anunció una nueva línea de créditos ANSES con tasas más bajas buscando reactivar el círculo virtuoso de la economía.
Todas estas políticas apuntan a construir un país con inclusión social y crecimiento sostenido. Para ello es importante, además de fomentar las inversiones productivas y dinamizar la economía, valorizar el FGS. Los últimos datos reflejan que, entre noviembre de 2019 y noviembre de 2020, el valor del Fondo de Garantía de Sustentabilidad se incrementó un 65,6 por ciento. Lo anterior implica un crecimiento del 8,4 por ciento en términos reales y un aumento del 5,2 del valor del fondo medido en dólares. El país se encamina a una recuperación luego del impacto de la pandemia en la economía local y mundial, y las inversiones en proyectos productivos de energía, vivienda e infraestructura serán dinamizadores necesarios para que esta recuperación llegue a cada argentino y argentina.