A la complejidad de la herencia dejada por el macrismo y la pandemia, Alberto Fernández suma la de presidir un gobierno de coalición donde naturalmente hay distintas miradas y, aunque el que termina decidiendo es él, el Presidente es consciente de que debe escuchar a todos. A pesar de que hay fuertes sectores interesados en hacerlo pelear de manera constante con Cristina Kirchner, el primer mandatario aseguró a PáginaI12 que se ven y hablan seguido y que mentiría si dijera que no se sintió apoyado por ella en el tiempo que lleva en el poder.
–En el espacio hay distintas miradas sobre todo, también sobre el desempeño de los ministros. Más allá de las opiniones, ¿cuándo decide usted que un funcionario ya cumplió un ciclo?
–Hay momentos en que por ahí uno se enfrenta a situaciones en las que se da cuenta de que lo mejor es hacer un cambio, simplemente es eso. Pero también soy consciente que yo soy parte de una coalición electoral y en una coalición electoral estas cosas se conversan. ¿Cómo no voy a dialogar con mi espacio si dialogo con la oposición? Cómo no voy a dialogar? ¿Cómo no voy a escuchar? Escucho con atención y después la decisión la tomo yo.
–Hablando de la coalición, hay una discusión respecto del ritmo de las decisiones del gobierno. Es sabido que usted y la vicepresidenta en ese aspecto son distintos.
–Yo lo que creo es que hay diferentes formas. Hay compañeros que quieren un vértigo mayor en la gestión de gobierno, pero hay muchas formas de medir cómo funciona un gabinete y para mis colaboradores el esfuerzo de gobernar un país en pandemia es titánico, sobre todo un país que recibimos devastado. Cuando uno mira para atrás, fue un trabajo inconmensurable.
–Cuando usted dice que parte del espacio gobernante quisiera un ritmo más vertiginoso, ¿incluye a la vicepresidenta?
–No, ella es muy comprensiva. Hay cosas que no le gustan y lo dice. Y a mí me parece legítimo. Pero sería muy ingrato si dijera que ella no me acompañó en todo lo que yo necesité.
–Se ha vuelto un poco un termómetro del periodismo preguntarle por cómo está la relación.
–Bien. Hablamos mucho cuando tenemos mucho que hablar. Hablamos cada vez que tenemos que hablar.
–¿Viene ella o la visita usted?
–Generalmente viene acá, pero no tendría ningún problema en ir a verla. Yo soy muy seguro de mí mismo, puedo hablar con Cristina todas las veces que haga falta y puedo escucharla todas las veces que sea necesario. Y yo no me voy a sentir postergado por eso. Eso es lo que quieren vender, lo que quieren hacer creer.
–Hay un debate instalado respecto de si suspender este año por única vez las PASO. ¿Cuál es su postura?
–Tiene que ser un tema de consenso. Por ejemplo, Morales (Jujuy) y Valdés (Corrientes), que son dos gobernadores radicales, están de acuerdo con la idea de suspenderlas por única vez. Igual que muchos otros gobernadores del espacio. Otros no. Habrá que analizarlo. Hay una razón epidemiológica que recomienda evitar la aglomeración de gente y con esa lógica uno tiene que ver qué hacer. Pero no es una cuestión electoralista ni una cuestión económica. Va a haber que llegar a un consenso y ver en qué estado de la pandemia estamos para esa época en la que está convocada la PASO. De todos modos hay una ley que las establece, que a mí me parece muy buena, y es un tema que tendrá que ver en su momento el Congreso. Otros plantean postergarlas hasta septiembre y la elección en noviembre.
–¿Alguno de sus ministros va a ser candidato este año?
–No les pregunté, la verdad.
–¿A usted le gustaría?
–No, porque me dejarían (risas).
En un momento de la charla, el Presidente dijo a este diario que la pandemia cambió drásticamente el modo de manejar el Estado. “Yo estuve varios años en la época de Néstor y Cristina y nada que ver. Esto es como caminar en un pantano”, confesó. Lo mismo le cuentan en sus conversaciones los líderes del mundo. En ese sentido, lo que menos le cuesta a Alberto Fernández es dialogar. Uno de los motivos que le facilitan esa habilidad social es que no pierde la calma con facilidad. “A mí es muy difícil hacerme enojar”, asegura.
También contó que en cada conversación con distintos presidentes va cambiando él mismo su visión acerca del futuro. De acuerdo a cómo esté la pandemia en sus países, le pintan un panorama más o menos distópico del futuro. El mismo fue modificando su optimismo inicial por una mirada con menos certezas que preguntas, pero un deseo claro: que el mundo se transforme para bien. No sabe si va a conseguirlo, pero lo repite en cada uno de sus discursos, en cada ocasión que se le presenta.
Más allá del deseo, la tarea diaria es compleja y es consciente de que lo que se haga en materia de vacunación va a ser clave para que se recupere la economía y generar un círculo virtuoso. Por eso, una de las palabras que más usó en la entrevista de casi dos horas fue “responsabilidad”. Está convencido de que las fake news, las operaciones y los intentos de desestabilización de toda laya deben combatirse no poniendo la otra mejilla, pero sí manteniéndose en eje: recordar para qué fue votado. Y considera que más allá de lo que falta y de las luces y las sombras, lo que hizo el gobierno desde que empezó la pandemia fue una miríada de batallas cotidianas inconmensurable.
La entrevista completa se podrá ver este domingo a las 20 en IP.digital o en IP Noticias, canal 24 Flow, canal 1721 Directv y canal 24.5 de TDA.